¿Os acordáis de cuando sólo teníamos que pagar una cantidad concreta para acceder a un servicio? Qué tiempos aquellos. Hoy en día, todo es una suscripción, incluso aquellas cosas que antes venían incluidas o incluso eran gratuitas.
[Gestiona todas tus suscripciones y vigila lo que gastas con SubX]
El sector móvil tiene buena parte de culpa de que el consumidor medio se haya acostumbrado a pagar cada mes por bienes y servicios que antes se pagaban 'a tocateja'; como todo, es algo que tiene sus ventajas y sus desventajas, pero estas últimas son sin duda alguna las más polémicas.
En Android, y en el mercado móvil en general, ya es muy difícil encontrar apps de pago, que ahora se conocen como 'premium' pero que antes eran lo más normal del mundo: si quieres una app o un juego, pagabas una cantidad fija y era tuyo 'para siempre'. Hoy en día, cualquier app que se precie tiene una suscripción, bajo el pretexto de que pagar un poco cada mes es mejor que pagar mucho de golpe. Es una falacia, por supuesto, porque con el paso de los meses y la acumulación de suscripciones, es fácil pagar mucho más que antes; y lo peor es que, si dejas de pagar, normalmente, dejas de tener acceso al servicio o a las funciones que necesitas.
Hasta los más veteranos del software se han pasado a ese esquema. Adobe Photoshop, por ejemplo, ya no es aquel programa que suponía una gran inversión inicial pero que compensaba; ahora es una suscripción de 24,19 euros al mes. Microsoft Office se sigue vendiendo como siempre, pero le quedan dos telediarios: a Microsoft le conviene mucho más que pagues 69 euros al año.
Es posible defender este sistema, alegando que el desarrollo de software ha cambiado mucho respecto a los tiempos de los CDs en cajas de cartón: ahora las apps reciben actualizaciones constantes, con nuevas funciones y ventajas. Estás pagando por el privilegio de recibir esas ventajas, no tanto por el programa en sí. Eso no quita que haya quienes abusen de este sistema, o incluso quienes lo estén extendiendo al mundo del 'hardware'.
Coches por suscripción
Es algo que ya estamos viendo en el sector del automóvil. BMW es la marca que más está apostando por los servicios por suscripción en sus nuevos modelos, 'secuestrando' funciones que sólo están disponibles si estamos dispuestos a pagar cada mes.
Pongamos algo tan básico como los asientos calefactables, que suelen ser una opción que podemos elegir en la configuración de nuestro nuevo vehículo; si pagamos, los tenemos, así de sencillo. Pero el nuevo sistema BMW Connected Drive dice no.
Con el nuevo sistema, incluso si el coche viene con asientos calefactables de fábrica, no los podremos usar si no pagamos la suscripción de 17 euros al mes, o 170 euros al año. Es decir, todos los componentes necesarios estarán instalados, pero la opción para encender la calefacción no aparecerá en los menús del coche si no pagamos la suscripción. Otros elementos básicos con suscripción son la calefacción del volante (9 euros al mes) y el asistente de luz de carretera (8 euros al mes). También hay otras opciones, como Driving Assistant Plus, que por 37 euros al mes hace más "inteligente" al coche, capaz de mantenerse en el carril por si solo. Por el momento, sólo los modelos más nuevos de BMW usan este sistema de suscripción.
Ahora bien, aunque esta pueda parecer una práctica abusiva, es cierto que, sobre el papel, puede ser ventajoso para algunos compradores; además, hay que aclarar que BMW no ha quitado la opción de pagar una vez y para siempre por los asientos con calefacción.
Si elegimos la opción "ilimitado", sólo tendremos que pagar 385 euros adicionales al precio del vehículo, como con cualquier otro coche. Por lo tanto, durante los dos primeros años el servicio de suscripción saldría más barato (concretamente, durante los primeros 22 meses); pero a partir del tercer año estaríamos pagando más con el servicio de suscripción.
En resumidas cuentas, la suscripción sale rentable si somos de los que cambiamos a menudo de coche, y sale peor si preferimos mantener el mismo coche durante varios años. Lo bueno es que, al menos por ahora, BMW ofrece la posibilidad de elegir, pero es de imaginar que, si las suscripciones tienen éxito, se conviertan en el nuevo estándar de la industria.