Nos encanta hacer todo tipo de pruebas a móviles. Así es, llegando hasta el límite incluso de ver si los nuevos dispositivos soportarían un disparo de bala. ¿Acaso no nos lo compraríamos si no lo resiste? Pero aun así, vemos a veces este tipo de análisis.
Lo que hoy nos gustaría pensar es: ¿Qué nos ha llevado hasta este tipo de test?
Disparar balas a móviles como prueba de resistencia
Quizás todo empezase como un modo de ver hasta dónde podía llegar la resistencia de un dispositivo. Las caídas ya no eran suficientes, había que llevar el móvil al límite. Había que ver cuándo el móvil de bías ¡Basta!.
Hasta un límite que quizá no tenía sentido, ¿o sí? Ya vimos hace tiempo cómo un móvil lograba salvar una vida al resistir a un disparo. Aunque es cierto que pararnos a pensar en que nuestro móvil nos va a salvar la vida… Lo primero es que no os deseamos que a nadie os disparen, pero es que además tendría que ser mucha casualidad que lo hagan justo donde tengamos el móvil. Aunque si nos ponemos en plan gracioso, al ser las pantallas cada vez más grandes, vamos teniendo un escudo mayor.
Aunque, bromas aparte, que le pregunten a la persona que salvó su vida de milagro gracias a la resistencia del dispositivo si lo valoraría o no.
La resistencia a balas, ¿otro punto en la evolución de los materiales?
Hemos pasado de móviles que físicamente lo aguantaban casi todo (¿acaso no habéis escuchado ninguna broma sobre los antiguos Nokia?), a móviles que con una simple caída absurda veían su pantalla rota.
Esto ha ido llevando a los fabricantes a pensar en cómo mejorar los materiales y, así, la resistencia, de sus dispositivos. Con toda esta investigación, hemos podido ver cómo por ejemplo LG ha presentado dispositivos con materiales con memoria, que recuperaban su estado ante arañazos y que presentaban las primeras pantallas flexibles, como es el caso del LG G Flex 2.
Por tanto, podríamos pensar que si ya hemos visto pruebas de presión, de arañar el dispositivo con llaves… El dispararle era cuestión de tiempo. Otro paso más.
Así, hemos llegado a ver cómo Huawei presentaba su Honor 6 Plus, con el cual presumían de ser resistente a balazos.
Disparar balas a móviles como diversión: ¿qué será lo siguiente?
También podríamos pensar que todo esto no deja de ser una prueba que empezó de broma con alguien y se fue un poquito de las manos. Es decir, que alguien por hacer la gracia hiciera un primer test disparando a un móvil y sentara precedente.
Pero, ¿por qué? Quizás simplemente porque ver un disparo a un móvil en slow motion es llamativo.
Aunque luego los fabricantes utilizasen esta prueba como medida de resistencia para decir que su dispositivo es el más resistente del mercado.
¿Y después que vendrá? Esa es la gran pregunta que ronda la cabeza de algunos de los que hemos leído acerca de esto. ¿Cuál es el siguiente reto que debe cumplir un dispositivo móvil? ¿Habrá que acabar llamando a la gente de Red Bull para que lo patrocine dado el riesgo que implicaría?
Como veis, estamos siendo un poco irónicos, porque si bien es una prueba que realmente puede mostrar la resistencia, quizás podrían también centrarse los fabricantes en por ejemplo todo tipo de caídas. Pues, ¿para qué queremos un móvil que soporta un disparo de bala pero luego tontamente con un pequeño golpe en una esquina y rompe la pantalla?