Los asistentes virtuales lo saben todo de ti: ¿merece la pena?
En pleno auge de los asistentes virtuales, nos vemos abocados a otorgarles toda la información posible para facilitar nuestra vida. ¿Merece la pena?
22 noviembre, 2017 20:20La inteligencia artificial está a la orden del día. Los mejores ejemplos son los asistentes virtuales que ya pueblan nuestros teléfonos cada vez más. Los nombres son variados y ya son multitud: Google Assistant, Alexa, Siri, Bixby… y la lista aumentará.
El problema radica en que, para que ellos aprendan de ti, debes darles información. Y la privacidad es algo muy a tener en cuenta en un aspecto cada vez más ligado a nuestra vida diaria como es el de la telefonía. ¿Merece la pena darles tanta información? Puede que sí, o puede que no. Veámoslo.
Asistentes virtuales: beneficiosos pero entrometidos
No es un misterio que los smartphones se han convertido en una parte indispensable de nuestra vida. Prácticamente es el centro de nuestra organización, el lugar donde almacenamos casi toda la información privada de la que disponemos. Es normal, ya que su versatilidad y la posibilidad de portarla donde sea ayuda mucho al día a día.
Y por supuesto, el problema no es que un asistente virtual sepa más de ti o no, ya que no deja de ser un software y ya está. La cuestión radica en quién es el dueño de dicho software. Porque sí, la información la usa el asistente. Pero por extensión, es dicha empresa la que también maneja esa información.
Un asistente como tal no puede ser un problema. El asunto es quién es dueño del asistente
Y claro, habiéndonos despertado hoy con la noticia de que Google sabe nuestra ubicación incluso con ella desactivada, no podemos más que preocuparnos cada vez más por nuestra privacidad. Ya se dijo una vez que la privacidad en Internet dejaría de existir. Y parece ser que va camino de cumplirse.
La delgada línea entre la comodidad y la privacidad
Un asistente virtual pierde mucha usabilidad si no le proporcionamos los datos que necesita para anticiparse a nuestros usos. Por ejemplo, no puede activar el Wi-Fi cerca de tu casa si desconoce tu ubicación. No puede poner una alarma de forma automática si no sabe cuándo te despiertas. Detalles que resultan en un mapa de tu rutina.
La incógnita se esconde en descubrir dónde esto se traduce en comodidad y dónde en intromisión de la privacidad. Aunque por una parte nuestros asistentes sean muy útiles, debemos sentarnos y reflexionar si eso realmente justifica el hecho de que tengan tanto acceso a nuestra vida privada.
¿Comodidad o privacidad? Esa es la cuestión
Si nos paramos un segundo a pensarlo bien, podríamos pensar que los detalles que nos aporta un asistente virtual quedan en evidencia ante el hecho de que un software esté pendiente de nuestras vidas. ¿De verdad? Bueno, depende de la persona y del uso que le de.
Y en este vasto campo que constituyen los usuarios de Android, tenemos de todo. Desde los que jamás usarán sus asistentes virtuales hasta los que lo usen como centro de usos para su smartphone. Luego hay usuarios como yo que los uso de vez en cuando, pero ese es otro tema.
Y en un caso normal, podría decir que la clave está en darle opciones al usuario y que eligiese si quiere un software así en su teléfono. Podría de referirme a un sistema operativo mucho menos fragmentado de lo que está Android. Diversificar estas opciones sólo serviría a más fragmentación. La clave, en mi opinión, está en la accesibilidad.
Que el usuario al final pueda decidir
Sí, sé que los asistentes se pueden inhabilitar. Pero el problema no está en que se puedan habilitar o no, sino eliminar por completo. Sólo ha sido Samsung por ahora la que ha dado a sus usuarios la posibilidad de que eliminen Bixby de sus Samsung Galaxy. Por lo demás, tenemos a los demás de forma casi obligatoria.
Y ojo, no digo que esos softwares se deban eliminar. Ya he dicho que por mi parte uso muchísimo por ejemplo Google Assistant. Independientemente, para que puedas eliminar a Assistant o a otro asistente en el caso de Samsung debes pasar por la vía dura: el acceso root o el adb.
Si la única manera de eliminar completamente del sistema a (por ejemplo) Google Assistant pasa por estos métodos, es normal que nadie siquiera se llegue a plantear si resultan intrusivos o no. Ahí están, y ya está. Y aunque no creo que puedan hacer mucho con nuestros datos en el caso de recopilarlos con estos asistentes, es una puerta de atrás inevitable a nuestra privacidad.
El no permitir de forma abierta y accesible a los usuarios eliminar estos asistentes hace que los usuarios se despreocupen
Una cosa está clara. Estos software de inteligencia artificial llegarán a un punto en el que serán parte de nuestra vida de forma casi total. Nuestra rutina estará tan automatizada que es cuestión de tiempo que los consumidores tecnológicos las adoptemos de forma más natural a lo largo de los años venideros.
La clave reside en tener responsabilidad doble; tanto en nuestra privacidad como en dichos asistentes virtuales. Porque sí, pueden hacer nuestra lista de la compra, pueden ayudarnos a llegar a algún sitio… pero no son más que máquinas. Y nosotros al final somos los humanos responsables de nuestros actos.