El móvil se ha convertido en una herramienta que se usa con extrema frecuencia, en concreto 3 horas y 40 minutos, según el Informe Digital Consumer by Generation. Los españoles viven cada vez más mirando la pantalla y en ella, la publicidad que se muestra suele llegar a ser extrañamente acertada. ¿Quiere decir esto que el móvil escucha lo que los usuarios dicen sin que se enteren?
La información personal sobre los gustos y posibles preferencias de compra es valiosa, y es cierto que algunas personas pueden querer aprovecharse de ella en su propio beneficio. Y no tienen por qué ser ciberdelincuentes usando malware o adware, sino aplicaciones de Google Play totalmente legales.
Por suerte, Android cuenta con herramientas de seguridad capaces de detectar el uso del micrófono por parte de este tipo de apps que, si bien no son consideradas virus, se aprovechan de los permisos que se les conceden.
Acceso al micrófono
Desde hace años Android tiene un sistema mediante el que los usuarios pueden decidir a qué elementos e información pueden acceder las aplicaciones que tienen instaladas. De esta manera, es posible restringir el acceso a elementos clave como la cámara.
Se trata de una buena manera de tener controlado qué es lo que pueden hacer las apps, puesto que a lo largo de los últimos años se ha podido comprobar que muchas de las que parecían inofensivas, como de linterna o para gastar bromas, han acabado por ser maliciosas. Es recomendable no conceder ningún permiso que no sea estrictamente necesario para el desarrollo de sus funciones.
Es decir, si un juego, como una versión del Tetris, solicita permiso para conocer la ubicación, o para administrar los archivos del teléfono, desconfía. La mejor solución es desinstalar este tipo de aplicaciones y buscar otras equivalentes, pero que no se entrometan tanto en apartados que no les incumben.
Según recoge El Economista, un asesor de NordVPN manifestó que muchas aplicaciones que piden acceso al micrófono sin necesitarlo, recopilan información sobre los usuarios gracias a balizas de ultrasonidos que son inaudibles para el oído humano y que pueden transmitir información.
Si no se quiere desinstalar la app, basta con quitarle los permisos desde Ajustes, ya que en muchos casos, incluso se podrá seguir utilizando. En Instagram, por ejemplo, se le pueden retirar los de micrófono y cámara y seguir viendo contenido como si no hubiera pasado nada. Sin embargo, a la hora de subir una imagen a un vídeo a la red social, sí que se habrá que volverlos a conceder.
Las aplicaciones que no necesiten recoger audio del usuario no deberían tener permiso para ello. Así el móvil estará más protegido frente a las transmisiones de información mediante ultrasonidos.
Cuando se están utilizando la cámara o el micrófono de un dispositivo Android, este muestra un punto de color verde en la parte superior derecha. Así indica que se está llevando a cabo una escucha activa por parte de alguna aplicación, aunque no se especifica cuál. También hay apps de terceros que pueden llevar a cabo la misma función, como Access Dots.
En algunos móviles también existe la posibilidad de desactivar el acceso a estos dos sensores desde la propia barra de notificaciones. Se trata de una restricción total, por lo que, si después se quiere utilizar la cámara de fotos, habrá que volver a activar el acceso a la cámara.
Anuncios personalizados
Hay bastantes apps y juegos que al iniciarse por primera vez preguntan al usuario si quiere ver publicidad personalizada. Esta ha sido seleccionada previamente por un algoritmo que tiene en cuenta los intereses y más información de cada persona. De esta manera, es más efectiva tanto para los anunciantes como para los propietarios del dispositivo, pero a costa de la privacidad de estos últimos.
Para mejorar en este aspecto, la opción más recomendable es desactivar la personalización de los anuncios. Muchas aplicaciones incluyen esta opción dentro del acuerdo de uso inicial o simplemente la activan de forma predeterminada. Sin embargo, basta con acceder a los ajustes de cada aplicación para apagarla manualmente. En Google, se puede llevar a cabo desde su centro de control.
La personalización de la publicidad provoca que después de hacer una búsqueda en una tienda online, el productos que se han mirado aparezcan luego anunciados en otras páginas distinta. En muchas ocasiones, esta llega de la mano de las cookies, que básicamente reúnen información sobre las visitas de un usuario a las webs que visita.
Al navegar en internet, en cada sitio se muestra un aviso relacionado con la su política en esta materia. Muchas webs lo hacen de manera que sea más cómodo aceptar el uso de este elemento que rechazarlo. Sin embargo, aceptar todas las cookies puede implicar ceder cierta información del dispositivo y de su uso a terceros. Hay compañías, como Google, con Topics, que están trabajando para usar métodos alternativos.
En cualquier caso, muchas webs siguen utilizándolas, y lo mejor es pasar unos segundos en la configuración y rechazarlas. Aunque hay que aclarar que estas también tienen otras finalidades como mostrar datos analíticos sobre las visitas o clasificar el perfil de los usuarios.
Si se limitan los permisos del micrófono y se desactivan las opciones de publicidad personalizada, además de rechazar las cookies cuando se navega por internet, es improbable que vuelvan a aparecer más anuncios basada en las búsquedas recientes.