La tecnología cambia el mundo, y con él las costumbres de las personas. Cada sociedad actúa en relación a la tecnología de la que dispone, por lo que en cada época podemos ver como las cosas son muy distintas. Un ejemplo claro sobre inventos que cambian a las personas y su entorno fueron en su día productos como el coche, la radio, o la televisión, pero no los únicos.
La informática e internet son dos de los inventos de la humanidad que más han cambiado a la sociedad. No solo ha cambiado la forma de la que nos comunicamos, sino que ha permitido diversos avances en varias áreas, en las que incluimos el entretenimiento.
¿Qué son los eSports?
Internet también ha cambiado la forma en la que jugamos a los videojuegos. Gracias a esta tecnología, han ido surgiendo juegos dedicados por completo a ofrecer una experiencia multijugador. En algunos casos, la experiencia jugador se centra en la colaboración de varias personas para lograr un objetivo en común, mientras que en otros juegos, el enfoque es puramente competitivo. Tu objetivo es ganar al oponente, siguiendo las normas del juego.
Los eSports- también conocidos como deportes electrónicos- son aquellos juegos que se centran en la competición al máximo. Un deporte electrónico no es solamente un juego en el que tengas que derrotar al oponente, sino que engloba a todo videojuego que sea capaz de aportar una estructura competitiva donde cualquier persona pueda enfrentarse a otros de la misma categoría.
Además de que los eSports son juegos con una estructura competitiva, también destacan sobre el resto de videojuegos en que requieren de unas disciplinas similares a la de cualquier deporte tradicional. En un deporte electrónico no solo es necesario un buen conocimiento del juego, sino que además es necesario disponer de una gran habilidad, buenos reflejos, toma de decisiones y juego en equipo.
Moba, el género de moda en los eSports
Los deportes electrónicos son ya una categoría en el mundo de los videojuegos, pero no sigue un género concreto, sino que engloba varios géneros. En el mundo de los deportes electrónicos, nos podemos encontrar con juegos deportivos como el FIFA, de disparos como Counter Strike, estrategia como Starcraft o incluso de cartas, siendo Hearthstone el principal referente de este género.
Pero si existe un género que realmente triunfa en el mundo de los eSports son los moba, liderados casi en exclusiva por League of Legends y Dota 2. El género moba podría considerarse como un sub-género de los juegos de estrategia que prácticamente nació en el ambiente de la competición. En este género, dos equipos de – generalmente – cinco jugadores, se enfrentan utilizando personajes controlables – denominados como héroes o campeones – en una batalla por destruir la base enemiga.
Los motivos por los que los moba son el género más popular en los eSports son diversos, pero fácilmente resumibles. El primero de ellos es que a diferencia de algunos otros e-sports, es un juego de equipo, donde cada jugador tiene que desempeñar un rol concreto y diferente al de sus compañeros, lo que hace que sea atractivo para jugar con amigos. Además, cada héroe tiene sus propias características, por lo que dentro de cada rol nos podemos encontrar distintos estilos de juego, creando una gran variedad que hace que cada partida sea distinta.
La segunda causa de que causen furor, es que el propio espectáculo que generan en el público. Los juegos competitivos en primera persona tienen un menor atractivo para el público, y esto se debe a que la información que el espectador recibe es mucho más complicada de entender. Los MOBA son juegos en tercera persona, donde la vista aérea nos da una perspectiva mucho más atractiva para el espectador. Al hacer que un juego sea atractivo para el espectador, incita a que el juego se haga más famoso, lo que hace que atraiga con mayor facilidad a nuevos jugadores.
La gran competición, la audiencia y los premios
Uno de los mayores pilares en los que se rige los eSports es en su estructura competitiva. A lo largo de los años hemos visto han existido competiciones de videojuegos, donde hemos pasado de pequeños eventos donde los jugadores ganaban periféricos para su ordenador a encontrarnos con una industria que cada año mueve millones de dólares.
Los propios creadores de juegos han sido en parte los principales impulsores de esta práctica, creando ligas y eventos donde los mejores jugadores son capaces de conseguir sueldos que les permita vivir de su afición favorita. Ante los grandes premios, los jugadores se entrenan a diario para poder dedicarse al deporte electrónico hasta el punto que nos encontramos con competiciones de un altísimo nivel.
Estas competiciones son similares a las que nos podemos encontrar en los deportes tradicionales, solo que el modelo de retransmisión es distinto. En lugar de la televisión, los eventos son retransmitidos a través de Internet por plataformas de streaming como Twitch.tv o YouTube. Estas plataformas pueden ser visualizadas no solo en televisiones (con conexión a Internet), sino que cualquier persona puede verlas en su ordenador, smartphone o tablet.
