Hace ya un tiempo que Signal se convirtió en el centro de titulares, al ser la aplicación de mensajería ultrasegura, usada por Edward Snowden, personaje que se ha convertido en un ídolo para aquellos que buscan que Internet sea un lugar libre, sin control de empresas o gobiernos.
Al margen de ello, Signal ha demostrado en múltiples ocasiones ser una de las aplicaciones de mensajería más seguras del momento, si no la mejor. La aplicación cada vez es más popular, lo que conlleva que el equipo detrás de la aplicación de mensajería necesite más recursos. Lo que acaba llevando al problema de siempre. ¿Cómo se financia una aplicación que antepone al usuario por encima de todo?
Nace la Signal Foundation, organización sin ánimo de lucro
A través de un comunicado en su blog, los chicos de Signal nos han hablado un poco sobre su historia. El objetivo de Signal, incluso antes de que llegase a llamarse Signal fue crear un sistema de criptografía que funcionase para todo el mundo. Desde entonces, han construido un servicio utilizado por millones de personas. Desde ejecutivos de clase C a empleados de cocina, cada vez más personas utilizan Signal.
La compañía desea seguir creciendo, pero eso no siempre es tan fácil. El presupuesto actual de Signal solo les permite tener a unos dos o tres desarrolladores trabajando a tiempo completo. En total, Signal nunca ha tenido más de siete trabajadores a la vez. Pero claro, para crecer como compañía es necesario invertir dinero.
El problema con el que se han encontrado es que si consiguiesen inversores, tendrían los recursos para seguir creciendo, pero tendrían que estar de forma constante persiguiendo unos beneficios, lo que acabaría repercutiendo perder el foco para lo más importante, los usuarios.
Desde hoy, nace la Signal Foundation, una organización sin ánimo de lucro, la cual estará mantenida únicamente por donaciones. Ni habrá patrocinios con empresas, ni publicidad, ni control de gobiernos. Serán los usuarios, con su propia libertad, los que podrán ayudar.
¿Qué tiene que ver el fundador de WhatsApp con todo esto?
Curiosamente, quien ha puesto el primer ladrillo en la Signal Foundation ha sido Brian Acton, uno de los cofundadores de WhatsApp. No se trata de ningún conflicto de intereses con Facebook, ya que Brian hace ya un año que dejó la compañía que fundó; ahora propiedad de Facebook; y que lleva desde entonces pensando en un objetivo sin ánimo de lucro que apoyar.
Brian ha encontrado en Signal la pasión e interés por mantener viva la privacidad de los usuarios, en un momento en el que proteger nuestra información es crítico. Casualmente hoy conocíamos que WhatsApp y Facebook estarían comenzando a integrarse aún más, algo que contrasta con el objetivo que busca Signal.
WhatsApp y Facebook no tienen nada que ver con la inversión.
La aportación de Brian a la fundación es de 50 millones de dólares, cifra que ayudará a que la; desde ahora fundación; pueda ampliar el personal y comenzar a establecer metas a largo plazo. Un colchón con el que seguir manteniendo una estructura que quiere luchar por la privacidad.
¿Puede funcionar una compañía tecnológica sin ánimo de lucro?
En un mundo en el que la competencia es cada vez más feroz, luchar por conseguir unos beneficios es una tarea cada vez más difícil para las empresas que no están a la altura de lo que demanda el mercado. ¿Puede una compañía tecnológica sin ánimo de lucro subsistir?
Pues aunque parezca increíble, sí. De hecho, es gracias a The Linux Foundation, una organización sin ánimo de lucro que hoy tenemos Linux. Recordemos que Linux es el núcleo de Android, nuestro sistema operativo móvil favorito, por lo que sin organizaciones como esta, quizás hoy puede que ni siquiera tuviésemos Android.
Otra organización sin ánimo de lucro es Mozilla, conocida por su navegador web Firefox, además de muchas otras tecnologías que han contribuido a que Internet sea un lugar mejor.
Por último tenemos a la Wikimedia Foundation, asociación sin ánimo de lucro que mantiene la Wikipedia. Sí, seguro que ya conoces la Wikipedia de sobra.
Como veis, son muchas las compañías tecnológicas que han conseguido mantenerse en el tiempo buscando como único beneficio hacer del mundo un lugar mejor. ¿Lo conseguirá Signal?