Normalmente cuando buscamos temas para escribir y queremos hablar de juegos solemos pasearnos por la Google Play Store y echar un rato probando algunos y en la mayoría de ocasiones descartándolos. Otras veces no, son juegos buenos y os hablamos sobre ellos.
Pero en esta ocasión me ha pasado algo curioso. Usando Instagram me saltó un anuncio (sí, a veces son útiles) hablando de un juego de minigolf. Por curiosidad lo instalé y una semana después he de reconocer que me he enganchado, así que he decidido hablaros de él, para que le deis una oportunidad. Si no os agobiáis con facilidad.
Una batalla en el campo de Golf
Esta propuesta se llama Golf Battle y cuenta con una jugabilidad muy sencilla y bien trabajada, unos gráficos sencillos y coloridos y además no cuesta dinero. Si no queremos, claro.
El juego nos permite competir con miles de jugadores online en diferentes campos de golf en los que tenemos que meter la bola en el hoyo antes que nuestros rivales.
Para eso hemos de pulsar encima de la misma, deslizar el dedo en la dirección opuesta a la que queremos que salga la bola y levantarlo de la pantalla. En función de cuánto hayamos alejado el dedo de la bola esta saldrá disparada con una velocidad u otra y eso hará que avancemos o que nos salgamos de la pista.
Hay múltiples elementos con lo que hay que contar como rampas, bancos de arena, hoyos y todos tienen efectos en nuestra bola. Además hay un tiempo máximo lo que hace que tengamos mucha presión para acabar lo antes posible, y eso hace que a veces fallemos.
Muchos palos, bolas y escenarios
Empezaremos con una pelota de golf sencilla y podremos desbloquear más a medida que avancemos, abriendo cofres siempre que ganemos. Lo mismo pasa con los palos, que podemos ir mejorando pagando monedas del juego.
A medida que logremos cierta reputación iremos desbloquendo los diferentes escenarios aunque mientras más avanzados sean mayor será la cuota que tenemos que pagar para jugar. Esa cuota se paga con moneda del juego, que podemos conseguir jugando, recogiendo regalos diarios o, como era de esperar, con micropagos.
La sensación que me ha dado es que pasa lo mismo que en Candy Crush. Es un juego muy divertido pero con demasiada facilidad nos quedamos sin oro y hemos de esperar (o pagar). Lo mismo pasa con las joyas, otro tipo de elemento de valor del juego.
Pese a eso merece la pena darle una oportunidad, aunque sea para jugar 10 o 15 minutos al día, siempre que no nos enganchemos.