Al ser tan fácil de acceder, las audiencias de estas plataformas son cada vez mayores, convirtiendo a las propias competiciones en una herramienta para monetizarse a si mismas por medio de la publicidad, pero también creadas para reforzar la presencia del propio juego.
Un ejemplo sobre las cotas de espectadores que puede llegar a alcanzar un evento de esta categoría nos lo encontramos en League of Legends. Entre Octubre y Noviembre del año pasado se celebró el mayor evento de este juego. Un mundial que enfrentó a todas las naciones por decidir cual es el mejor club del mundo. Las finales del mundial lograron conseguir la friolera de 36 millones de espectadores a nivel mundial. Este evento fue el segundo evento más retransmitido durante el año 2015, solo superado por la Superbowl.
Cualquiera puede ser una estrella, cualquiera puede triunfar
Lo que realmente hace que los eSports sean eSports va mucho más allá del dinero o la competición. Los e-sports son una categoría que está movida por la ilusión. Millones de jugadores aspiran a convertirse en profesionales, les encanta jugar y sueñan con poder dedicar su vida a lo que más les gusta, que es jugar.
Y este realmente es el punto más interesante de los eSports. Antes de la revolución de Internet es cierto que muchos jóvenes aspiraban a poder convertir su afición en un trabajo. La diferencia es que lo que antes era un sueño, ahora es una realidad alcanzable y posible de conseguir.
Pero que sea un sueño realizable no quiere decir que sea un objetivo fácil de conseguir. Para llegar a ser profesional y vivir de competir es necesario de una gran habilidad individual, unos buenos reflejos y de una gran capacidad para aprender. Cualquier jugador anónimo puede convertirse en estrella si realmente vale y le dedica tiempo, pero no siempre será fácil.
El lado oscuro del deportista electrónico está en la alta exigencia que estos juegos traen. Aquellos que pueden vivir de ello acaban entrenando en jornadas que pueden llegar a las 16 horas diarias.
Como consecuencia de ello, la mayoría de jugadores acaban muy quemados de competir. La carrera media de un deportista electrónico dura entre 3-5 años como máximo, teniendo que conseguir otro trabajo relacionado con el mundillo (como analista o entrenador) o buscar otras formas alternativas de vida.
Uno de los caminos que toman muchos ex-jugadores profesionales consiste en convertirse en streamers. Un streamer es un jugador que se dedica a retransmitir sus partidas en plataformas como Twitch o YouTube.
Estas partidas pueden ser vistas por cualquier persona, y tienen como objetivo principal el enseñar a jugadores más novatos a jugar como profesionales. Los streamers suelen ganarse la vida con la publicidad de estas plataformas, siendo un trabajo menos exigente que la competición, y en ocasiones más gratificante.
Una plataforma en auge, un mercado creciente
Los deportes electrónicos son una plataforma cada día más popular, y no son solo las cifras de audiencia o los premios. Cada día se encuentra más arraigada una cultura que en lugar de tratar a los jugadores como bichos raros, los trata como estrellas. Un mundo donde cualquiera puede ser el próximo ídolo de las masas o incluso mejor, vivir haciendo lo que más les gusta.
Todo este cambio en la cultura también cambia los hábitos del jugador promedio y sus necesidades. Si hace unos años el jugador tradicional tenía una consola y su ordenador básico, el aficionado de eSports es completamente distinto. El jugador de eSports disfruta jugando en el ordenador, pasa muchas horas de juego, y le gusta jugar en un ambiente cómodo.
Por ello se compran monitores y periféricos como un mejor teclado o ratón. Estos periféricos no marcan la diferencia entre un novato y un profesional, pero es cierto que mejoran la experiencia de juego. Las marcas de periféricos y componentes de ordenador son las principales patrocinadoras de campeonatos como pueden ser los Intel Extreme Masters. Los jugadores muy aficionados a los eSports suelen dedicarse a este tipo de juegos – que por naturaleza es free to play – y acaban optando por invertirlo en buenos periféricos.
En la cultura de los eSports no está mal visto gastarte 60 euros en un ratón o 100 en un teclado mecánico, porque al final juegas y entrenas tantísimas horas que hasta te compensa, convirtiéndolo en un negocio cada vez más lucrativo en el que algunos jugadores ponen su propia imagen en ediciones especiales de periféricos.
¿Conocías el mundo de los eSports? ¿Aspiras a convertirte en un profesional del mundo del videojuego? ¿Se trasladará al mundo móvil esta afición?