Ya sabemos que a Google le encanta matar servicios. Ya casi lo tenemos interiorizado. ¿Pero qué opciones nos ha dado cuando los servicios de Google cierran?
Google es una empresa peculiar. Es capaz de crear servicios y aplicaciones, crear más servicios y aplicaciones para que todos compitan contra todos, y cerrar los menos exitosos sin previo aviso. Aunque tengan una cantidad razonable de usuarios. No nos gusta, pero no parece que esto vaya a cambiar.
El caso es que Google, a la hora de descontinuar un servicio, suele dejarnos una alternativa. Si tienes suerte, se trata de otro servicio de Google. Si no la tienes, suele ser sacar tus datos y correr a otro servicio. ¿Pero cómo es el historial de Google en ese sentido?
De Google Talk a Allo & Duo, pasando por Hangouts
Todo empezó con Google Talk. Aquel cliente de mensajería, ligado a Gmail, gustaba a todo el mundo. Funcionaba bien, funcionaba rápido, y funcionaba con XMPP. A todos nos gustaba. Siempre saludaba. Hasta que a Google se le cruzó WhatsApp, y decidió intentar hacerle frente a su manera.
Así fue cuando Talk se convirtió en Hangouts, allá por 2013. Al principio vinculado con Google+, Hangouts nació como un intento de centralizar toda la mensajería de Google. Lo malo es que Hangouts, además de sus fallos, hizo que la mensajería de Google pasara de un estándar abierto a uno propietario.
Como todos sabéis, Hangouts no ha tenido mucho éxito en su lucha contra las aplicaciones de mensajería. Así que, a la Google, está abandonada. Ahora tenemos Allo y Duo, dos aplicaciones que se dedican por separado al chat y a las videoconferencias. Aunque Hangouts sigue viviendo como servicio para profesionales.
De Google Videos a YouTube
Esta historia duró poco en realidad. Nació en 2005 como un servicio para subir y compartir vídeos. Por aquel entonces abrió la puerta a que se pudieran embeber los vídeos en otras páginas web, toda una revolución por aquel entonces. Pero, y como habréis adivinado, en 2006 dejó de tener mucho sentido: compraron YouTube, su competidor directo.
Después de aquello, y en 2007, Google Videos empezó a mostrar vídeos de YouTube y otras webs entre sus resultados de búsqueda. En 2009 desactivaron la posibilidad de subir vídeos al servicio. Y en 2012 cerró, dando la posibilidad de transferir los vídeos a YouTube. El buscador de vídeos se integró en el Google habitual. Aunque Google Videos vive espiritualmente, porque es el dominio que Google Fotos usa para reproducir vídeos.
De Orkut a Google+, pasando por Buzz
Ay, las redes sociales. Otro campo que a Google se le ha resistido de lo lindo. Y mira que lo han intentado, hasta con tres servicios diferentes.
El primer intento fue Orkut, una red social basada en la amistad creada en 2004. Así, literalmente. Lo que hacía era ayudarnos a hacer nuevos amigos, y a encontrarnos con viejos amigos. Y ojo, allá por 2008 era una de las páginas más populares en India y Brasil. Su cierre se produjo en 2014, momento en el que YouTube, Blogger y Google+ ya estaban intentando convivir.
Google Buzz salió tiempo después, en 2010. Buzz nos dejaba compartir todo lo que quisiéramos en un sistema de estados y comentarios. Sergey Brin lo vendió en su momento como un puente entre el trabajo y el placer. Pero, con un estilo similar al caso de Google Talk, no terminó de cuajar. Así que Google lo remató y creó Google+.
No creo que haga falta que os cuente cómo Google nos intentó meter Plus con calzador. Que si obligarnos a crear una cuenta para comentar en YouTube, para usar Hangouts, sugerir la red de una manera más que insistente… y ni así ha conseguido ponerse al nivel de Facebook o Twitter.
De Image Labeler… a Image Labeler
Image Labeler es uno de los casos curiosos en el que un servicio ha vuelto. Nació siendo un juego en el que ayudamos a mejorar al buscador de imágenes de Google. Funcionó de 2006 a 2011, y era un concepto inteligente: te entretienes con un juego competitivo mientras ayudas a Google a afinar sus algoritmos de búsqueda.
La gracia es que ‘Image Labeler’ como tal volvió en 2016. Y sirve para lo mismo, ver si Google está organizando imágenes correctamente. La pena es que ya no es un juego, es una simple herramienta donde podemos colaborar si nos apetece.
¿Y qué hay de los servicios sin sustituto?
Pero, y por desgracia, no siempre hay sustitutos para los servicios que Google cierra. Existen casos en los que los usuarios se quedan sin herramienta, y tienen que buscar un servicio de otra empresa para suplir esa necesidad. Quizás el caso más famoso es el de Google Reader: cerraron el servicio con un aviso mínimo, y la gente tuvo que buscarse la vida para encontrar un nuevo lector de RSS.
Y aquí es donde entra Google Takeout. Creado como una forma de dejarnos salir de Google, Takeout también sirve para salvar todos los datos de esos servicios que cierran. Aunque no vayan a cerrar nada ahora mismo, siempre conviene echarle un vistazo por si te apetece extraer algo.