En los últimos meses estamos viendo cómo las diferentes marcas de telefonía han empezado una nueva carrera por las cifras. Primero fueron los núcleos del procesador, luego la diagonal de pantalla, y más tarde los Mpx de las cámaras. Ahora le lega el turno a la velocidad de carga, una carrera que nos está trayendo buenas noticias en general, pero alguna hay que no es positiva.
Con dos excepciones mayores como son Samsung y Apple, parece que el resto de fabricantes líderes a nivel mundial se han lanzado a competir a ver quién es el que puede cargar su terminal estrella más rápido.
OnePlus empezó la carrera con el OnePlus 9 Pro y sus 65 W. No había pasado ni un año y esas velocidades empezaron a verse en la gama media. Xiaomi subió el listón hasta los 120 W con el Xiaomi 11T Pro. Marcas como OPPO han querido estar presentes sin querer ser los más atrevidos, con propuestas como los 80 W del OPPO Find X5 Pro. Eso sí, en sus laboratorios hay tecnologías de carga de 240 W.
La última en sumarse ha sido realme con el realme GT Neo 3, que es capaz de cargar a 150 W y, hoy por hoy, es el terminal que más rápido recarga su batería.
El problema del espacio
Lo que no cuentan estas marcas es que, a más velocidad de carga, menos capacidad de batería tendremos. No estamos hablando del temido efecto de degradación de las baterías, algo que parece que se ha controlado, al menos en la vida media de los móviles, de unos 3 o 4 años.
Nos referimos a que los terminales con carga rápida tienen baterías más pequeñas que los que tienen cargas algo menos rápidas. El propio realme GT Neo 3 es un buen ejemplo. En China, la variante que tiene 150 W de carga usa una pila de 4500 mAh, pero la que tiene 80 W usa una pila de 5000 W.
El motivo es que a más velocidad de carga más espacio necesitamos para los controladores de tensión y demás elementos que hacen que esa carga sea segura. Obviamente no podemos prescindir de ellos.
Vivo se suma a la moda, pagando un precio mayor
La última en querer batir el récord es Vivo. Se ha filtrado que está trabajando en un móvil con carga por cable de 200 W, algo que no hemos visto aún de forma comercial, aunque Xiaomi presentó una tecnología similar hace un año.
Este nuevo tope de gama de Vivo sería un móvil con una batería de 4000 mAh. Hace mucho que no vemos un gama alta con una batería de ese tamaño.
Parece que a medida que la velocidad de carga sube la batería encoje, y eso es un problema porque disminuye la autonomía real del móvil. Es cierto que con un pequeño empuje del cargador estaremos de nuevo casi al 100%, pero muchas veces no tenemos la oportunidad de pararnos en medio del día.
Suponemos que las marcas tienen esto en cuenta y siempre parten de la idea de que el móvil durará al menos una jornada, pero eso depende de los casos de uso.
Esperemos que finalmente lleguemos a un equilibrio tal en el que la autonomía sea muy buena y la carga rápida también, sin pagar un precio demasiado alto.
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