Cuando pensamos en las características de un smartphone, lo primero que nos viene a la cabeza es una pantalla táctil. Un gran panel que ocupa buena parte del frontal, que nos permite interactuar con el dispositivo y escribir fácilmente a su teclado QWERTY que aparece en la pantalla cuando lo necesitas. Apple es con toda seguridad la responsable de haberlo popularizado, llevándolo más allá de lo que todos podían imaginar en el momento. Y sin embargo, hubo un dispositivo que 20 años antes ya contaba con estas características: el IBM Simon.
El dispositivo fue presentado el 23 de noviembre de 1992 en la feria COMDEX de Las Vegas, y combinaba las funciones de un teléfono móvil y el de una PDA. Además de llamar y recibir llamadas, era capaz de gestionar la agenda de contactos, enviar correos electrónicos, emails y mensajes de busca. Contenía algunas funciones que os sonarán: calendario, organizador de eventos, reloj mundial, y permitía guardar notas escritas a mano con el stylus que incluía.
IBM Simon, el primer teléfono totalmente táctil
Y todo esto se podía hacer únicamente con los dedos. El stylus no era necesario para que la pantalla del dispositivo reconociera tus toques, algo que no ocurría con otros aparatos táctiles del momento, como el Apple Newton. Todo cuanto permitía el IBM Simon se podía hacer sin necesidad de tocar ni un solo botón físico.
No era un dispositivo precisamente pequeño, con 20 centímetros de alto, seis de ancho y 3,8 de profundo, y un peso de 510 gramos, difícilmente se puede considerar un dispositivo compacto. Su pantalla LCD -resistiva- de tres pulgadas era monocroma y evidentemente no tenía cámaras. Contaba con 1MB de almacenamiento interno y otro de RAM.
Su sistema operativo era Datalight MS-DOS, cuya experiencia era totalmente táctil. Lo que sí que tenía era aplicaciones descargables, que podías instalar o bien conectándolo al ordenador o a través de una tarjeta PCMCIA, aunque en aquel momento nadie había pensado en el término «apps», sino que se refería ellas como «programas».
Problemas en el lanzamiento y muerte prematura
El dispositivo -de cuya fabricación se encargó Mitsubishi- no llegó a las tiendas hasta el 16 de agosto de 1994 tras un retraso de tres meses por problemas con el software. Lo hizo de la mano de BellSouth Mobility, una operadora que desapareció en 2004 adquirida por AT&T. El IBM Simon costaba 899 dólares con un contrato de dos años y 1.099 dólares sin contrato. Tened en cuenta que estamos hablando de 1994.
IBM logró vender 50.000 unidades del dispositivo, que no fueron suficientes para convencer a la empresa, que venía de tener graves problemas en los años anteriores, cuando tuvo que despedir a casi 100.000 empleados. En febrero de 1995 se dejó de fabricar Simon, y el desarrollo de su sucesor -Neon, que hubiera tenido un tamaño mucho más contenido- se canceló.
IBM Simon, un adelantado a su tiempo
La historia del IBM Simon es un clarísimo ejemplo de un dispositivo adelantado a su tiempo. IBM tuvo la gran idea cuando esta todavía no era posible por cuestiones técnicas: las conexiones eran excesivamente lentas, los navegadores web todavía estaban en pañales y la duración de la batería era muy limitada, tanto que IBM optó por vender el dispositivo con una segunda batería.
Años después, con un concepto muy parecido al que exhibía el IBM Simon, hay una serie de compañías que duermen sobre una montaña de dinero gracias a un mercado en el que IBM no tiene prácticamente presencia. Al menos, Simon tuvo su momento de gloria en la película la Red, protagonizada por Sandra Bullock, donde el villano lo usaba en una de las últimas secuencias.