Muchos meses se ha hablado de este terminal, y es que la nueva política de Samsung se ha basado en la saturación y en meternos su nuevo tope de gama en cualquier hueco desde mucho antes de su lanzamiento, creando una campaña de marketing y hype nunca antes vista en el mercado de la telefonía móvil.

Hoy el Samsung Galaxy S III ya es una realidad, y ha pasado por nuestras manos. Lo hemos probado a fondo, exprimido y dado un uso muy potente para comprobar si de verdad es tan buen terminal como Samsung nos ha querido hacer pensar. «No sólo el mejor móvil actual, es el mejor móvil jamás creado», nos han dicho ellos, ¿será verdad?

Materiales y diseño

Cuando uno ve por primera vez el Samsung Galaxy S III en fotos, o al menos eso he notado yo en la gente a la que he preguntado, nos da una sensación de plástico demasiado fuerte. La primera vez que uno coge el terminal esa sensación disminuye, y no es hasta el cabo de un tiempo usándolo que desaparece, aunque nunca del todo.

El SGSIII está fabricado en policarbonato, que es un tipo de plástico, y plástico es lo que parece. Sin embargo sólo tenemos que echar un vistazo al HTC One X para darnos cuenta que se pueden hacer teléfonos de policarbonato sin que tengan ese aspecto tan plasticoso, así que no parece excusa. El problema en este terminal es que se ha recubierto una capa brillante, que es la que le da ese toque, y quizás el mate lo habría disimulado mejor, aunque da la sensación de que han intentando huir de ello, que es lo que tantas críticas les ocasionó con el Samsung Galaxy S II.

El diseño es muy sencillo, pero atractivo. Quizás ahí estaba la clave, un cuerpo redondeado, con una línea lateral metalizada que atraviesa todo el teléfono haciendo una pequeña curva que le da ese aspecto curvo y moderno. Con unas medidas de 136.6 x 70.6 x 8.6 mm y una pantalla 0.5″ superior a su predecesor, el teléfono es 10mm más alto, pero sólo 4 más ancho y 0.1 más grueso, prácticamente imperceptible. Respecto al peso, casi no se nota, porque con 133 g sólo es 17 gramos más pesado.

Una cosa muy importante y que repetiré en el apartado de batería, es que esta es extraíble quitando la tapa trasera, un punto muy a favor que nos permite llevar más de una batería encima y cambiar cuando nos quedamos sin energía o posibilidad de cargar mediante una fuente externa, un detalle con con el que no cuentan sus máximos competidores actuales, el HTC One X y el Xperia S.

TouchWiz

Samsung prometía una revolución con su TouchWiz UI v4.0 y todo el rollo de la inspiración de la naturaleza, pero no os esperéis la panacea. De hecho, los que estéis acostumbrado a vuestro Launcher personalizable disponible en Google Play, acabaréis volviendo a él, no me cabe duda.

La interfaz TouchWiz 4.0 está muy bien, hay que reconocerlo, pero es muy parecida a la versión anterior. La pantalla de desbloqueo es muy llamativa, ya que deslizamos el dedo por una superficie de agua, haciendo un efecto de ondas que desbloquea la pantalla, pero el resto es prácticamente igual que los TouchWiz anteriores, eso sí, con un aspecto algo más moderno.

Lo que si cambia bastante es la barra de notificaciones, que al desplegar nos encontramos llena de accesos directos para conectar y desconectar ajustes, una función muy práctica. Es posiblemente la parte que más me ha gustado de esta interfaz, y han hecho muy bien cambiándola, ya que ahora tenemos acceso directo a conmutación del WiFi, GPS, Sonido, Rotar pantalla, Ahorro de energía, Notificación, Datos móviles, Bluetooth, Modo coche, Sincronizar y un acceso directo a los ajustes de Android.

