Hace poco hemos recibido la noticia de que estaba disponible el novísimo benchmark 3DMark para Android. Este test, proveniente de PC promete ofrecernos unas medidas bastante ajustadas de potencia gráfica en nuestros dispositivos, pudiendo disfrutar de un test sin precedentes para poder juzgar de forma objetiva la potencia de nuestros smartphones.
Aunque a veces parece que damos ciertas cosas por sentadas y nos gustaría comentaros un poco algunos detalles sobre este tipo de programas para que podáis entenderlos un poco mejor. Así que, si ya sabéis mucho sobre benchmarking, este artículo quizá se os quede un poco corto, pero si no tenéis ni idea de qué estamos hablando, echad un vistazo a continuación y, si hay suerte, podréis aprender algo nuevo sobre cómo funciona este sistema de evaluación.
Qué es un benchmark
Los benchmarks son programas que se utilizan como banco de pruebas para evaluar determinadas capacidades del hardware o del software de forma objetiva. En informática está bastante extendido el uso de estas herramientas para poner a prueba las nuevas tarjetas gráficas y procesadores. No obstante, el auge que han experimentado los smartphones y el aumento desmesurado de la potencia de los mismos ha ido poco a poco trasladando la experiencia de uso de los ordenadores personales a la palma de nuestra mano y los benchmarks no han sido una excepción.
Cómo funciona un benchmark
Aunque, como ya hemos dicho anteriormente, hay benchmarks para probar de todo, lo más habitual es encontrarse con estos tests para probar rendimiento, sobre todo, en elementos 3D, gráficos y similares (como ocurre en PC) que son los que se usan generalmente para juegos.
Así pues, para estas evaluaciones se suelen hacer varios tipos de pruebas:
- Cálculos en coma flotante. Este test sirve para medir el rendimiento de nuestro procesador y se mide en FLOPS (o en escalas de esa unidad, como GFLOPS o TFLOPS), que son el numero de operaciones en coma flotante que es capaz nuestro procesador de realizar cada segundo.
- Gráficos 2D. Estas pruebas suelen mostrar un número ingente de elementos bidimensionales en movimiento y su objetivo es determinar si con determinado número de elementos simultáneos en movimiento en pantalla, la tasa de imágenes por segundo (fps) es constante y los picos (alto y bajo).
- Gráficos 3D. Espectáculo en estado puro. Es el test más bonito de ver tanto si entiendes de estos temas como si no. En este tipo de pruebas se genera un entorno tridimensional más o menos complejo en el que se varían elementos (luces, líquidos, reflejos) para ir comprobando el rendimiento y poner a prueba en todo tipo de situaciones a la tarjeta gráfica de nuestros procesadores.
- Lectura y escritura. Es una de las pruebas más feas y la más transparente al usuario. El dispositivo escribe y lee de las memorias RAM, ROM Interna y SD a fin de evaluar qué velocidad máxima podemos obtener en cada una de estas circunstancias. Tened en cuenta que el móvil más potente del mundo, con la mejor tarjeta gráfica, podría encontrar un problema de rendimiento enorme si una memoria de características más bajas creara un cuello de botella a la hora de que los programas intentaran escribir en las distintas memorias.
Como veis hay un poco de todo para tratar de darnos una idea un poco objetiva al respecto de cómo funciona nuestro teléfono, aunque siempre hay cosas que se le escapan a los tests y formas de falsearlos.
¿Son útiles los benchmark?
Pues sí y no, como todo. Muchas compañías han descubierto como falsear ciertos resultados en ciertos benchmarks, o que el desarrollado por tal o cual fabricante permite explotar más allá la tarjeta gráfica de mi teléfono, pero no la del tuyo, así que usaré ese para medir. Normalmente, tests como (por ejemplo) Quadrant, que evalúa muchos términos de nuestro aparato y nos ofrece un resultado ponderado entre todas esas características, suelen ser un poco más fiables si queremos hacernos una idea del rendimiento general. Sin embargo, si estáis buscando un buen cacharro para jugar, quizá sea más interesante acudir a evaluaciones como la de 3D Mark, que intentará reventar nuestra tarjeta gráfica sin arreglo a la resolución de nuestra pantalla o la de Epic Citadel, cuyo resultado variará en función de la resolución del dispositivo, aunque suele ser bastante de fiar. Así que en realidad, los benchmark nos serán tan útiles como fiables sean los tests en el apartado que nos interese evaluar.
No obstante, ningún test es definitivo y a la postre sólo la experiencia del día a día puede permitirnos evaluar de forma justa si el aparato que hemos adquirido se ajusta a nuestras necesidades o no.
Si queréis echarle un vistazo a alguno de estos benchmarks, podéis ver Epic Citadel en el artículo que le dedicamos hace poco y tenéis disponibles para descargar 3D Mark, Antutu o Quadrant en Google Play