El Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública ha lanzado un proyecto llamado Cartera Digital que buscar ser una suerte de DNI digital para los ciudadanos españoles. En un futuro, cuando el proyecto se estabilice y crezca, se podrá tener ahí el certificado de empadronamiento, los títulos académicos y más. No obstante, su primera función es mucho más controvertida.

El lanzamiento de este programa viene de la mano con una de sus funciones, la primera, que consiste en permite comprobar la edad de una persona a la hora de usar servicios online en los que la mayoría de edad es importante. Sí, está diseñada para que los menores de edad no puedan acceder a las páginas web de contenido para adultos.

Esta aplicación ha causado un gran alboroto mediático y, en el futuro, seguramente también social, por las implicaciones que tiene. Actualmente no está operativa, pero se podrá usar a finales de verano, aunque obviamente su instalación no es obligatoria. Por el momento se limita a las páginas webs alojadas en territorio español, pero más adelante debería aplicar a cualquier página web para adultos que sea accesible desde España.

Límites ridículos

La aplicación está diseñada para exigir una comprobación de identidad al usuario cuando vaya a entrar en una página web de contenido adulto desde territorio español. En un principio sólo funcionará para páginas españolas, pero en un futuro se podrá aplicar a otro tipo de webs. El problema es que saltarse esos límites no es difícil.

Los VPN son servicios que permiten emular la localización de conexión; es decir, permiten hacer pensar a una web que estás en otro país. Se usa actualmente para muchas cosas, desde tener YouTube Premium más barato a poder usar los servicios de Google en China.

App de Cartera Digital El Androide Libre

Si incluso en un país como China, con una infraestructura informática que les hace tener casi una versión propia de Internet es difícil restringir el uso de esos VPN, en España se antoja imposible. Es cierto que dificulta el acceso a ese tipo de contenido, pero sobre todo lo hace para usuarios que tengan menos conocimientos de estas tecnologías, y no son normalmente los más jóvenes. Además, esta aplicación no afectaría a otras aplicaciones como OnlyFans o a los grupos privados de WhatsApp o Telegram, donde mayormente los jóvenes consumen contenido.

No son pocos los expertos y usuarios que indican que esto no es una solución real, como no lo fue en el Reino Unido cuando se intentó ejecutar una solución parecida. Ahí ya están en la siguiente fase, debatiendo si prohibir a los menores de 16 años comprar un móvil.

Peligros de la app

Pero que Cartera Digital no vaya a solucionar los problemas a los que apunta no quiere decir que no vaya a crear otros nuevos, como indican en Panda Security. El desarrollo de la aplicación por parte del gobierno no exime de posibles filtraciones de datos o fallos de seguridad, como demuestra el reciente caso de la DGT. Pero hay más problemas.

Datos personales. Uno de los principales problemas es que haya una filtración de datos personales que exponga a los usuarios de esta app. Como al inicio su único fin es el de entrar en webs para adultos, es de suponer que todo el que esté registrado tenga como fin último ese.

Dos niños mirando la pantalla de un móvil Bing Create El Androide Libre

Clasificación de ciudadanos. El saber qué tipo de preferencias tendrán los usuarios en función de las webs que visiten es otro de los problemas potenciales. El gobierno no debería poder clasificar así a las personas y, pese a que no haya intención para hacerlo, nada indica que en el futuro vaya a seguir así.

Objetivo de hackers. Una aplicación como esta, con un perfil de usuario tan concreto en el inicio, es blanco perfecto para los ciberdelincuentes, ya que podrán extorsionar a los usuarios si logran hacerse con sus datos para obligarles a pagar dinero a cambio de no hacer público que consumen pornografía.

Depredadores sexuales. El limitar el acceso de los menores al porno puede ser algo bueno en principio, pero también se crearían mercados negros donde los depredadores sexuales tendrían garantizado que sus víctimas serían siempre menores de edad.