El tamaño de los smartphones ha crecido considerablemente en los últimos 10 años. Si bien antes un móvil de 5,5 pulgadas era grande, y se lo conocía como phablet por su gran tamaño, ahora es considerado pequeño. Es cierto que gracias a la reducción de los marcos se ha conseguido introducir más pantalla en el mismo espacio, pero aún así también han seguido creciendo en dimensiones.
Después de unos años pivotando entre móviles que no bajaban de las 6,5 pulgadas, he decidido comprarme un smartphone más compacto para funcionar en el día a día. Las pantallas grandes tienen muchas bondades de cara a consumir contenido multimedia, pero pueden llegar a resultar incómodas en algunos momentos.
Después de algo más de dos meses utilizando un móvil más pequeño las diferencias son claras. El mi experiencia personal la balanza se decanta hacia los móviles compactos después de haber comparado experiencias. Sin embargo, hay algunas cosas a tener en cuenta, independientemente de los gustos de cada usuario.
No será el mejor
Android tiene que aprender de Apple. La compañía de la manzana ha diversificado su catálogo de smartphone en los últimos años, incluyendo dos tamaños, tanto para el modelo convencional del iPhone como para la versión Pro. Esto hace que se pueda disfrutar de todos los beneficios del modelo más caro en un tamaño contenido.
En Android esto es imposible. Es cierto que hay móviles de gama alta compactos como el Samsung Galaxy S23, el Google Pixel 7 o el Xiaomi 12S. Sin embargo, el modelo "Ultra", el "Pro" o la denominación que cada marca utilice para su modelo más potente, siempre tiene una pantalla grande.
Esto limita en cierta medida el acceso a algunas características que solo se encuentran en este tipo de versiones. Por ejemplo, si quieres disfrutar del mejor apartado fotográfico posible. Tanto Google como Samsung Xiaomi y el resto de marcas le dan un mayor peso a este apartado en sus dispositivos de gran tamaño.
Si se quiere disfrutar de lo mejor de cada marca, hay que apostar por el modelo grande. Sin embargo, no todo el mundo necesita que sea lo mejor, basta con que sea muy bueno. Aquí, hay que valorar el impacto que puede tener una cámara más o un poco más de batería frente a la comodidad de un menor tamaño.
La comodidad importa
La principal ventaja de los móviles compactos es que son más fáciles de transportar. Ya sea en un pantalón o en un bolso, hay veces en las que si el teléfono es muy grande, puede molestar. En especial a la hora de hacer deporte o utilizar un pantalón corto, pudiendo llegar incluso a salirse accidentalmente y a provocar una rotura en la pantalla al caer contra el suelo.
Uno de los grandes cambios que, personalmente, he experimentado al utilizar un móvil compacto es que puedo llevarlo de forma despreocupada. Da lo mismo si el bolsillo no es demasiado grande o si lo llevo en la mano junto a una botella de agua: es más difícil que se caiga.
Por lo general, al ser más ligeros, también ofrecen una mayor comodidad al utilizarlo en mano o al colocarlo en el soporte imantado del coche, ya que es menos probable que se mueva. Lo mismo sucede con algunos accesorios como el Razer Kishi, un mando de juegos para Android en el que muchos móviles de 6,7 pulgadas no encaja correctamente debido a su gran tamaño.
Puede que lo uses menos
Tener un móvil con la pantalla grande puede ser útil para consumir contenido multimedia o incluso leer en aquellos momentos en los que ni la tablet ni el ordenador están cerca. Cuanto más grande sea el panel menos hay que forzar la vista y más cómoda puede resultar la lectura o la visualización. Por otra parte, hay ocasiones en las que esto puede ser una distracción en el tiempo libre, y provocar un incremento en las horas que se está mirando a una pantalla.
Algo que, si ya pasas bastantes horas frente al ordenador mientras trabajas, no es recomendable. En mi uso personal, tener un móvil más pequeño ha hecho que en algunas ocasiones prefiera no utilizarlo tanto y así dedicarle más tiempo a otras actividades.
Si es necesario editar un documento o contestar correos de forma puntual sigue siendo totalmente válido. Quizá no es un proceso igual de cómodo, pero para esas ocasiones basta con utilizar la tablet o el ordenador. Además, este menor uso compensa el hecho de que, cuanto más pequeño es el móvil, menos batería tiene.