Hay muchas maneras de matar zombies. Podemos atropellarlos, como demostró el reciente Zombie Road Trip. Podemos hacerlos rodajas con una katana, o optar por una solución mas explosiva con dinamita. En cambio, Call of Mini: Brawlers opta por ofrecernos un gran arsenal, soltarnos en mitad de la reunión anual de zombies anónimos, y retarnos a matar la mayor cantidad posible. ¿Argumento? ¿Para qué?
No es que eso sea algo malo, por supuesto, de hecho es esa apuesta descarada por la acción la que acaba por salvar un título que no cuenta con pocas asperezas. La progresión del juego es bastante lineal, excepto por alguna ocasión en la que podremos elegir qué nivel pasarnos primero. No hay mucha complicación una vez entramos en faena, ya que los objetivos suelen ser bastante simples, como eliminar una cierta cantidad de enemigos, sobrevivir una cantidad de tiempo determinada, o llegar al final del nivel. En todos los casos la mecánica de juego no cambia, con una jugabilidad en 2D en la que solo podemos avanzar de un lado a otro mientras que machacamos los distintos tipos de muertos vivientes con los dos botones de ataque disponibles, el del arma de fuego y el del arma cuerpo a cuerpo.
Como vemos, no es lo mas original que encontraréis en Google Play, y esta descripción se ajusta también al sistema de mejoras del juego, con dos tipos de monedas distintas, una mas común pero que solo nos servirá para mejorar y comprar las armas menos poderosas, y otra mas difícil de conseguir que será la que nos permita ponerle las manos encima a cosas mas brutas, como ametralladoras gatling y lanzacohetes. Por supuesto, aquí es donde entra en juego el sistema de micropagos, y la verdad es que es casi imposible conseguir algunas de esas armas sin soltar dinero. No es que el juego se vuelva injugable por ello, claro.
Lo que no funciona tan bien es la decisión de incorporar elementos 3D a la jugabilidad 2D. Como ya he dicho, el juego transcurre de un lado a otro, pero los enemigos sí que usan la profundidad, y a veces aparecen mas cerca o mas lejos de la cámara. A efectos jugables no cambia nada, ya que el sistema calcula qué enemigo es el mas cercano y apunta automáticamente hacia él siempre y cuando estemos mirando hacia ese lado. Este sistema no funciona tan bien como debería, y en muchas ocasiones sufriremos los mordiscos de un zombie que permanece en un punto muerto, en el que no le podemos apuntar ni mirando hacia la izquierda ni a la derecha. El control es otro elemento que sufre debido al diseño de la cruceta, que por algún motivo está algo mas tumbada que el resto de los botones, lo que me costó un par de muertes mientras intentaba mover al personaje hacia una dirección.
El conformismo es el mayor enemigo de Call of Mini: Brawlers. Es de esos juegos que olvidas al poco tiempo de jugarlos, pese a que pasaste un buen momento mientras que lo jugabas.