El smartphone plegable es el sustituto perfecto de la tablet
En los últimos días he podido volver a usar de forma más intensa el Samsung Galaxy Z Fold 3, y me he dado cuenta de que lo uso como una tablet.
24 febrero, 2022 18:27Noticias relacionadas
Esta entrada de año está siendo intensa en lo que a análisis se refiere. Hemos publicado más de una decena en menos de dos meses, y casi la mitad llevan mi firma. Digo esto porque he limitado en ocasiones el tiempo de uso de los plegables, en mi experimento de estar usándolos un año. No obstante, en los últimos días he acabado algunas reviews y he tenido la oportunidad de volver a usar el plegable que tengo en estos momentos, el Samsung Galaxy Z Fold 3.
Desde hace unas semanas ha sustituido al Samsung Galaxy Z Flip 3 que llevé durante casi tres meses, y el uso en casa ha cambiado.
Casi una tablet con Android
Ya dije hace unas semanas que lo mejor de los móviles plegables es que puedes dejarlos abiertos casi siempre. Obviamente la gracia de estos móviles es que pueden cambiar su factor de forma para ser guardados cómodamente, pero eso no quiere decir que tengamos que hacerlo siempre.
En mi caso, al trabajar en casa, tengo el Fold casi siempre abierto, usándolo como una tablet, algo que es especialmente útil cuando estoy jugando ya que la experiencia dista mucho de la que tenemos en un móvil normal, por el tamaño del panel, mayormente.
Lo doblo en ocasiones y lo uso como móvil, claro, cuando tengo que atender una llamada, cuando está cargando en el atril con carga inalámbrica y a veces cuando subo y bajo las escaleras con prisa, para mejorar el agarre.
Justificando el precio
Esto justifica un poco más el precio que pagamos por los móviles de este estilo, que son sustancialmente más caros que los modelos tipo concha.
El coste de un móvil de gama alta roza los mil euros si no los supera. El de una tablet de la misma categoría es similar. Si juntamos los dos precios tenemos una cifra superior a la que nos piden por un plegable de este tipo.
Sí, no es lo mismo, claro, pero sirve para hacerse una idea de la utilidad que obtenemos por el mismo coste o similar.