A los humanos nos gustan dos cosas: los emoticonos y ser diferentes. Bueno, igual nos gustan algunas más, pero a propósito de este artículo, las relevantes son esas. Algunos recordarán como ya hace algunos años que cuando Microsoft permitió que cada no añadiéramos nuestros propios emoticonos al MSN Messenger comenzó una carrera armamentística por el emoticono más original. Esa carrera parece que sigue con emojis de famosos.
Es el nuevo filón que han encontrado algunos desarrolladores. De Justin Bieber a Stephen Curry, pasando por todo el árbol genealógico de los Kardashian. Y además, pasando por caja. Varias de estas aplicaciones cuentan con entre 5.000 y 10.000 a pesar de costar más de 2€, algunas de ellas incluso 3€.
Emojis de famosos: Dando gif por emoji
Y todo ello a pesar de que es imposible enviarlos a través de alguna de las principales aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp, ya que muchos de estas aplicaciones lo que hacen es enviarlos como si fueran GIFs o como stickers. Imaginad ahora qué pasaría ahora si Whatsapp lo soportara.
Esta es otra muestra del poder del emoji y de hasta qué punto queremos diferenciarnos de los demás. También abre la puerta a otro método de monetización si las aplicaciones abrieran la posibilidad de descargar paquetes de emojis -como por ejemplo ya hace Line con los stickers-.
Kim Kardashian, el primer icono-emoticono
Kim Kardashian y Whalerock Industries son, posiblemente, los grandes culpables de esta nueva fiebre. Fue la noche del 14 de septiembre de 2015, cuando lanzaron las aplicaciones oficiales de los Kardashians y los Jenners para iOS. A la mañana siguiente ocupaban los cuatro primeros puestos de la sección de entretenimiento. A partir de ahí todo fue en cascada.
Kimoji, la aplicación de emoticonos de Kim Kardashian, cuenta con una docena de personas trabajando directamente en la aplicación, con más de un centenar añadiéndose al proyecto de forma regular.
Hasta ahora, mantener tu marca en la red consistía en situarla en todas las redes: Instagram, Facebook, Twitter, allá donde estuviera el contenido. Sin embargo, al convertirte en un emoji das el salto también a la conversación privada, al chat de Facebook o al email. No sólo formas parte del flujo de contenido, sino que te conviertes en el contenido. Y eso, para alguien que vive de su imagen, es algo que no tiene precio por lo que muy posiblemente sea una tendencia muy al alza en un futuro próximo.