Este 2014 apunta a ser el año más igualado en cuanto a smartphones de gama alta. Tras las apuestas de Samsung, Sony y poco más tarde, HTC, sólo quedaba conocer al cuarto jugador, aquel modelo top correspondiente al otro gran fabricante, LG. La expectativas puestas en el LG G3 eran considerables, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de filtraciones que salieron a la luz antes de ser presentado, que lo pintaban genial y cuyo principal reclamo era la gran pantalla con resolución QHD.

Además, tras el buen hacer del G2, con el que LG ha recuperado parte de la confianza de los usuarios, sólo podíamos esperar que LG mejorase su dispositivo estrella. Así, el pasado 27 de mayo vió la luz el LG G3, una auténtica bestia sobre el papel, manteniendo y mejorando las líneas de diseño e incorporando un elemento diferenciador con respecto a su competencia, el panel QuadHD. ¿Conseguirá LG el trono del mercado Premium este año?

Review del LG G3

Si echamos un vistazo al panorama que rodeaba LG hace unos años podemos ver lo mucho que ha cambiado, principalmente, a ojos de los consumidores. Dispositivos lentos, poco atractivos y abandonados sin soporte (o, en caso de que las actualizaciones llegasen, podían resultar incluso peores), esta ha sido la situación que acompañó al fabricante surcoreano en sus primeras aventuras bajo la manta de Android.

Sin embargo, tras encadenar la producción de terminales como el Optimus G, los Nexus 4 y 5 junto a Google, el G Pro 2, la tablet G Pad 8.3 o el todavía genial G2, LG ha conseguido revertir la opinión de los consumidores para que vean en el G3, uno de los mejores smartphones que se pueden comprar hoy en día.

Como decía, sobre el papel el LG G3 tiene especificaciones de infarto. Se rumoreaba que para esta generación, las pantallas QHD podían hacer acto de presencia entre los fabricantes más populares, sin embargo ni Samsung, ni Sony, ni HTC apostaron por ellas en sus respectivos modelos, continuando con los paneles de resolución FullHD (que no son poca cosa…), pero LG sí se ha decidido y en el G3 encontramos un panel TrueHD IPS de 5.5 pulgadas con una tremenda resolución de 1440×2560 píxeles, lo que en esa diagonal da una cifra de 534ppi nada menos. ¿Notaremos la diferencia a simple vista? A continuación le dedicamos un apartado.

Continuando con las especificaciones técnicas, el corazón de este LG G3 es el conocido Qualcomm Snapdragon 801 MSM8975AC, un procesador de cuatro núcleos a 2.5GHz ya conocido por estar presente en su competencia y cuyo rendimiento está más que probado, además de destacar en el apartado de consumo por su eficiencia. Le acompaña una GPU Adreno 330 y 2GB de memoria RAM, componentes a la altura aunque a muchos nos hubiese gustado que tuviese 3GB de RAM como la versión coreana (de sus rivales, el Xperia Z2 es el único que los monta).

Características del LG G3

  • Pantalla True HD-IPS LCD 5.5 pulgadas QuadHD (1440 x 2560 pixel, 534ppi)
  • Procesador Qualcomm Snapdragon 801 MSM8975AC QuadCore 2.5GHz
  • GPU Adreno 330
  • 2GB RAM
  • 16GB almacenamiento interno + ranura para microSD hasta 128GB
  • Cámara trasera 13MP f/2.0 + estabilizador OIS + Laser AF / Frontal 2.1MP
  • Batería 3000mAh extraíble
  • WiFi 802.11 a/b/g/n/ac, 4G LTE, GPS, Bluetooth 4.0, NFC, emisor infrarrojos
  • Android 4.4.2 KitKat con personalización de LG
  • 146.3 x 74.6 x 8.9 mm
  • 149 gramos

Otra de las diferencias con respecto a la versión coreana está en el almacenamiento interno, mientras que allí dispone de 32GB, la nuestra (la versión internacional) se limita a 16GB, aunque por suerte pueden ampliarse fácilmente mediante tarjetas microSD de hasta 128GB. Esa ranura se encuentra en la parte trasera, bajo la carcasa, que en este modelo sí se puede quitar para acceder también a la batería extraíble de 3000mAh y la microSIM.

