A nosotros nos encantan las aplicaciones. Nos gusta probar y descargarlas todas. Ya que tenemos la suerte de tener smartphones de gama alta, nada mejor que llenarlos de cualquier aplicación que nos llame la atención. Hace unas semanas en un popular blog para usuarios iOS leíamos el término «appholic«.
¿Qué significa ser appholic? Básicamente aquellos que descargan compulsivamente cualquier nueva aplicación que vean en Google Play.
Appholic, cómo y por qué se produce
Muchos usuarios instalamos cientos de aplicaciones y al final siempre acabamos utilizando las mismas. Si eres de los que aparece una app con Material Design nueva y la descargas sin dudar, si ves un juego barato que tiene buena pinta y luego nunca juegas, si te bajas todas las apps que están gratis en Amazon Underground… probablemente seas un appholic y no lo sabes. Aunque no te preocupes, no estás solo.
La fiebre de las aplicaciones solo hace que crecer. Se descargan miles de millones de apps al año y el mercado doblará en tamaño antes de 2020. Los beneficios de las aplicaciones son cada vez mayores, lo que empieza a permitir a que los desarrolladores puedan vivir de su trabajo.
Los usuarios appholic al final fomentan que los desarrolladores trabajen más en sus juegos y apps. Muchos compran apps por precios de un par de euros solo por tenerlas en el móvil.
Aunque no debe verse como un simple capricho, más bien como un intento de revalorizar el dispositivo. Ya que te has gastado cientos de euros en el móvil, ¿por qué no gastarse un poco más? ¿por qué no comprar un par de apps para que tu móvil sea más útil?
Cómo evitarlo
¿Cómo evitar instalar todo lo que se mueve? Bueno, como en todas las adicciones lo importante es controlarlo. Uno puede instalar lo que quiera siempre y cuando al final te aporte algo. Si ves que instalas muchos juegos y no te los pasas, tómate un tiempo para redescubrirlos. Si compraste una aplicación de fotografía, pon un acceso directo y utilízala.
Por otro lado, es aconsejable de ver en cuando hacer limpieza e intentar tener durante un tiempo el móvil lo más ordenado posible. Finalmente, si has instalado muchas aplicaciones y recibes constantemente notificaciones por todas partes, elige silenciar el móvil con el modo no molestar y empieza a controlar tu móvil y no al revés.
Cosas malas y buenas
Ser appholic tiene su parte negativa y su buena. Por un lado los más fans de instalar todas las aplicaciones se dejan más dinero en el móvil, también tienen menos espacio en el dispositivo y viven más pendientes de su smartphone, incluso en aquellas ocasiones donde no hace falta. No, no hace falta tener siempre la última actualización que corrige bugs.
En el lado positivo los appholic son verdaderos exploradores Android. Prueban todas las apps y por tanto conocen más opciones, conocen mejores alternativas a las aplicaciones tradicionales y al final disfrutan más de su móvil. Sea como sea, los fanáticos de las aplicaciones son protagonistas de nuestro sistema y contribuyen a mejorar el nivel general de las apps.
¿Os consideráis vosotros un «appholic»? ¿Cuántas aplicaciones instaláis que luego nunca llegáis a aprovechar?
Imagen cabecera | Jason Bayton