Desde que Gamefreak decidió juntar dos palabras tan distantes como «Pocket» y «Monsters» para nombrar su nuevo juego, Pokemon, la fiebre por la captura y entrenamiento de monstruitos coleccionables no ha bajado ni por un solo momento. No solo han salido entregas para todas las consolas portátiles de Nintendo desde Game Boy, sino que sus competidores han lanzado varias sagas «inspiradas». El juego que nos ocupa hoy, Monster Rivals, puede parecer que bebe de esas mismas influencias, aunque en honor a la verdad hay ciertas diferencias. Pero ¿son para bien?
Iniciamos el juego con la posibilidad de crear nuestro propio monstruo de compañía. Esto suena mas emocionante de lo que realmente es, ya que la variedad de opciones es bastante limitada. Apenas hay unas pocas cabezas e incluso menos cuerpos y colores, lo cual conlleva que nos encontremos bichos muy parecidos al nuestro después de pocos minutos. Y es que de nada sirve la personalización si no tenemos con qué personalizarlo. Por tanto nunca desarrollaremos un cariño especial hacia nuestra mascota, y no ayuda nada que no se pueda hacer con ella otra cosa mas que pelear.
La exploración no existe en este juego, ya que para encontrar un rival aleatorio solo tenemos que elegirlo en el menú, o bien podemos conectar nuestra cuenta de Facebook para luchar contra nuestros amigos. Una vez iniciada la batalla, vemos que aunque los gráficos y la interfaz parecen sacados de un juego de lucha en 2D, en realidad se desarrollan por turnos, siendo el valor de la velocidad de cada monstruo lo que determina quién empieza primero. Una vez que empiezan los mamporros no podemos hacer absolutamente nada, aparte que ver cómo transcurre el combate. La única ocasión en el que podemos interactuar es cuando nuestro monstruo consigue acceso a su ataque especial, y en ese momento tendremos acceso a un minijuego consistente en tocar diversos puntos de la pantalla en el instante adecuado. A mayor precisión, mas poderoso será el ataque.
Una vez uno de los dos monstruos cae, conseguiremos diversas recompensas, principalmente oro. Es con ese oro con lo que podemos mejorar nuestro monstruo, comprando armas con distintos ataques asociados, o gemas que mejoren sus habilidades. Una vez que hemos terminado de comprar y equipar, toca volver a luchar. Lo único que podemos hacer es repetir este ciclo, lo cual tampoco sería tan malo si hubiese mas variedad. Normalmente en cuanto se da el primer golpe ya sabes cómo va a terminar la batalla, así que esperar a que terminen las animaciones es un ejercicio de paciencia.
Monster Rivals da la sensación de ser un esbozo de un juego que podría ser mucho mejor. Si los creadores añadiesen elementos de aventura y tuviese una mayor personalización no tengo dudas de que sería una alternativa muy capaz. Tal y como está, solo es recomendable si eres muy aficionado a criar monstruos y no esperas demasiado del juego.