El G2 no defraudó con su cámara y en el G3 tampoco tenemos queja. Lo último de LG monta en la cámara trasera y principal un sensor de 13MP f/2.0, acompañado por el conocido sistema de estabilización de imagen avanzado y una novedad nunca vista hasta el momento: un sensor láser de infrarrojos que detecta la distancia de los objetos para enfocar de forma realmente veloz incluso en situaciones de baja luz. La cámara frontal, por su parte, dispone de un sensor de 2.1MP, nada destacable aunque más adelante detallaremos su funcionamiento y los extras de software que el fabricante ha incorporado (tranquilos, os adelanto que los selfies siguen teniendo protagonismo).

Diseño y construcción

Si hay una marca comprometida con la reducción de los biseles, esa es LG. Al igual que ocurría en el G2 (e incluso en el G2 mini), la principal protagonista cuando tenemos el teléfono en la mano, es la pantalla. Comenzando así por la parte frontal, no puede ser más simple y al mismo tiempo elegante. Una gran lámina de cristal ocupa toda la superficie, totalmente negra a excepción de la franja inferior, que será del mismo color que el teléfono y donde sólo tenemos el logo de LG.

En la parte superior del frontal encontramos la franja perforada del auricular y los sensores de proximidad y luminosidad acompañando a la lente de la cámara. A su lado, además está el LED de notificaciones, que siempre se agradece para estar al tanto de las notificaciones y que en esta ocasión también cumple un papel que pasa desapercibido para lo útil que resulta: se ilumina cuando el desbloqueamos la pantalla con KnockOn o KnockCode. Resulta bastante molesto en otros modelos tocar la pantalla y no saber qué ocurre, si nos estamos equivocando de patrón, si no hemos tocado en la zona correcta o si no se ha hecho con la suficiente presión.

Nada más, limpio, así es el resto del frontal del G3, sin botones capacitivos ni más elementos que el simple logo cromado de LG. La pantalla, escondida bajo el panel del cristal, ocupa el 76,4% de la superficie, una reducción de biseles que se nota principalmente en el borde superior e inferior. Los laterales del LG no tienen mucho misterios, son lisos y totalmente planos en el caso de los laterales (al no tener botones).

Todo el marco está rodeado por una fija franja de color más claro, pero aunque la construcción del terminal tiene varias piezas, se siente como un sólo bloque. Además, la unión con la carcasa trasera es curvada, cosa que mejora mucho el agarre y comodidad en la mano. En cuanto a las conexiones, en la parte inferior está la entrada microUSB centrada y a su lado el conector jack de 3.5mm y un micrófono, éste se complementa con otro en la parte superior, situado junto al emisor de infrarrojos.

Por último nos referimos a la parte trasera. Aquí tenemos un diseño simple y casi simétrico si la ranura del altavoz no rompiese esa propiedad. En las sucesivas semanas de filtraciones, todo parecía apuntar a que el LG G3 sería acabado en aluminio, o al menos eso intuíamos al ver ese acabado pulido de su carcasa. Finalmente no ha sido así, LG ha optado por mantener el plástico en su nuevo modelo pero lo ha hecho mejor que en otras ocasiones, porque la sensación y calidad que desprende esta carcasa es muy superior a la de otros plásticos.

Ese falso aluminio pulido nos engaña perfectamente, aunque claro, al fin y al cabo no deja de ser plástico y en construcción y materiales queda por debajo de smartphones como el HTC One M8 o el Sony Xperia Z2. ¿A su favor? puede desmontarse. En esa carcasa tenemos, centrada, la pieza que une la lente de la cámara de 13MP con el sistema de botones (encendido y volumen), repitiendo lo visto en el G2, aunque esta vez han rematado mejor su acabado, mejorando el tacto al pulsarlos.

