Hasta de la nimiedad mas común se puede hacer un videojuego, y si no que se lo pregunten a los creadores de Little Chomp. En este juego controlamos a un gusano con solo un objetivo en la vida: conseguir fruta para que el resto de sus congéneres pueda crecer hasta convertirse en preciosas mariposas. Por el camino tendrá que esquivar mariquitas y arañas e ir a toda velocidad por la montaña rusa que es un bosque cualquiera. No, no es un juego muy realista.
La mecánica de Little Chomp es básica hasta decir basta. Partimos del suelo del bosque, agarrados por los dientes a una de las hojas salientes. A partir de ahí tenemos que subir hasta las copas de los árboles, apuntando a nuestro personajillo como si fuera un tirachinas. El elástico cuerpo del gusano nos permitirá realizar disparos, aunque por supuesto debemos tener en cuenta la gravedad antes de hacerlo. Si la física más elemental no se nos da muy bien solo tenemos que esperar unos segundos y una línea roja nos indicará la dirección que tomará nuestro protagonista.
Cada nivel es un espectáculo de ramas en forma de rampa, champiñones que nos hacen saltar grandes distancias, y otros elementos que nos ayudarán o nos pondrán la tarea mas difícil (a veces ambas, dependiendo de cómo los tomemos). El objetivo es acumular monedas y, sobre todo, la fruta desperdigada por los niveles. Esta fruta será la que nos hará progresar permitiendo que nuestros compañeros gusanos crezcan y se conviertan en mariposas. Hay un cierto grado de coleccionismo en el juego gracias a los distintos tipos de mariposas, mas de cien diferentes, aunque no afectan al juego en sí.
Little Chomp es un juego simpático, de esos que no tienen muchas pretensiones mas allá de ofrecer diversión inmediata y sencilla. Tal vez el protagonista no sea el mas carismático que hemos visto hasta ahora, pero en general el diseño gráfico es agradable así que se perdona. El juego completo cuesta 0.74€, aunque también hay una versión Lite con publicidad y limitada a los cinco primeros niveles.