NVIDIA ha apostado fuerte por Android. Su CEO y cofundador Jen-Hsun Huang volvió a asegurar en una charla acerca de sus resultados financieros que el ecosistema de juegos para Android va a crecer significativamente en los próximos años.
Es un entusiasmo moderado. Huang cree que los videojuegos solo son una parte del brillante futuro de Android. Para que esta experiencia sea completa deben dotarla de una gama de dispositivos que puedan aprovechar las bondades de la plataforma.
Qualcomm dijo hace unas semanas que no se centrarían en Android, ya que este nunca estaría al nivel de las consolas y ordenadores tradicionales. NVIDIA asegura que no se rendirán, pues tienen mucho que decir respecto a los procesadores de las siguientes generaciones.
Shield y Tegra Zone
La NVIDIA Shield se lanzó este año, básicamente como una pequeña tablet Android con controlador incluido. Con esto crearon una consola portátil movida con su Tegra4 para luchar contra Nintendo o Sony. Una reciente actualización de Shield permite conectarlo a pantallas más grandes, incluyendo televisiones. Esto es una muestra de que NVIDIA quiere enfocarse en algo más que los juegos casuales, pues saben perfectamente que un dispositivo con Android tiene un potencial mucho mayor.
Jen-Hsun Huang lo resume con sus propias palabras: “Shield es nuestra iniciativa para cultivar el mercado de los videojuegos para Android. Creemos que Android será una gran plataforma de videojuegos en el futuro, y para lograr eso debemos crear dispositivos que permitan que una gran experiencia de juego suceda en Android.»
Para ellos todo centra alrededor de Tegra Zone, su plataforma para conectar el hardware propio de la casa con juegos especialmente ideados para aprovechar al máximo su potencia. En principio hay grandes juegos como Dead Trigger 2 o N.O.V.A 3 que tienen unos gráficos sobresalientes, pero sin embargo parece claro que los demás fabricantes han preferido utilizar los chips de su competencia antes que Tegra 3 o Tegra 4.
La razón de su retraso respecto a Qualcomm no es por culpa de los juegos ofrecidos o la experiencia que se consigue. La culpa viene de mucho antes, cuando decidieron que no incluirían un chip LTE de fábrica en sus Tegra. Y no ha sido hasta la llegada de Tegra 4i que han sacado una solución. Han llegado tarde y lo saben.
La potencia de las grandes consolas
Ahora mismo las consolas Android no tienen la potencia de sus hermanas mayores. Pero a pesar de las limitaciones del tamaño tenemos que tener en cuenta una cosa, la potencia de los smartphones está aumentando en unos niveles que las consolas no han tenido.
El año que viene con la llegada de los nuevos procesadores de 64bits se alcanzará el rango de los 300-400GFlops que mueven la Play3 o la Xbox360. La sexta generación de las GPU Rogue de PowerVR es suficientemente potente para crear unas texturas dignas de cualquier consola o PC. Y todo esto irá a más. No es de extrañar que durante el ciclo de las consolas actuales, que suponemos que puede durar unos cinco años, los procesadores móviles igualen en potencia a los AMD que llevan la Play4 o la XboxOne.
NVIDIA ya presentó hace tiempo su Roadmap, y en él se puede ver como centran sus esfuerzos en Project Logan, su idea para dotar de la potencia de las tarjetas gráficas en los smartphones con CUDA y OpenGL. No estará disponible hasta por lo menos 2015-2016, y aun tendremos que ver como Tegra5 vuelve a cometer muchos de los errores que tiene hoy. Pero la investigación para conseguir gráficos abrumadores esta ahí.
Android corre normalmente en dispositivos ARM, y los dos grandes fabricantes de procesadores para ordenadores, Intel y AMD han dicho que van a presentar el año que viene sus propios modelos ARM además de sus habituales x86. Por otro lado, esta segunda arquitectura también puede abrir las puertas para la potencia en el mundo Android. Si Android x86 se popularizara (¿en detrimento de ChromeOS?) no tardaríamos muchos años en ver tarjetas gráficas moviendo Android. ¿Os imagináis una NVIDIA Titan corriendo Battefield para Android? Soñar es gratuito.
Pero no todo es potencia lo que quiere el público gamer. Una pantalla táctil y cuatro botones no siempre es la opción más agradable. En un PC tenemos ratones con decenas de botones, teclados con combinaciones de teclas a cada cual más enrevesada y de gran complejidad. A los gamers les gustan los juegos difíciles y pelearse para ver quien consigue más logros. NVIDIA tendrá que vender dispositivos con un mando de control completo y sólido para que resista los miles de clicks que los juegos de éxito requerirán.
Otro aspecto a tener en cuenta es el precio. A pesar de que en Steam son ligeramente más baratos, un juego físico cuesta unos 60€. Es de suponer que en una consola con Android tendríamos juegos más baratos. Pero hay juegos que han llegado a costar 265 millones de dólares en crearse y estos no pueden sostenerse vendiéndose por menos de diez euros en la Play Store o en TegraZone.
Juegos entretenidos y adictivos
Los desarrolladores de videojuegos se frotan las manos ante este mercado emergente. A falta de juegos punteros, las consolas como OUYA o GameStick son una oportunidad genial para disfrutar durante horas de juegos clásicos y con carisma.
No se necesitan grandes gráficos, sino simplemente juegos adictivos. Existen grandes juegos en 2D. ¿Están las consolas Android emulando a las primeras consolas clásicas que salieron? Podríamos pensar que los Angry Bird, los Plant & Zombies o los Candy Crush son como los nuevos Space Invaders, comecocos o Tetris. Hay que adaptarse a las posibilidades de los nuevos sensores, y Android es el sistema perfecto, pues tiene un gran soporte para la mayoría de conectividades.
Otro punto donde Android puede ser una baza es en el precio. Al ser un sistema gratuito, libre y completo los fabricantes de consolas no tendrán que invertir parte de sus recursos en crear un nuevo sistema operativo. Y esto al final repercute también en el precio, llegando a tener muchísimos juegos gratuitos entre los disponibles.
Finalmente, NVIDIA (y las demás) sabe que la compatibilidad de Android con millones de aplicaciones es vital. Es posible que en casos como el de OUYA solo haya unos pocos juegos indies disponibles, pero gracias a los usuarios se puede conseguir de una manera relativamente fácil que todos los juegos de Android estén para esa consola. Con esto inmediatamente tenemos que cualquier consola con Android tendrá un surtido de juegos mucho mayor.
Y aquí Google tiene la última palabra. Una videoconsola con Android será una con Google Play Games. Todos nuestros juegos acabarán descargandose en la nube como se hace en Steam. NVIDIA quiere que esto sea a través de TegraZone, OUYA tiene su propio market. Si Samsung sacara una consola sería a través de su propia nube. Y si esto empieza a tener movimiento no pasará mucho tiempo hasta que se lance una consola Nexus o algún controlador especial marca Google como ya hizo Valve.
La portabilidad que ofrece Android con sus APIs de localización de bajo consumo son un aliciente para las consolas portátiles. Su manejo de la memoria y en general toda la información que hay para desarrolladores convierten a una futura consola Android en algo mucho más versátil. Podremos conectarla por HDMI o Chromecast y adaptar nuestro estilo de juego dependiendo de la pantalla. Las posibilidades son remotas y los modelos de consolas Android que hay ahora no tiene por qué parece a las actuales.
Android quiere que los gamers cambien su estilo de juego. Y NVIDIA quiere seguir estando ahí para que sean sus GPUs las que permitan viciar a estos juegos.