La apuesta de LG eliminando lo botones laterales y llevándolos a la parte trasera fue arriesgada, cierto, pero hay que reconocer que una vez te acostumbras es realmente cómodo. El dedo índice va a parar justo ahí cuando sostenemos el terminal en la mano, no tiene pérdida, aunque he de reconocer que son pocas las veces que los he pulsado. El desbloqueo con KnockON (tocando la pantalla) es genial, te olvidas de los botones, es rápido y directo; cuando lo usas durante un tiempo te das cuenta de lo intuitivo que es hacerlo así e irremediablemente cogemos el hábito tan rápido que al usar otro dispositivo se echa en falta.

Completando a los elementos traseros está el doble flash LED y el invitado Laser Auto Focus que permite enfocar fotografías en 0’276 segundos. Por su parte, el G3 tiene un altavoz trasero de 1W con tecnología BoostAMP, hay que reconocer que la calidad es bastante buena y el volumen alto, además no queda tapado del todo al apoyar el teléfono, pero claro, el sonido no es tan directo estando en esa ubicación.

Como hemos dicho, la tapa trasera del LG G3 se puede quitar, algo que alegrará a aquellos que pedían poder intercambiar las baterías en cualquier momento. Al desmontarla tenemos acceso a ella, pero también a las ranuras para tarjetas microSIM y microSD (es compatible con las de hasta 128GB).

¿Qué echamos en falta? La resistencia al agua y polvo que sí tienen sus competidores. Aunque sea un extra, esta característica se está convirtiendo en un estándar en los últimos meses. Sí, es posible que pienses “bah, a mi me da igual, no me voy a bañar con el teléfono”, pero es que no es sólo eso. Tener una certificación IP que te asegura la resistencia en determinadas condiciones te da aporta seguridad añadida. No te vas a duchar con el smartphone, vale, pero ¿quién te dije que no te va a sorprender la lluvia en plena calle? ¿o que un vaso no se va a derramar sobre la mesa donde tienes apoyado tu flamante G3? Pues eso, es un detalle menor, pero que debería tenerlo y le resta minipuntos contra la competencia.

Pantalla

La pantalla es, sin duda, el apartado en el que LG ha querido diferenciarse del resto de terminales de gama alta de este 2014 (al menos los de la primera mitad del año). El salto a los paneles FullHD fue significativo y pronto todos los fabricantes apostaron por ellos en su topes de gama, para esta remesa se contemplaba subir hasta la resolución QHD, es decir 2560 x 1440 píxeles, sin embargo, de los grandes fabricantes LG ha sido el primero en montarlos, aunque antes ya los habíamos visto en el Oppo Find 7 o en el Vivo Xplay 3S.

En el LG G3 encontramos una pantalla IPS de 5.5 pulgadas QuadHD, lo que da una densidad de 534 píxeles por pulgada. Entramos en el debate por excelencia, ¿puede el ojo humano notar la diferencia a partir de los 300ppi? Bueno, no voy a entrar en apartados técnicos ni teorías, sino en mi experiencia personal: aunque no seamos capaces de diferenciar los píxeles ni en FullHD ni en QuadHD, sí se aprecia una mayor definición general de los elementos, imágenes y vídeos, siempre que lleguen a esa resolución, claro.

Por ejemplo, si reproducimos los vídeos por defecto que vienen en la galería del G3, lucen espectacularmente bien, la definición es genial, se nota a simple vista y lo notan incluso personas que no tienen ni idea de paneles, resoluciones ni densidades. Lo mismo ocurre con la interfaz del teléfono, la definición de los iconos es mayor, podéis ver las imágenes que acompañan a estas líneas, comparando el G3 (QuadHD) con el One M7 (FullHD). Algo que no me ha gustado es que en ocasiones el texto se procesa de tal forma que da una sensación de falsa nitidez, que incluso molesta al leerlo, aunque ocurre en momentos puntuales, no siempre.

