Tras una semana de descanso volvemos a retomar la sección semanal en la que os comento cómo es vivir en el día a día con un móvil plegable. De hecho, la semana pasada estuve de vacaciones y pude realizar un viaje que ha cambiado el tema que tenía pensado tratar esta semana, que quedará para otro capítulo.
Mi viaje fue a las islas Canarias y, aunque estamos en invierno, pude pasear por las playas del archipiélago.
Mi primera intención cuando fue a hacer la maleta y seleccionar el móvil a llevar fue dejar de lado el plegable, en este caso el Galaxy Z Flipo 3 que uso a diario. Pero claro, la gracia de esta experiencia es no hacer eso en ningún momento, para poder probar los móviles de doble pantalla en todas las situaciones posibles.
Así pues, hice el viaje con este móvil como el único que llevaría encima, para no tener la tentación de dejarlo guardado en casa mientras iba a ver sitios.
Una tormenta de arena
No era la primera vez que visitaba las islas Canarias, pero fue en uno de los sitios a los que ya había ido donde me pasó algo que me hizo pensar.
En el sur de la isla de Gran Canaria hay una famosa playa llamada Maspalomas. Es muy conocida por sus enormes dunas, que hacen que a veces creas que estás en un desierto.
Mi mala suerte fue ir a pasear por ellas y enseñárselas a gente que no la conocían en pleno vendaval. La arena se movía de forma intensa, y podías casi ver en tiempo real cómo las dunas cambiaban de tamaño.
Esto hizo que me pensara mucho sacar el móvil para hacer fotos, porque podía salir volando en cualquier momento. Aunque ese no fue el problema.
Arena en la bisagra
Al salir de las dunas me metí la mano en el bolsillo para coger el teléfono y me percaté de que tenía arena alrededor. El viento había hecho que tuviera arena en el pelo, la nuca, las orejas... pero también en los bolsillos, en grandes cantidades.
Samsung ha logrado dotar a sus móviles plegables de resistencia a los líquidos, pero no al polvo, por motivos obvios.
Cuando abrí el Z Flip 3 escuché la bisagra mover granos de arena, y de he reconocer que me asusté un poco. En ningún momento el móvil dio señales de fallar, pero sí que tendemos a pensar que el mecanismo móvil es la parte más débil de cualquier dispositivo.
Seguí usando el móvil de forma normal durante unas horas y me percaté de que, poco a poco, el ruido era cada vez menor, haciendo que mi preocupación también descendiera.
A día de hoy, una semana después, sigo usando el Z Flip 3 como si nada de esto hubiera pasado, pero me pregunto si sería así en otros móviles plegables, en terminales de otras marcas, como OPPO, Huawei o Motorola, que también tienes móviles de doble pantalla.
Este tipo de situaciones, que ya no son críticas para los smartphones normales, pueden volver a ser importantes cuando los móviles plegables se estandaricen. No quiero decir que los descarte como compra, ni mucho menos (de hecho mi experiencia demuestra que su resistencia es mayor de la que esperaba), pero sí que es posible que tengamos que reenfocar nuestras preocupaciones cuando usemos un móvil de este tipo.
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