Cuando Google confirmó que cambiaba su relación con Huawei al entrar esta en la Entity List de la administración Trump, muchos empezaron a plantearse si eso sería el fin de la división de móviles de Huawei, al menos en Europa.
Lo que pocos se plantearon es si esto podría ser el fin de lo que en la última década podríamos denominar como «La era del sistema operativo único».
De acuerdo, no hay un sólo sistema operativo móvil
Es verdad, partiendo de la base de que iOS es un sistema moderno, muy competente y disponible en prácticamente todo el planeta, no es cierto que Android, la versión de Google, sea el único sistema operativo móvil.
Pero si centramos la mirada en Europa y América podemos ver como Android, con la excepción de iOS, ha ido eliminando uno a uno a las alternativas que había en el mercado. Borró del mapa a Symbian, y colateralmente mato a Nokia; hizo que Palm se reinventara para morir de nuevo; Blackberry tuvo una sangría que también desembocaría en su muerte; y Windows Mobile pasó a mejor vida no sin antes intentar volver como Windows Phone.
Y no quiero mencionar proyectos como Sailfih de Jolla o Firefox OS, que apenas fueron ideas conceptuales.
Es decir, si bien literalmente el Android de Google no es un monopolio, de facto podría considerarse como tal, al menos en lo que a base de instalación se refiere. De hecho, Europa ya ha tomado medidas.
En China las cosas no son así
He hecho especial mención a occidente porque en Asia, y sobre todo en China, esto no es así. Cada marca no sólo tiene una capa gráfica diferente corriendo sobre Android, sino un ecosistema que incluye desde servicios de música y vídeos a tiendas de aplicaciones propias.
Xiaomi y OPPO, o Vivo y Huawei, no sólo compiten por hacer que los usuarios compren sus terminales, sino también por afianzarlos en sus servicios. Es ahí donde muchas veces está la mayor parte del dinero.
Bueno para las marcas, malo para nosotros
Esta realidad es similar a la que había en 2008 en países como España, donde convivían dispositivos de Blackberry con otros con Windows Phone, iOS, Android o Symbian. Cada sistema tenía sus propias reglas y tiendas de aplicaciones.
Y no, si comprabas en una no podías usar las apps en otras, como es normal. Y eso es a lo que nos podríamos exponer si Huawei tiene éxito lanzando su propio fork de Android.
Si Huawei tiene éxito, luego irán las demás
Imaginad por un momento que Estados Unidos no da marcha atrás y que Huawei lanza su sistema operativo propio y, por su buen hacer, por los precios o por el motivo que sea, mantiene una cuota de mercado decente.
Marcas como OPPO o Xiaomi podrían verse tentadas de replicar la jugada de manera que aumentaran, y mucho, los ingresos provenientes de los servicios.
En China por ejemplo, Xiaomi gana mucho dinero vendiendo temas, fondos de pantalla, tonos de llamada y mucho más. En occidente esto no es así, por ahora, pero podría serlo.
Google sería la gran perjudicada si no hay un sistema operativo único
Si los grandes fabricantes decidieran crear versiones propias de un sistema operativo (como hará Huawei aunque no pronto) la gran perjudicada sería Google, que vería cómo sus aplicaciones no estarían preinstaladas en todos los móviles.
Es cierto que los usuarios las seguirían usando por tendencia, pero eso sería al inicio. Todos recordamos la vida antes de Google, con Altavista, Netscape y muchas otras herramientas. No sería fácil suplantar a la gran G, pero con el tiempo sería una posibilidad. De hecho, la empresa ya ha empezado a avisar de que eso sería más problemático para Estados Unidos que el hecho de que Huawei pudiera usar libremente la versión de Google de Android.
Puede que pase o puede que no, pero las cosas pueden cambiar mucho más de lo que creéis.