La reproducción de colores es bastante buena, son naturales y nada saturados, sin embargo, si te gustan los colores con mayor contraste, desde los ajustes de Accesibilidad del teléfono se puede variar al gusto del usuario. Por otra parte, los blancos se muestran como tal, aunque el brillo máximo capaz de alcanzar es un poco limitado. El G3 llega hasta los 400 nits aproximadamente, inferior al del LG G2 o por ejemplo al One M7. Esto se nota en exteriores, donde con luz directa no es la pantalla en la que mejor se puede leer, pero vamos, tampoco es algo de lo que presuman especialmente sus competidores. Mención a los ángulos de visión, cuando inclinamos el G3 el cambio en el contraste de la pantalla es evidente, los negros pasan a ser grises muy claros.

Por otra parte está el tema del tamaño. El LG G3 tiene 5.5 pulgadas de pantalla, aumentando 0.3’ al G2 y siendo el mayor panel entre el One M8, Galaxy S5 y Xperia Z2. Sí, es grande y en mi opinión hubiese sido mejor mantener las 5’2 pulgadas, pero lo cierto es que el tremendo trabajo reduciendo bordes se nota, consiguiendo que el tamaño total del teléfono sea bastante contenido. A la vista está la imagen comparándolo con la competencia, pese a tener más pantalla, queda muy cerca del resto.

No todo son ventajas con la pantalla QuadHD, existen inconvenientes, principalmente la energía necesaria para alimentar ese panel. Aunque la batería del G3 es de 3000mAh, esa pantalla hace que incluso sea insuficiente y con un uso normal, llega al final de la jornada pidiendo a gritos una recarga, como ahora veremos en el apartado dedicado a la autonomía. Por cierto, el G3 se calienta, no es exagerado, pero lo hace, provocando que al estar un rato usándolo en la mano, no nos permite subir el brillo al máximo hasta enfriarse un poco.

Cámara

Comenzando por la trasera y principal, encontramos un sensor Sony IMX135 de 13MP f/2.4 acompañado por el sistema de estabilización de imagen OIS+ que debutó en el G Pro 2 y que ayuda mucho a mejorar la definición sobre todo en tomas con baja iluminación. Por su parte, la frontal tiene un sensor de 2.1MP Sony IMX208, con apertura f/2.0, que, pese a no conseguir tanta resolución como otros modelos del mercado, sí hace buenas fotos, con gran calidad, cosa que agradecerán los amantes de los selfies y para los que hay un modo de suavizado de la piel y disparo automático haciendo cerrando el puño delante de la cámara, muy útil para no tener que apretar el botón.

Volviendo a la trasera tenemos la gran innovación del LG G3, se trata del sensor Láser Auto Focus, ese pequeño elemento negro junto al cristal de la cámara. ¿Cómo funciona? Emite rayos infrarrojos a la hora de tomar la fotografía y con ellos calcula la distancia a la que se encuentran las distintas personas o elementos presentes en la escena, de modo que ajusta el enfoque de forma rapidísima y además ayuda al sensor tradicional cuando la luz no acompaña, algo que siempre se agradece.

El resultado es un enfoque en un tiempo de 0,276 segundos, cifra de infarto y a la que LG ha querido sacar partido eliminando pasos a la hora de hacer fotos. Así en el G3, podemos tomar instantáneas (nunca mejor dicho) con sólo tocar el punto de la pantalla donde queremos enfocar, es decir, enfoca y dispara con un sólo toque, realmente rápido, pero vamos la velocidad conseguida por Sony, HTC, Samsung o Apple no se aleja demasiado. En general, a plena luz del día y en entornos bien iluminados, las fotografías que consigue el G3 son excelentes, el nivel de detalle es muy bueno y tanto la exposición como el nivel de contraste de los colores son correctos.

