«Video Killed the Radio Star», dice la canción, el vídeo mató a la estrella de la radio; toda una metáfora de lo que ocurre en el mundo, y especialmente en el tecnológico. Cada vez que aparece una nueva tecnología, la anterior tiene los días contados; nadie quiere un producto obsoleto, y el sector de los smartphones especialmente se mueve en busca de lo nuevo e innovador.
Hay excepciones, claro. Hay ocasiones en las que no importa lo mucho que los fabricantes lo intenten, los usuarios preferimos no cambiar. A veces es porque los seres humanos somos animales de costumbre, y nos cuesta adaptarnos a algo 100% nuevo; pero en otras ocasiones, es porque no sentimos que haya un beneficio claro a cambiar. Es raro, pero a veces ocurre.
Desbloquear el móvil con la cara iba a ser el futuro… «iba»
Es lo que está ocurriendo, por ejemplo, con los nuevos métodos para desbloquear nuestro smartphone que han sido desarrollados en los últimos años. Hay toda una variedad de innovaciones en este sentido; aunque las dos más implementadas son el reconocimiento facial y el reconocimiento de iris.
Las dos tienen en común en que funcionan sólo con mirar al móvil. Una detecta la estructura de nuestra cara; y la otra se fija en el iris, una parte única de nuestro cuerpo y, por lo tanto, mucho más segura en teoría. Todos los principales fabricantes han implementado alguna tecnología de desbloqueo basada en mirar el dispositivo.
Samsung se ha centrado además en el escáner de iris; mientras que el resto ha apostado por el reconocimiento facial. Y por supuesto, tenemos que mencionar a Apple, que ha llegado al extremo de no incluir un lector de huellas dactilares en sus últimos iPhone; dependiendo sólo del reconocimiento facial.
Sobre el papel, el desbloqueo del móvil sólo con mirarlo debería haberse convertido en estándar a estas alturas. Y sin embargo, no sólo no ha sido adoptado en masa, sino que tiene pinta de que puede ser abandonado por los fabricantes.
En parte, podemos culpar a las propias implementaciones; usar la cara para desbloquear el móvil nunca ha sido todo lo natural que en teoría debería ser. En muchos casos es un proceso mucho más lento; o tenemos que coger el móvil de tal manera que pueda escanear la cara o los ojos sin problemas. Para mucha gente, es más rápido simplemente poner el dedo en el sensor.
El lector de huellas evoluciona
Pero el verdadero motivo es que el lector de huellas dactilares ha evolucionado. Hasta ahora, esta tecnología era un grano en la cara para los fabricantes, que querían conseguir diseños más limpios y acabar con los botones. Hemos visto muchas variantes de lectores de huellas; desde los integrados en botones hasta los que ocupan la trasera del dispositivo. Pero en todos estos casos, ocupan un espacio muy valioso y no son estéticamente muy favorables que digamos.
Eso está cambiando, gracias a los nuevos lectores de huellas bajo la pantalla. Una tecnología que hasta no hace mucho no era posible, y que tiene visos de cambiarlo todo otra vez. Y lo mejor es que está siendo adaptada con gran rapidez; todo tipo de fabricantes, incluso los de gama media, ya están integrándolo en sus dispositivos.
El reconocimiento de iris del Galaxy S10 habría sido descartado
Xiaomi, OnePlus, Meizu y muchos más fabricantes han optado ya por esta tecnología. Samsung también está invirtiendo mucho en su propio sensor de huellas bajo la pantalla; que ya sabemos que se diferenciará del resto en su implementación. Parece evidente que el próximo Galaxy S10 incluirá un lector bajo la pantalla; y los últimos rumores indican que eso puede suponer el fin del reconocimiento del iris de Samsung.
En efecto, según estos rumores Samsung estaría dispuesta a abandonar estas tecnologías completamente; y el motivo es que, simplemente, ya no serían necesarias. ¿Para qué, si puedes pasar el dedo por la pantalla y desbloquear el dispositivo?
Otro gran motivo detrás de esta decisión es que de esta manera la parte superior del dispositivo se liberaría de muchos sensores; por lo que la pantalla podría acercarse mucho más al borde superior. Samsung ya está trabajando en un diseño sin bordes para sus próximos dispositivos, en el que la cámara frontal ocuparía un pequeño agujero en la parte superior. Sin todos los sensores necesarios para el reconocimiento de cara e iris, esto sería posible.
La tendencia está clara: el reconocimiento facial y de iris ha perdido la oportunidad de afianzarse en el mercado. Tal vez fueron adoptadas demasiado pronto, cuando el hardware aún no estaba a la altura; o puede que sea una simple cuestión de costumbres.