Cuando Apple lanza un móvil es de esperar que muchos fabricantes se inspiren en él. A veces en el diseño, otras en alguna prestación en concreto. También Apple hace eso con otras marcas.
Pero el mercado es lo suficientemente grade como para que también haya empresas que buscan el beneficio rápido mediante una inspiración más dura. Copiando descaradamente, vamos. Esto es lo que nos hemos encontrado con el GooPhone X, un amago de clon del iPhone X con Android que cuesta menos de 100 euros y aún así nos parece tremendamente caro.
¿Para qué quieres realismo? ¡Que vivan los renders!
Cuando hemos entrado en la tienda que los vende hemos ido a la ficha del producto, a ver las imágenes. Cual no ha sido nuestra sorpresa al comprobar que, de las tres, sólo dos muestran el producto y además no tienen nada que ver una con la otra. Os las ponemos a continuación:
Como podéis comprobar la parte trasera es aceptablemente parecida pero la delantera no. Ni por asomo. En la primera intenta imitar a un Samsung Galaxy S8 y en la segunda a un iPhone X. Aunque no parece que mantenga la proporción 18:9 de la que presume.
Vamos a las fotos reales
Así pues hemos seguido investigando y hemos llegado a otro producto, con el nombre de Goofón (sic). En este caso hay fotografías del terminal en el que comprobamos que cualquier parecido con el iPhone X es, como mucho, leve.
Los marcos son bastante notables, la calidad de construcción no parece ser especialmente buena y el software intenta hasta imitar el botón Home de los iPhone cuando el iPhone X ni siquiera lo tiene.
Y unas características de gama muy baja
Es cierto que por 100 euros no podemos pretender tener un terminal con prestaciones de alto nivel pero es que a estas alturas se sigan fabricando móviles con 1 GB de memoria RAM y 8 GB de memoria interna nos hace pensar en que algo está muy mal.
Desde luego el procesador, la pantalla y demás elementos tampoco son destacables pero estamos ante un intento tan burdo de sacar partido a una copia que hasta a los que entendemos los elementos inspiracionales nos produce sonrojo.
Ni gratis lo queremos.