Cuando fotografiamos objetos y situaciones nocturnas tampoco nos defrauda, aparece un pelín de ruido, es normal, pero no es nada exagerado. Aunque el estabilizador y el láser permiten enfocar muy rápidamente, la definición final se ve un poco comprometida por el procesado que trata de reducir ese ruido, pero en general, cumple con creces. Por tanto, la calidad que se consigue con la cámara del G3 está a la altura de un smartphone de gama alta y mejora a la del modelo anterior.

En términos de grabación de vídeo, el G3 es capaz de grabar en 4K (3840 x 2160 píxeles) a 30fps, también a 1080p a 30fps y a 720p a 120fps. Su calidad no difiere con la de las fotos, buenos colores, exposición y nivel de detalle, además el estabilizador nos echa una mano.

En cuanto a la App de Cámara, también ha recibido una renovación al igual que el resto de la capa de personalización. La versión anterior cumplía, aunque el diseño dejaba que desear, ahora tiene un aspecto mucho más limpio y simple. En los bordes de la aplicación tenemos los botones de disparo y grabación a mano, un acceso a la galería y en en lado contrario los elementos de ajuste del flash, cámara y modos.

Para pasar entre la cámara frontal y trasera basta con deslizar el dedo sobre la pantalla y entre los modos encontramos el Panorámico, HDR, “Enfoque Mágico”, para re-enfocar la escena después de tomarla, y “doble”, que añade una pequeña miniatura con la imagen de la cámara frontal cuando hacemos fotos con la trasera. Como extra tenemos la activación por voz, el clásico temporizador y la ayuda de la rejilla para conseguir una inclinación y encuadre correctos.

No tenemos un modo completamente manual donde podamos elegir la exposición y demás, por lo que los fotógrafos más avanzados deberán recurrir a Apps de terceros. Por último, los botones de volumen traseros se pueden utilizar como disparadores y, si mantenemos pulsado el de bajar volumen con la pantalla apagada, accederemos directamente a la Cámara, útil en esas situaciones en las que necesitamos tomar una foto inmediata.

A continuación os dejo una serie de fotos sacadas con el LG G3, están reducidas, pero podéis verlas a tamaño completo en esta galería de Drive.

Experiencia de uso y software

Durante las semanas que he estado probando lo último de LG, me he sentido muy cómodo con él en el día a día. Al principio, como con cualquier gadget recién estrenado, impone. Conforme pasan los días y te haces a él, a sus formas y tamaño, te das cuenta de lo buen teléfono que es. No se puede esperar otra cosa de un smartphone de estas características: el LG G3 puede con todo, no hay App o juego que se le resista, faltaría más después de montar ese combo Snapdragon 801 + 2GB de RAM. ¿Funciona todo lo bien que debería? En mi opinión no.

El LG G3 es rápido, mucho, fluido en la mayoría de ocasiones, puede con juegos de última generación, con vídeos en alta definición y con las aplicaciones más exigentes pero, pese a disponer de un hardware “top”, el LG G3 presenta en ocasiones pequeños momentos de lag. Breves retardos a la hora de cargar iconos en el escritorio, en los cambios rápidos entre Apps, al entrar en el cajón de aplicaciones… Una serie de detalles que, pienso, no se pueden consentir en un teléfono de las más alta gama y en pleno 2014.

Muchos comentan: “la culpa es de los 2GB de RAM, deberían enviar el de 3GB (el surcoreano) para todo el planeta”. Emm no. Son 2GB de RAM, más que suficientes como ya se ha visto en otros modelos (algunos incluso con mucho menos), no debería existir ningún tipo de lag, sin embargo, ahí está. ¿El culpable? Quizá la nueva capa de personalización que LG ha desvelado con el G3 no está lo suficientemente pulida.

