Ni las pantallas curvas coreanas ni el metal taiwanés es problema alguno para el afilado destornillador que utilizan en iFixit, porque los chicos ya han probado tanto el Samsung Galaxy S6 Edge como el HTC One M9 respecto a lo reparables que suponen para nosotros. Y no, ninguno de los dos sale muy bien parado después de pasar por la mesa de pruebas.
Estos diseños complicados y sofisticados que tantos fabricantes utilizan ahora nos traen una pega que sólo miramos cuando algo sale mal: son mucho más difíciles de reparar para nosotros, con el simple objetivo de que acudamos a los servicios técnicos oficiales de cada marca y no lo intentemos. Por suerte, todavía quedan cabezotas que quieren seguir reparando sus dispositivos por sí mismos, y que nos comentan de primera mano la dificultad que tendrá hacerlo si nos toca a nosotros.
En efecto, estamos hablando de los chicos de iFixit que tantos análisis y tutoriales nos traen para nuestra suerte, y que ya han hecho pasar dos de los lanzamientos estrella del Mobile World Congress 2015 por su mesa de pruebas: el HTC One M9 que ya hemos podido probar, y el Samsung Galaxy S6 Edge que tantos ansían tener. ¿Pero cómo ha salido cada uno de este particular análisis?
Reparar el Galaxy S6 Edge: una misión imposible
La nueva generación de dispositivos de gama alta de Samsung nos ha traído algunos cambios que muy pocos aceptarán de buena gana: la ausencia de la clásica ranura para tarjetas de almacenamiento microSD, y la batería extraíble que ahora brilla por su ausencia y que no podemos intercambiar en favor del panel trasero de cristal que le da ese acabado premium al Galaxy S6 Edge.
Sin embargo, Samsung ha hecho cosas bien según podemos leer en iFixit: la mayoría de los componentes son modulares, y ya no es necesario quitar la pantalla para reemplazar la placa base, algo que sí era necesario en el anterior Samsung Galaxy S5. Sin embargo, también han habido pasos atrás, porque los dos paneles de cristal con pegamento hacen complicado el entrar, la batería es de muy difícil acceso, y quitar el cristal sin romper la pantalla parece una misión imposible. Por todo eso, en iFixit le han puesto un 3 sobre 10 respecto a posibilidades de reparación.
HTC One M9: más difícil todavía
Por otra parte, el diseño de metal con el que cuenta el HTC One M9 también tiene algo de delito: es muy bonito y muy cómodo en la mano, pero en diseño interno es un desastre: batería de muy difícil acceso (hay que retirar antes la placa base, y rezar para no romper la batería por el camino), pegamento debajo de la placa base, pegamento formando un sandwich en la batería, adhesivo para parar un tren…
Por esto, por no poder retirar la pantalla sin tener que desmontar todo el dispositivo, por la enorme cantidad de adhesivo usado en todo el teléfono (hasta el punto de que retirar components es peligroso) y por creerse los reyes del mambo según iFixit, le han dado 2 puntos sobre 10. Aunque no todo son puntos negativos, ahora hay menos cinta aislante en comparación al HTC One M8, lo cual debería de ser algún tipo de consuelo.