Rendimiento

Estamos ante un smartphone que lleva en su interior un Exynos 4212 Quad-core 1.4 GHz Cortex-A9 con 1 GB de RAM y un procesador gráfico Mali-400MP. Si en algún momento hemos pensado que el teléfono puede ir lento o no mover los juegos más potentes es que nos hemos vuelto locos. Y es que es de sentido común que el SGSIII va a ser posiblemente el teléfono más potente, porque lo que lleva dentro es donde lo sitúa.

Aquí tenéis los resultados del test Quadrant:

Es de lo siempre, estos resultados no tienen por qué contarnos todo, pero son una buena base de la que partir. A la hora de la verdad al usar el SGSIII va como un tiro, no hay parones y todo es perfecto, y eso no se lo vamos a quitar. Probando algunos juegos potentes, funciona sin ningún problema, y es que insisto, con lo que tiene en su interior no podía ser de otra forma. De hecho creo que va adelantado (como algún otro más) a lo que ahora se requiere, y que tendrán que ser los desarrolladores los que nos presenten novedades que lo pongan realmente a prueba.

Pantalla

La pantalla HD SuperAMOLED de 4.8″ del SGSIII es uno de los componentes que más prometía de este smartphone, y tenemos que reconocer que no ha decepcionado para nada. Quizás sea paranoia mía, pero el ligero tono azulado que se notaba en el SGSII se repite en el SGSIII, aunque es algo mucho menos exagerado, ya que es algo muy ligero, y tras un rato de uso uno deja de notarlo.

Por lo demás todo es excelente, la calidad de los colores, la nitidez, el funcionamiento y el tacto que ofrece el Gorilla Glass 2 hacen de esta pantalla una pieza clave en el terminal. La resolución de 720 x 1280 píxels en la pantalla de 4.8″ ofrece una densidad de 306 ppi, que queda por debajo de otros modelos como el Xperia S que con una pantalla menor de 4.3″ logra los 342 ppi, pero aún así sigue siendo excelente, aunque hay que reconocer que a la vista se nota, sin ser algo determinante.

Lo que también notamos es el rapidísimo tiempo de reacción. Quizás al principio uno no se da cuenta, pero cuando lo compara con otro teléfono, desde que tocamos la pantalla esta ya está reaccionando a nuestro movimiento, la respuesta es inmediata.

Y por último, mención especial para la tecnología «Estancia inteligente», un sistema que detecta mediante la cámara frontal del terminal si estamos mirando la pantalla, de modo que evita que se apague la pantalla. En un principio se habló de esto como un modo de ahorro de energía, pero nada más lejos de la realidad. Es una forma muy cómoda de no tener que estar tocando la pantalla y preocupándonos de que no se apague cuando estamos leyendo algo o visitando una página web, por ejemplo, porque el estar usando la cámara frontal y procesando información lo que hace es de hecho aumentar el consumo. No puedo deciros si mucho o no, pero aumentar seguro.

Cámara

Hay que reconocer que estamos ante una cámara excelente. Tenemos los 8 mismos Mpx que en su modelo predecesor, el Samsung Galaxy S II, pero la calidad aumenta de una manera brutal. Su comportamiento es maravilloso, no sólo en exteriores bien iluminados, sino también en interiores y fotografía macro.

El trabajo que Samsung ha hecho aquí con la cámara es de las mayores evoluciones que notamos en este terminal, y es que no sólo la calidad, también la velocidad son impresionantes. Una de las cosas a las que me he tenido que acostumbrar es a lo rápido que hace una fotografía desde que pulsamos, es practicamente instantáneo, y eso que vengo de probar el Xperia S, que es también rapidísimo. De hecho me ha ocurrido que muchas veces no sé si la foto se ha hecho o por lo rápido que ha ido, y hay que mirar en las miniaturas del preview de la galería para comprobarlo.

Un modo muy interesante es el de «mejor disparo», en el que la cámara hace varias tomas de una misma escena y automáticamente selecciona la mejor de todas ellas en función de los valores de exposición, movimiento que hay y color. De las pruebas que he hecho, siempre acierta con la mejor, así que es un modo muy cómodo para conseguir las mejores fotografías, otro gran acierto en la cámara del SGSIII.

