Han pasado ya seis años desde que Angry Birds original sorprendió a todos gracias a su jugabilidad tremendamente adictiva. Muchas fueron las horas que nos pasamos lanzando pajarracos contra los verdes puercos al son de esa sintonía tan característica. Desde entonces Rovio ha explotado hasta la desintegración la franquicia, con numerosos spin-offs como versiones basadas Star Wars, Transformers, extensiones como Angry Birds Space o Angry Birds Seasons y otros juegos que ampliaban la franquicia como Angry Birds Go o Angry Birds Fight, y la calidad de los juegos iba reduciéndose entrega a entrega. Con la gallina de los huevos de oro aparentemente asesinada brutalmente, llega a Google Play Angry Birds 2. ¿Pero no debería ser Angry Birds 17?
El juego, obviamente, repite la fórmula de su antecesor: debemos lanzar nuestros pájaros kamikazes y lanzarlos contra las construcciones construidas por los puercos ladrones de huevos para aniquilarlos. La novedad más llamativa es la posibilidad de poder escoger el pájaro que quieres lanzar en cada momento, en vez de estar obligado a utilizarlos en un orden preestablecido.
Además, a medida que vas reduciendo a escombros las fortalezas porcinas recibirás nuevas aves con las que sembrar la destrucción. Obviamente, cada una de ellas tiene distintas habilidades. Otra novedad es que ahora los niveles estarán divididos en distintas fases, y tendrás que luchar contra jefes. Por lo demás, más de lo mismo.
Estrujando los pájaros de los huevos de oro
Sembrar la destrucción siempre ha sido algo muy divertido, y la sensación que genera ver una estructura derrumbarse ante tus insistentes golpes de pájaro es tremendamente placentera, siempre lo ha sido, pero hay serias dudas acerca de que repetir la fórmula por enésima vez haga que el juego realmente valga la pena, la disfrutamos con los primeros juegos, pero a estas alturas de la película sería de agradecer algo distinto.
Otra pega es que el juego es gratuito, pero incluye compras in-app por todos lados, algo similar a lo que ocurría con Angry Birds Fight, en la que Rovio recurría a las peores artimañas posibles para hacerte pasar por caja. Además el juego es capaz de zamparse una buena porción de tu batería a poco que juegues un rato. En el caso del rato que lo hemos estado probando, una media hora, Angry Birds 2 ha arramblado con casi el 25% de la batería de un Sony Xperia Z1. Al menos la clásica melodía de la saga sigue ahí. De eso nunca nos cansaremos.