Esa renovación era necesaria, si había algo a mejorar en modelos como el G2 o la G Pad 8.3, era la interfaz. LG ha dado un repaso a su capa de personalización, la ha modernizado, adaptándola a los tiempos y líneas de diseño que están de moda actualmente: colores planos, diseños limpios y finos. Como no podía ser de otra manera, el G3 funciona bajo Android 4.4.2 KitKat y, aunque prefiero la versión stock, debo reconocer que no me desagrada en absoluto el toque que LG le ha dado, pero por supuesto irá a gustos.

Sigue habiendo fallos, claro. Por ejemplo, aun teniendo una enorme pantalla de 5.5 pulgadas, el espacio para las notificaciones sigue siendo ridículo; con los ajustes rápidos, la barra de control de brillo y la del volumen activadas, apenas caben 3 avisos más. Si ya desplegamos QSlide (la función para abrir Apps flotantes y redimensionables desde el panel de notificaciones) y el Quick Remote (para actuar como mando a distancia de televisores), el espacio es inexistente, teniendo que hacer obligatoriamente scroll para ver cualquier notificación.

KnockON y KnockCode, un combo genial

Entre los añadidos propios de LG se encuentran funciones bien conocidas y otras que hacen aparición por primera vez en este modelo. De las ya existentes tenemos, como comentaba antes, KnockON y KnockCode, el primero para encender la pantalla del teléfono con sólo dos toques y el segundo para establecer un método de desbloqueo aprovechando esa función, configurando un patrón de toques. Del mismo modo, el Modo para Invitados nos permite desbloquear el teléfono con un patrón específico, entrando así es un escritorio personalizado en el que “el invitado” sólo podrá utilizar las Apps que tú escojas y no tendrá acceso a datos privados.

Si entramos a los Ajustes del teléfono vemos una cantidad enorme de acciones, en serio, hay muchas repartidas en decenas de apartados. Desde la más básica configuración de las conexiones inalámbricas o el sonido, hasta detalles como cambiar los botones virtuales inferiores y su orden. Así, podemos optar por la opción clásica de “Atras+Home+Apps recientes” o meter también el acceso a QuickMemo (notas rápidas sobre la pantalla capturada) o QSlide, hasta un máximo de 5 botones.

En mi caso y debido a la dificultad de llegar hasta la barra de notificaciones para desplegarla con una sola mano por el gran tamaño de la pantalla, he sumado a los botones tradicionales de Android el de acceder a las notificaciones. Además si mantenemos pulsado el botón Atrás durante algo más de 1 segundo accedemos a la función de multipantalla, mediante la cual podremos utilizar dos Apps al mismo tiempo a pantalla partida (por ejemplo Chrome y YouTube, o GMail y Hangouts), pudiendo variar el espacio asignado a cada una. Este sistema todavía está por pulir y más aplicaciones deben ser compatibles, pero es un buen comienzo.

En fin, una serie de ajustes y personalizaciones (como la posibilidad de cambiar los efectos de pantalla, accesos directos en la pantalla de desbloqueo, ajustes rápidos de la zona de notificaciones, movimientos para interactuar con llamadas, alarmas o vídeos, hacer copias de seguridad y más) que hacen un conjunto muy completo a la capa de LG. La marca tampoco ha olvidado el aspecto deportivo y ha equipado al G3 con la App LG Health que nos mide los pasos diarios, calorías gastadas, distancias y demás estadísticas automáticamente.

Si eres de los que sale a correr o a montar en bici, también podrás grabar esas actividades individualmente, la pena es que, al menos de momento, no hay forma de exportar esos datos a servicios tan conocidos como Runtastic, Strava o Endomondo, por ejemplo, por lo que su utilidad es más limitada. LG Heatlh se encuentra, por cierto, en la primera de las pantalla del escritorio, junto a Smart Tips, una serie de tutoriales que nos enseña cómo funcionan las distintas herramientas del sistema.