El modo que también mejora es el de panorámicas, ya que nos permite hacerlas con el teléfono en vertical, de modo que podemos captar mucha más cantidad de escena, y la resolución de salida aumenta con respecto a otros de estos modos automáticos panorámicos, que suelen dejar mucho que desear. El que no es tan bueno es el HDR, que aunque en alguna ocasión logra mejorar algo las imágenes, no arroja resultados demasiado llamativos.

La calidad de vídeo es extraordinaria, la verdad, y con una resolución máxima de 1920×1080 píxeles obtenemos vídeos con una nitidez e iluminación buenísimos. Como os decía, posiblemente sea en la cámara donde esté el punto fuerte del Samsung Galaxy S III, es una pasada.

Sonido

No tengo palabras para describir la mejora de sonido que ha habido del modelo anterior de Samsung a este Galaxy S III. Si decíamos que la cámara, pese a tener la misma resolución, había dado un salto cualitativo enorme, el sonido lo ha hecho más aún.

Vale, no era difícil, porque el sonido del SGSII era penoso, incluso superado por el SGS, pero no puedo evitar emocionarme ante algo a lo que doy tanta importancia como es el sonido. Para aquellos más exigentes con el sonido, decir que las comparativas entre smartphones y reproductores las hago siempre con los mismos auriculares, unos MEElectronics M6, y usando la misma canción y reproductor, que son Midnight City de M83 desde Spotify en modo offline con alta calidad activado.

La respuesta en graves es exquisita, y tengo que detenerme a enfrentarlo con mucha calma contra el Beats Audio del HTC One X, porque tengo muchas dudas sobre quién ganaría. En cualquier caso, son ambos excelentes, y por fin se han parado a cuidar este aspecto en los smartphones, que pese a que ya muchísima gente los usa como reproductor de audio, era algo que los fabricantes dejaban bastante de lado.

Os aseguro que escuchar música con el Samsung Galaxy S III es una auténtica delicia, y la calidad es ahora mismo de lo que mejor existe, no sólo en smartphones, que posiblemente sea el mejor con el One X y el Xperia S, sino también en reproductores, superado sólo por algunos como los iAudio y alguna otra marca que seguro me dejo en el tintero.

Conectividad

Poco hay que destacar aquí, ya que el HSDPA, el WiFi 802.11 a/b/g/n y el DLNA ya son casi constantes, y en este terminal se dan por hecho, pero si hay que hablar de algunas cosas extra que nos encontramos en el SGSIII.

Para empezar, contamos con NFC, que tampoco debería destacar demasiado, pero es importante mencionarlo ya que con este terminal Samsung introduce el S-Beam, que es igual que el Beam corriente pero con una pequeña diferencia, ya que en este caso el reconocimiento entre los terminales que van a transferir la información se hace mediante NFC, pero la transferencia por WiFi Direct, aumentando la velocidad y la distancia a la que esta se puede hacer y mejorando considerablemente esta tecnología.

Otro dato muy importante es que el GPS cuenta con soporte GLONASS, que para quién no lo sepa, es una red de satélites rusos de geoposicionamiento, y permite que el teléfono no sólo se posicione con GPS, sino que cuente además con apoyo del GLONASS, haciendo muchísimo más rápida la localización.

Algo también a tener en cuenta es que tenemos MHL, que no es más que una salida HD 10180p desde el conector microUSB. Desde mi punto de vista personal, esto no es una ventaja, ya que el MHL requiere de un adaptador extra, y a estas alturas un terminal de gama alta como este debería contar con salida microHDMI directamente, sin necesidad de tener que recurrir a estos adaptadores para poder conseguir algo similar.

 

Por meter en algún lado, pondré aquí a S-Voice, pero no os voy a contar mucho más a parte de que es una beta muy verde que funciona bastante mal. No es nada más allá de un reconocimiento de voz que entiende el 75% de las cosas que le decimos (si tenemos suerte y hablamos claro) y que no hace mucho más que darnos el tiempo, abrir aplicaciones o apuntar nuevas notas. No dudo de que S-Voice se pueda llegar a convertir en algo grande y realmente bueno, pero por ahora no es nada que se merezca demasiada mención, ni debería ser significativo a la hora de elegir este u otro móvil.

