En la actualidad es fácil encontrarnos con dispositivos o aplicaciones que se encargan de monitorizar el sueño. Podemos hacerlo desde un smartphone o con relojes y pulseras de actividad. Se han convertido en herramientas muy comunes, con las que poder comprobar si descansamos de manera adecuada y si obtenemos las horas de descanso realmente necesarias.
Hace ya un tiempo que surgen voces que ponen en duda la efectividad o utilidad de estas herramientas. Muchos se cuestionan si es realmente necesario usar algún dispositivo o aplicación para monitorizar el sueño. ¿Es esto cierto? ¿Tiene sentido que usemos algún dispositivo para esto?
En busca del sueño perfecto
El motivo por el que se usan este tipo de herramientas, dispositivos o aplicaciones es claro. Monitorizar el sueño ayuda a que tengamos información sobre la forma en la que dormimos y que de esta manera podamos descansar mejor, realizando algunos cambios necesarios. Sobre el papel suena bien y se presenta como algo necesario para muchos, pero en la práctica no siempre ayuda como se espera o como debería.
Ya que este tipo de herramientas pueden provocar justamente el efecto contrario, haciendo que durmamos peor. Además, no debemos olvidar que no debemos estar con el móvil en la cama. Hay ya varios estudios que informan de que esto hace que vayamos a dormir peor. De entrada ya es algo que no queremos y que funciona en contra de lo que deseamos.
Actualmente nos encontramos con muchas personas en busca del sueño perfecto. El problema es que en determinados casos desemboca en una obsesión por obtener el llamado sueño perfecto. Se trata de un fenómeno reciente, que tiene ya su propio nombre: ortosomnia. Una de las grandes observaciones en este campo es que las aplicaciones para monitorizar el sueño pueden resultar de gran ayuda para los usuarios. Gracias a ellas se pueden detectar anomalías en el sueño, que pueden ser indicios de problemas de salud. Pero tampoco son una garantía de éxito. En muchos casos proporcionan información errónea, además de poder ser algo que acabe generando obsesión a los usuarios.
Esta obsesión acaba generando el efecto contrario al buscado. El usuario se va a obsesionar por dormir bien en todo momento. Llegando incluso a creer que está durmiendo mal, cuando en realidad no hay problemas. Es un riesgo que surge al usar herramientas para monitorizar el sueño, y que se está convirtiendo en algo más común.
Efectividad en duda
Por un lado hay que tener en cuenta que puede haber errores de medición si usamos alguna pulsera o aplicación para monitorizar el sueño. La información que proporcionan, como porcentajes de sueño, gráficas con interrupciones de sueño y muchos más, no siempre se corresponden con la realidad. Así que cabe la posibilidad de que en algunas ocasiones estén dando un dato que no termina de ser cierto del todo, pero genera incertidumbre o preocupación en el usuario.
Por otro lado, hay estudios que comentan que usar una pulsera inteligente destinada a controlar nuestro sueño, puede hacer justamente que vayamos a dormir menos. En algunos casos incluso se incrementa el insomnio. Una de las razones que afecta a esto es que los usuarios «sienten la necesidad» de estar constantemente pendientes de los datos que la pulsera mide. Esto es algo que al final perjudica la calidad del sueño del usuario. Como se habla en New York Times.
Como hemos dicho, hay varios estudios publicados hasta el momento. Uno de ellos fue el realizado en 2017 por la Escuela de Medicina de la Universidad Rush y la Escuela de Medicina de la Universidad Northwestern, disponible aquí. En el estudio, además de explicar lo que es la ortosmnia, se dan algunos ejemplos de casos ocurridos en la realidad. Entre ellos hay uno que explica muy bien este curioso fenómeno.
Una mujer acudió al médico, ya que en su pulsera de actividad se mostraba que tenía un promedio de eficiencia del sueño de un 60%. Los médicos realizaron diversos estudios y análisis a esta mujer, además de proporcionar medicación. Se llevó a cabo también un estudio del sueño, para comprobar que no hubiera nada anómalo. Tras estos análisis, se pudo concluir que no había problema con su sueño, todo era normal. Pese a esto, dicha paciente seguía mostrando preocupación y se cuestionaba si eso era verdad, por qué se seguía viendo que tenía un problema en su pulsera.
¿Hacer caso a los dispositivos?
Casos como este generan muchas preguntas, además de dudas sobre la efectividad de aplicaciones para monitorizar el sueño. ¿Tiene sentido hacer caso a un dispositivo como este? Como es lógico, desde las empresas defienden estas herramientas. Se presentan como una ayuda para los usuarios para poder tener información y comprender mejor su salud y su sueño. Además de poder ayudar a cambiar hábitos y ser más saludables en este sentido.
Dormir suficiente es algo esencial para estar sanos. Esto es algo conocido, que los médicos repiten también de manera habitual. Una ayuda adicional en este sentido puede ser algo bienvenido, que sin duda ayudará a muchos usuarios a una vida más sana. Esto puede ser en forma de herramientas para monitorizar el sueño. Aunque hay que considerar si este tipo de herramientas son algo realmente necesario para nosotros.
Además, no hay que olvidar que no solo la cantidad de horas dormidas es importante. Así que si te levantas descansado y con una buena sensación, es porque tu cuerpo ha podido recuperarse en este tiempo. Incluso aunque el reloj marque que el sueño no ha sido el mejor, cómo te sientes y la energía que se tiene en dicho momento es algo que hay que tener en cuenta.