Llevaba casi un año desde que Bethesda anunció el lanzamiento de su juego para smartphones The Elder Scrolls: Blades. El juego levantó gran expectación en el momento del anuncio; consiguiendo un buen número de participantes en el registro previo, la página que The Elder Scrolls: Blades tenía en laGoogle Play. Y justo la semana pasada comenzó la beta abierta.
Pese a que Bethesda abrió la descarga a cualquiera sin que el juego esté finalizado eso no significa que se pueda jugar abiertamente a The Elder Scrolls: Blades en Android ya que hace falta una invitación. Solicitarla es tan sencillo como registrarse en esta página con la cuenta de Bethesda. Nosotros ya tenemos la nuestra.
Ayer por la noche recibimos la invitación de Bethesda para probar por fin The Elder Scrolls: Blades en Android. Descargamos la beta, introducimos los datos de la cuenta, descargamos los datos adicionales (casi 900 MB) y nos dispusimos a adentrarnos en el vasto mundo virtual que se abre en pantalla. Los gráficos de alta calidad son lo primero que llama la atención, también el sistema de control y los escenarios abiertos a la exploración.
Juega tanto en vertical como en horizontal: The Elder Scrolls: Blades se adapta a todos
Bethesda se desmarca de la mayoría de desarrolladores dando la opción al jugador para que disfrute de The Elder Scrolls: Blades como más le apetezca. ¿Que quiere jugar con la pantalla en vertical? Sin problema. ¿Utilizarla en formato apaisado? Igual, basta con girar el smartphone para que el entorno de juego se adapte a la nueva posición. Aunque eso sí, en horizontal es como mejor se aprecia la complejidad del escenario; obteniendo a cambio una mayor inmersión.
El control de juego mezcla los toques en pantalla con el doble pad virtual: parte izquierda de la pantalla mueve al personaje; parte derecha controla el punto de vista. Con este triple control podemos movernos a casi cualquier punto de los escenarios ya que estos se mantienen más o menos abiertos. Explorarlos es básico para conseguir desde oro a elementos de construcción, también objetos que sirven como powerup.
Como juego de rol que es, The Elder Scrolls: Blades mantiene una complejidad enorme en todo lo que conlleva administrar a nuestro personaje. Podremos personalizarlo de entre todas las razas disponibles gestionando todos sus rasgos físicos. Además, disponemos de un completo perfil de habilidades que iremos completando según ganemos más y subamos de nivel. Mejorar se hará complicado, como suele ocurrir en todo juego freemium: la presión de las compras es importante, aunque no determinante.
La gestión de recursos cobra especial importancia dentro del juego ya que no solo tendremos que luchar, explorar y mejorar a nuestro personaje, también tendremos que reconstruir nuestro pueblo mientras lo personalizamos en función de nuestros gustos. Bethesda ha planificado bien el retorno económico del juego: quienes busquen acelerar el progreso tendrán multitud de maneras de conseguirlo. Bajo nuestra experiencia, los jugadores gratuitos tampoco se verán perjudicados, al menos mientras no compitan online con otros oponentes; algo aún no disponible: el modo Arena estará activo más adelante.
Gráficos en 3D de alto nivel con escenarios detallados y reconocibles de The Elder Scrolls
Bethesda se ha tomado su tiempo para adaptar la esencia de The Elder Scrolls a las plataformas móviles. El resultado es una muy buena adaptación que mantiene cierta libertad para el jugador mientras integra los elementos más característicos de la saga. Entornos naturales muy bien recreados, mazmorras asfixiantes llenas de misterios y peligros, razas y personajes reconocibles… La sensación es la de tener entre las manos un gran desarrollo por más que las misiones sean algo limitadas en extensión y variedad.
El juego comienza dejándonos a merced del bosque. Los gráficos impactan en la primera prueba: resulta imprescindible disponer de un móvil con cierta potencia para jugar a The Elder Scrolls: Blades. Y cuando llega el momento de combatir se activa el modo de combate con una mecánica adaptada a las pantallas táctiles que, sin embargo, hace aguas cuando la complejidad de la lucha se recrudece.
La vista es en primera persona, por lo que la espada ha de manejarse pulsando en pantalla y deslizando el trazo en la dirección que deseemos pegar «el sablazo». Podremos protegernos con el escudo, un icono demasiado pequeño en la parte derecha de la pantalla que a menudo se escapa al pulsar para contener el ataque. Y la cosa se complica cuando entran las magias, las habilidades y los objetos; con franjas de color en la parte inferior. El resultado es un batiburrillo que cuesta mucho de controlar, también cuesta acertar con las magias en el punto preciso.
Enfrentarse cuerpo a cuerpo con los enemigos es algo que ha de hacerse de manera constante. Los primeros serán sencillos de doblegar, pero, conforme progresemos en el juego, acabar con «los malos» resultará mucho más difícil. The Elder Scrolls: Blades nos permite ir mejorando al personaje con un árbol de destrezas, otro de ventajas y uno más de habilidades. Para ir sumando cada uno de estos elementos necesitaremos cristales que iremos ganando conforme mejoremos.
Recopilar objetos, materiales de construcción, vestuario que mejore a nuestro personaje, cofres que obligan a una espera para poder abrirlos… Y la doble divisa habitual de los juegos freemium de gestión de recursos: el oro y las gemas. Como suele ocurrir, cada vez que haya que construir algo, mejorarlo o abrir un cofre el tiempo subirá dependiendo de la complejidad del proceso. Dicho tiempo puede eliminarse canjeando gemas, uno de los elementos más difíciles de conseguir a base de exploración.
Las compras in-app son muy altas en coste: de 2,19 euros a los 104,99 euros. La presión sobre las compras no es exagerada, The Elder Scrolls: Blades permite un juego fluido y completo sin necesidad de abonar un céntimo. Eso sí, llega un momento en el que evolucionar se hace demasiado arduo si no tenemos un nutrido «almacén» de objetos, dinero y materias primas.
The Elder Scrolls: Blades es un juego complejo, extenso y con toda la calidad de Bethesda
Tras jugar las primeras horas con el último juego de Bethesda podemos decir que está a la altura de nuestras expectativas. Es emocionante, complejo, sumamente inmersivo y con todo el espectro de posibilidades que demandaría cualquier fan de The Elder Scrolls. Las necesidades móviles acortan la extensión de las misiones y algunos desarrollos, pero, como norma general, podemos decir que la adaptación mantiene el tipo con creces.
Los gráficos son de alta calidad, también la historia se mantiene al nivel. Las necesidades de «farmeo» aguan ligeramente la experiencia, también el uso de las gemas para adelantar algunos exagerados tiempos de ejecución. Son detalles negativos comprensibles antes el estilo free-to-play de The Elder Scrolls.
Aún no está completo ya que el modo Arena y el Abismo no están disponibles, pero, por todo lo probado, podemos decir que The Elder Scrolls: Blades para Android es uno de esos juegos que deben probarse. La calidad general es soberbia; con la pega de que resulta imprescindible un móvil potente. Nosotros lo hemos probado en un Samsung Galaxy S10+ y en un Huawei P30 Pro obteniendo una experiencia de juego soberbia.
La beta de The Elder Scrolls: Blades ya está disponible para su descarga, puedes bajarla desde la Google Play Store. Y si deseas obtener una invitación para acceder la prueba del juego puedes pedirla desde esta página de Bethesda. Te lo recomendamos.