«No importa si es por mucho o por poco, ganar es ganar». En el mismo instante en el que Vin Diesel soltó esta frase en A Todo Gas (The Fast and the Furious) buena parte de la audiencia había descubierto por primera vez que correr en línea recta podía ser tan emocionante como cualquier otra disciplina del motor. Además, esta cinta fue la culpable de que la moda del tuning se extendiese a los videojuegos, y sagas como Need for Speed cambiaron para reflejar el nuevo estilo. Ahora lo importante no eran las carreras en sí, sino ganarlas con estilo, con ensanchamientos de carrocería, escapes escupidores de fuego y colores poco recomendables para nuestra salud ocular.
CSR Racing sigue este camino de usar coches reales y una ambientación nocturna para introducirnos en el exagerado mundo de las carreras ilegales. La diferencia respecto a la mencionada saga de EA Games es que aquí no es necesario girar el volante: todo el juego se basa en drag racing, carreras en línea recta (normalmente sobre un cuarto de milla), en lo que lo mas importante es apretar los botones y palancas en el momento adecuado.
El inicio del juego sigue los cánones del género, con una serie de personajes secundarios que nos ayudarán en nuestros inicios hasta que estemos listos para empezar a retar a las distintas bandas callejeras que controlan la ciudad. Aunque solo tengamos que avanzar en línea recta, no todo es cuestión de tener el coche con mayor potencia. Otros factores como el agarre de los neumáticos tienen igual o mayor importancia, y de nada servirá activar el óxido nitroso si las ruedas patinan y toda esa energía se transforma en goma y humo desperdigados por la pista.
Como es habitual en este tipo de juegos gratuitos, existen dos monedas distintas. Los dólares son relativamente fáciles de conseguir si nos metemos en los retos disponibles, pero las monedas de oro son mas complicadas (solo recibiremos una al subir de nivel), pero son las que nos abrirán la puerta a coches mas interesantes o mejoras mas poderosas. Asímismo, nos hará falta gasolina para navegar por la ciudad, previo pago. Por supuesto, aquí es donde entra en juego nuestra tarjeta de crédito si no somos pacientes o no nos conformamos con la berlina beige de nuestros padres.
CSR Racing pega muy fuerte al inicio, con unas carreras emocionantes que reclaman nuestra atención al cien por cien. Fallar un cambio de marcha o revolucionar demasiado el motor antes de la salida nos costará mucho tiempo, y el motor gráfico hace un buen trabajo mostrando coches llenos de reflejos que a veces parecen estar desgarrando el espacio-tiempo con su velocidad. Solo cuando llevamos un tiempo con el juego nos daremos cuenta de lo repetitivo que resulta. Una vez que le hemos cogido el truco a un coche solo tenemos que repetir una y otra vez el proceso, hasta que nos veamos obligados a cambiar o se nos acabe la gasolina y tengamos que pagar. Pero si no os importa este detalle, CSR Racing es una buena opción para los alérgicos a mover el volante.