El Black Friday tiene fecha de caducidad. ‘Claro, las 00.00 horas de este sábado’, diréis alguno. Razón no os faltará, pero realmente nos referimos a otro tipo de final. Uno definitivo. A pesar de que este microuniverso consumita ha ido expandiendo sus fronteras hasta el punto de ser una semana repleta de ofertas para abrir boca para el gran día, los días de compras masivos tienen, nunca mejor dicho, los días contados. Y el CiberMonday, tres cuartos de lo mismo. Y, ¿quién rubricará el fin de este fenómeno, heredado de la cultura ‘yanki’? Pues precisamente la tecnología. El comercio online, que en su momento tuvo un efecto similar al de la hormona del crecimiento en el Black Friday y el CiberMonday, evolucionará hasta el punto de matarlos.
En definitiva, que la acumulación de dos grandes días de consumismo habrá terminado más pronto que tarde. La evolución la tecnología en el sector de la distribución asociada hará que todo tipo de comercios, grandes y pequeños, con el tiempo puedan ofrecer a sus clientes lo que quieren al precio que quieren.
La idea la expone Roei Ganzarski, CEO de BoldIQ, en una editorial en la revista Wired. BlodIQ es una compañía de software que ayuda a optimizar las operaciones en el sector aeronáutico, salud o industrias como la mensajería y el sector del retail.
La tecnología predictiva tiene la clave
La clave está en el Big Data y el mantra que Amazon consiguió imponer. El gran librero de Internet es el gran exponente del ‘Quizás te pueda interesar’, ‘Otros usuarios que compraron X ítem también vieron’, ‘Productos relacionados con tu compra’ y demás fórmulas vistas en el comercio online. La empresa de Jeff Bezos consigue cada vez mayor fiabilidad en sus sugerencias, aunque, a veces, disparen como una escopeta de feria. De la misma manera, Google ha conseguido que su asistente Google Now aprenda de ti y sea capaz de sugerirte trayectos en cada momento. Incluso, los de Mountain View han conseguido crear un sistema en el que indicar en qué hora es mejor ir al centro comercial y que productos se han acabado.
Estos ejemplos son solo la punta del icerberg de la tecnología predictiva, que también permitirá poner fin a los grandes aglomeraciones comerciales y, por tanto, a esas marujas crecidas el primer día de rebajas o a un enjambre de geeks a la caza de una buena ganga techie en un Black Friday.
La noticia del fin de estas jornadas, sostiene Ganzarski, es positiva para todos: comerciantes y compradores. Los consumidores podrían esperar recibir el mejor precio en un producto determinado en cualquier momento del año y los comerciantes tendrían más fácilidades a lo largo del año. Pero ojo, Ganzarski avisa: «Esto no va a suceder de la noche a la mañana». Asegura que hemos estado «construyendo todo esto durante algún tiempo» pero solo ahora tenemos «la sofisticación» para realizarlo. «Cualquier día será un Black Friday», augura.
El Big Data será clave en todo esta transformación
La primera fase de este gran cambio de filosofía tiene su origen en lo que el autor llama «fase de cazadores-recolectores». «Cuando necesitaban algo, los compradores más esmerados buscarían anuncios, cupones y compras anticipadas. Iban de tienda en tienda para comparar productos y precios. A veces encontrarían lo que querían al precio que querían, a veces no. Si fueran pacientes, esperaban (o esperan) al Black Friday.
Amazon comenzó a cambiar esto. Amazon dejó claro que no hay que ir a la tienda. El proceso se volvió automático. Es decir, se comparaban los precios y productos sin tener que buscarlos físicamente. La mejora de los procesos de fabricación y de distribución ha acortado también el tiempo desde que se empieza a fabricar el producto
Con el tiempo, el comercio minorista online se convirtió en algo cada vez más sofisticado. Los comentarios y el perfeccionamiento de los algoritmos se convirtió en un boca a boca más eficiente. Internet ha sido el propulsor de estos cambios pero no puede por si sola aprovechar el potencial de todas estas herramientas. Con cada compra online, con cada consulta a los comparadores o con cada envío surgirán nuevos datos -como los que facilitaron conocer que producto nos podía interesar- que cruzados pueden acabar consiguiendo un equilibrio entre la oferta y la demanda. Algo que permitirá modificar los precios casi en tiempo real y dar salida previamente a ese stock y acabar con las grandes aglomeraciones.