Hay juegos móviles que, pese a ser simples tanto en el planteamiento como en los gráficos, logran un carisma especial con el que consiguen obtener reconocimiento. Es el caso de la saga «Oculto juego por la mamá«, una colección de títulos con mecánica point and click que son tan sencillos que ni siquiera los desarrolladores han corregido la traducción del japonés al español. Eso sí, tienen un encanto especial, como saben bien todos sus fans.
¿Por qué hablamos de Oculto juego por la mamá? Porque la saga aumenta en su descendencia acogiendo la tercera parte. La mecánica es idéntica a la que habíamos visto ahora: escenarios caseros y detallados al mínimo con el objetivo de encontrar la consola que le escondió la madre al niño protagonista. Parece sencillo, pero la dificultad crece con cada nivel.
Oculto juego por la mamá 3, la sencillez extrema convertida en un juego de puzzles
La nueva entrega de la saga plantea 31 niveles de mecánica point and click en los que deberemos encontrar la consola que tan hábilmente escondió nuestra madre. Puede estar debajo del sofá, encima del frigorífico, quizá se haya sentado encima el abuelo… En fin, las situaciones más locas se irán sucediendo a lo largo de los niveles para que, pese a la sencillez, el juego consiga ser estimulante.
Los gráficos mantienen el estilo japonés que caracterizó a las anteriores entregas, también las voces, expresiones y la machacona música que suena de fondo (se puede desconectar). Oculto juego por la mamá 3 no es un juego muy largo, tampoco posee una dificultad extrema. Incluso parece desarrollado con desgana, como si los creadores hubiesen trabajado lo menos posible para conseguir el juego. Pero no te engañes: posee ese encanto especial que solo logran los grandes títulos, por simples que sean.
En Oculto por la mamá 3 tendremos un pequeño banner de anuncio que tampoco molesta. Carece de compras in app y, encima, puedes ahorrarte la molestia de los anuncios si juegas sin conexión (por el modo avión y listo). Para el resto ya sabes: encuentra el juego sin que te pille tu madre. A veces está ella más oculta que la propia consola…