La automoción viene siendo parte integral de la vida de la mayoría de los países del mundo desde hace décadas. En España vimos cómo un coche como el Seat 600 logró motorizar a toda una generación que no había podido disfrutar de las posibilidades de los viajes a medias y largas distancias sin depender del tren o de sistmas más pedrestres, como los caballos o los carromatos.
A lo largo de sus más de 100 años de hstoria hemos visto numerosos cambios en la industria, desde los más conocidos como la cadena de producción en serie de Henry Ford al sistma de fabricación de Toyota mucho más adelante. Actualmente también estamos en pleno cambio de paradigma, con la electrificación del parqué móvil en muchos países y con los cambios que eso implica.
De hecho, este cambio viene de la mano de otro que no está siendo tan comentado pero que podría cambiar el paradigma mucho más que la electrificación: el coche conectado. Estamos justo en el momento en el que los vehículos se están convirtiendo en ordenadores con ruedas, siendo capaces de conducir sólos mediante una planimetría actualizada en tiempo real sin intervención del conductor. Y hubo un día en que todo eso empezó. No obstante no todos los cambios están siendo bien recibidos por la mayoría ya vemos cómo muchos usuarios, por ejemplo, echan de menos los botones en coches que lo apuestan todo por la pantalla táctil.
El día que lo cambió todo
Se suele decir que la sociedad ha cambiado mucho, para mal, por culpa del smartphone. La realidad es que es cierto que hay servicios que han modificado elecciones, que han hecho que los jóvenes están más enganchados que nunca a las pantallas, pero no es menos cierto que también hay aplicaciones y servicios que nos han facilitado muchas cosas. En España la comunicación ha cambiado completamente gracias a WhatsApp, por ejemplo.
Otro buen ejemplo de esto es Gmail, el servicio de correo electrónico de Google, que cambió el paradigma de lo que era un servicio de mail gratuito. Lo mismo pasó con YouTube en el streaming, que ha logrado crear incluso un nuevo tipo de trabajo (son su parte oscura también), o con tantas otras aplicaciones. Pero una de las que más reconocidas como positivas, y que no tiene contraparte negativa es Google Maps.
Esta herramienta nació como Where 2 Technologies en 2003, siendo una empresa australiana que fue adquirida poco después por Google, en 2004. Su incipiente tecnología fue la que dio lugar al lanzamiento de Google Maps en 2005. En una primera etapa se trataba de un sistema de cartografía que pretendía, nada menos, mapear todo el planeta. ¿Para qué? Lo averiguaríamos cinco años más tarde.
En 2009 Google presentó la que sería la función estrella para muchos (y eso que Street View había sido lanzada un par de años antes, en 2007), el poder crear rutas en la aplicación para navegar hacia ellas como pasaba en los dispositivos de GPS creados por empresas como Sygic o TomTom. Se anunció en un vídeo en YouTube, que podéis ver sobre estas líneas, en el que se presentaba en fase Beta, como ha sido la tónica habitual de la compañía en su historia. Ya entonces se integraban funciones que aún hoy llaman la atención, como el cálculo del tráfico en tiempo real, usando la información de los propios móviles que estaban en los coches. Y esto fue algo diferencial. Además, ya no era necesario descargar mapas, actualizarlos mediante tarjetas SD, etc.
La navegación se podía hacer mediante la introducción de la dirección, como en los GPS de otras marcas, pero también tenía integrado un sistema de reconocimiento de voz que permitía decir en voz alta al móvil dónde queríamos ir y el sistema calculaba la ruta de manera automática. Actualmente esto no es nada innovador, pero hace 15 años se trataba de un sistema adelantado a su época.
Desde entonces hemos visto numerosos cambios en la aplicación, pero lo más importante ha sido la trascendencia de la misma al venir en todos los móviles Android que se vendían en la mayor parte del mundo. Países como Rusia o China, por motivos obvios, no tenían muchos de los servicios de la empresa, pero en el resto de mercados Google Maps ha sido la referencia en navegación GPS casi desde su inicio. Sólo en los últimos años Apple ha logrado rivalizar en algunos países como Estados Unidos con Apple Maps. La hegemonía de Google ha sido tal que hasta ha propiciado una alianza entre Apple, Microsoft y Amazon.
Pero la navegación no era sólo algo disponible para ir a ciertas direcciones, sino que también se lanzó una enorme base de datos de lugares a los que navegar. Esto se ha convertido en una de las mejores funciones de Google Maps, permitiendo no sólo localizar la ubicación de una empresa, sino también poder ponernos en contacto con ella por teléfono, mirar su ficha para ver la información que la propia empresa ha proporcionado, etc.
Más que una app de mapas
No en vano en los últimos tiempos Google Maps ha evolucionado tanto que se ha empezado a asemejar a una red social, más como una suerte de recomendador y filtro de lugares que como una red al uso. Google Maps es uno de los principales rivales de servicios como TripAdvisor o The Fork. Pero eso no ha desviado su uso central, que sigue siendo el buscar sitios para realizar ciertas acciones y, luego, calcular la forma en la que se llega.
Esto, que empezó en 2005, en los últimos años ha llegado incluso a los coches con la creación de Android Automotive, que ha supuesto un revulsivo en la industria, sobre todo para los fabricantes que no tenían la capacidad de crear un software adecuado para el control de sus coches conectados. La integración de Android Automotive con el coche y con Google Maps permite al sistema no sólo crear las rutas como se hacía en 2005, sino obtener por ejemplo el dato de porcentaje de batería restante y hacer los cálculos para saber si llegaremos o no a nuestro destino.
Y en el caso de no hacerlo es capaz de calcular las rutas hacia las electrolineras de forma automática, de nuevo basándose en todos los datos que tiene Google Maps sobre trayectos, orografía, climatología, etc. Esto, junto con los datos que proporciona el propio coche hace que sea posible crear estas rutas de manera automática.
El futuro de Google Maps parece más prometedor que nunca, con un ritmo de innovación que no se suele ver en servicios con casi dos décadas de antigüedad. Google sabe que es uno de los que más fideliza a sus usuarios y uno de los pocos que se suele usar en iOS casi tanto como en Android, salvo en unos pocos mercados, como hemos mencionado antes.