Como veis, el G3 va bien servido. Mi uso ha sido bastante intenso, aunque ha habido de todo: días normales con alto uso de Apps de mensajería, redes sociales y navegación web, otros más relajados y otros realmente exigentes con horas de juego, reproducción de vídeo, navegación GPS y demás. En todas ellas el G3 ha rendido muy bien y sin quejarse, si no fuese por esos pequeños lags en ocasiones (y algún que otro cierre inesperado de Apps de terceros), sería perfecto.

Benchmarks

Como siempre, aquí os dejamos los resultados de los test de rendimiento o benchmarks y, una vez más, repetimos que no sirven de mucho si el dispositivo no está optimizado, por tanto, no reflejan la experiencia que el usuario recibe en el día a día con el smartphone. Los test son AnTuTu, Vellamo y Quadrant:

 

 

 

 

Batería y Autonomía

La encargada de proporcionar energía al LG G3 es una batería de 3000mAh que en esta ocasión es extraíble y fácilmente reemplazable desde la parte trasera. En el G2, la batería era uno de sus puntos fuertes, en este caso, aun teniendo esa gran capacidad, el G3 ha perdido autonomía. ¿El principal culpable de esto? Sin duda, la pantalla QHD. El salto a esa resolución implica algo más que la simple presencia de más píxeles, hay que alimentarlos, y comen lo suyo.

En reposo, el consumo es bastante bueno y, a no ser que tengamos algún proceso rebelde, apenas veremos descender el porcentaje de batería. Sin embargo, con la pantalla encendida, es decir, utilizando el teléfono, podemos ver como la batería cae en picado si no cuidamos el nivel de brillo. De este modo, con un uso medio-alto, llegaremos al día justo de autonomía, teniendo obligatoriamente que cargarlo por la noche si no queremos quedarnos tirados al día siguiente.

Como veis en las capturas, el uso es el típico que puede hacer cualquier usuario, redes sociales, consultar noticias, YouTube y demás, nada extraño, de esa forma alcanzamos las 4 horas de pantalla de media, aunque por supuesto se puede alargar limitando más el brillo y las conexiones. En fin, la batería del G3 cumple, aunque no es tan buena como la del resto de competidores; no sabemos qué habría pasado si en lugar de la pantalla QHD, hubiesen montado un panel FullHD.

Conclusiones

Si estás pensando en adquirir un LG G3, adelante, no te arrepentirás. Tiene todo lo necesario para satisfacer prácticamente a cualquier usuario, es potente, es bonito e innova en algunos aspectos. Realmente no llega a tener ningún punto realmente negativo, son sólo algunos detalles en el conjunto que no terminar de redondear a este fantástico terminal, por ejemplo la falta de resistencia al agua y polvo.

El tamaño puede ser su peor enemigo, por mucho que se empeñen los fabricantes, para muchos 5’5 pulgadas son muchas pulgadas, si este G3 fuese de 5’ o incluso 5.2’, con ese tamaño de biseles, sería todavía mejor. Vale, no es aluminio, sigue siendo plástico, pero LG ha resuelto bastante bien este inconveniente y los materiales utilizados son de calidad, creando un bloque que agarrar firmemente en la mano. La cámara es excelente y su pantalla, también, aunque puede pagar la novatada de ser uno de los primeros en montar QHD, suponiendo que los próximos procesadores puedan mover con mayor solvencia esas resoluciones y sobre todo, el efecto negativo que tiene sobre la batería.

El precio es su aliado, aunque su coste oficial es de 599€, se puede encontrar en las tiendas más conocidas por menos de 500€, combinado incluso con el reciente reloj con Android Wear, el LG G Watch. En resumen, el LG G3 podría acercarse al puesto de mejor smartphone de lo que llevamos de año, pero las cosas están tan ajustadas entre la gama premium que decidir entre uno y otro es cuestión de preferencias personales.