Y por último dos pequeños detalles. El SGSIII funciona con microSIM, y la tarjeta microSD se puede poner y quitar sin levantar la batería, ya que el slot no está tras esta.

Batería

El Samsung Galaxy S III cuenta con una batería de Li-Ion de 2100 mAh, y las pruebas reales arrojan que consigue una duración de 10 horas y 20 minutos en conversación, 5 horas y 17 minutos en navegación web y 10 horas en reproducción de vídeo, lo cual son unas cifras excelentes.

Pero, ¿cómo se comporta el SGSIII en un uso normal? ¿Qué pasa cuando estamos un día entero fuera de casa sin poder recargar? Pues la batería no es muy diferente de una normal, y aunque si se note un aumento y una mejora con respecto a otros terminales, no estamos ante la solución definitiva y mágica a los problemas de la batería de los smartphones modernos. Es uno de los teléfonos que mejor economizan su uso, pero no creáis que vais a notar que ahora podéis estar todo el día por ahí sin preocuparos del uso de la batería, tendremos que seguir cuidándola.

Eso sí, como os comentábamos antes, hay una gran ventaja en el SGSIII con respecto a otros de los últimos terminales que han visto el mercado, y es que podemos quitar la tapa de atrás y acceder a la batería para ponerla y quitarla, lo que nos permite llevar baterías de repuesto para aumentar la vida de nuestro teléfono.

Experiencia global y Conclusiones

El Samsung Galaxy S III es un smartphone excelente, pero tiene ciertos inconvenientes. Es complicado explicar esto sin tener que dedicarle un libro, pero es posible que nos encontremos ante la primera vez en la historia de la telefonía móvil en la que casi no importa comprar un terminal o su predecesor. Pongamos el caso de Samsung, para quedarnos donde estamos. Cuando uno vio por primera vez el Samsung Galaxy S II quizás no entendió bien las ventajas con el SGS, pero después de un tiempo usándolo es imposible que no le pareciese un móvil infinitamente mejor. Eso no pasa con el SGSIII, y es que después de un tiempo usándolo no me parece una alternativa indiscutible al SGSII.

Si quieres renovar un Nexus One o incluso modelos posteriores, es un cambio excelente. Sin embargo, si quieres renovar un SGSII, un Galaxy Nexus o terminales similares, no lo tengo tan claro. Os hago la recomendación que le haría a mi mejor amigo, y es que mire muy bien si puede conseguir un SGSII a buen precio, porque ahora mismo sigue siendo un teléfono excelente. Las ganas y el marketing nos meten unas ansias terribles en el cuerpo de hacernos con este terminal, lo sé, pero os recomiendo que os paréis a mirarlo bien.

Vais a tener una cámara mejor y una sonido muchísimo mejor. Podréis disfrutar del NFC si alguna vez llega a tener un uso práctico, y el soporte GLONASS nos da ventajas con el geoposicionamiento, pero la mejora en el funcionamiento global no se corresponde con el precio que tiene el Samsung Galaxy S III. Y eso sólo comparándolo con su predecesor, tenemos un más de un terminal de otras marcas de última generación que están perfectamente a la altura del Samsung Galaxy S III a precios más económicos.

Por favor, no malinterpretéis mis palabras, el Samsung Galaxy S III es el mejor terminal que existe actualmente, con muy pocos terminales a su altura (que ojo, los hay), lo único que digo es que después de vivir usando uno, no noto una diferencia enorme en relación a cómo vivía con el Samsung Galaxy S II. Y es que hay que pensar en esto muy detenidamente, ¿merece la pena comprarse un SGSIII? Pues depende de cada uno y de su situación, yo sólo os he dicho las cosas como son, ahora ya es decisión de cada uno, ¿tu lo comprarás?