Hace unos años las operadoras móviles en España regalaban a sus abonados móviles con la condición de que se firmara un contrato de permanencia con unas tarifas que, por lo general, eran bastante caras. Eso cambió cuando llegaron las OMVs y la venta de móviles libres se disparó, llegando a ser lo que es actualmente, lo normal.
Esto ha hecho que, poco a poco, el precio medio de los móviles haya subido, por el fin de esas subvenciones de las operadoras, el incremento de los costes en todas las partes de la cadena de producción, los mejores componentes técnicos... En España el móvil medio cuesta unos 500 euros, un precio alto para lo que estábamos acostumbrados, aunque ese importe está ligeramente desviado porque hay muchos modelos de más de 1000 euros, y más aún de unos 300 euros.
La cuestión es que, independientemente de lo que cada uno quiera gastarse a la hora de renovar el smartphone, los usuarios buscan modelos que aguantes más años. Ya es raro cambiar el móvil no cada año, sino también cada dos o tres años. Lo que se valora ahora es que un dispositivo pueda aguantar lo máximo posible, y muchos sólo lo cambian cuando algo en concreto les da problemas, normalmente, la pantalla, la batería o la memoria.
Resistencia
Uno de los principales motivos para cambiar un móvil es que se rompa. Salvo que se haya contratado un seguro, lo normal es que la reparación no convenga por el elevado precio de la misma, y los usuarios opten por un nuevo modelo. Uno de los aspectos a tener en cuenta es la resistencia del móvil.
Por un lado, hay terminales con certificación militar que se han probado en caídas, ambientes de calor o frío extremo o situaciones que otros modelos no pasarían. Si el día a día nuestro puede implicar alguna situación así, porque se trabaje en una obra por ejemplo, esto es algo a considerar.
Otra cuestión relacionada con la resistencia es que el móvil no se rompa por una inmersión accidental en un fluido. Para ello es bueno adquirir uno que tenga cierta resistencia al agua y a los líquidos. Lo normal es tener IP-68, que es la certificación que soportan los modelos de Apple, los de Google y varios de los de Samsung, entre otros. Eso sí, esto no nos asegura que el móvil vaya a soportar líquidos toda su vida útil, porque si se da un golpe el sellado podría quedar invalidado. Aún así, es algo que siempre conviene tener en consideración.
Memoria
Otro de los motivos por los que la gente cambia de móvil es porque se ha quedado sin memoria. Esto ya no es tan común como antes, pero dado que cada vez se mandan más vídeos por aplicaciones de mensajería, cada vez se hacen más fotos y la calidad de las cámaras cada vez es mayor, es muy posible que los 128 GB que hasta hace poco eran suficientes ya no lo sean.
Además, la mayoría de los móviles actuales ya no cuentan con ranuras para microSD, una forma de expansión de memoria que era imprescindible cuando los teléfonos tenían 64 GB de memoria o menos. Actualmente lo normal es que cualquier modelo tenga los 128 GB mencionados, pero la cantidad mínima de espacio a considerar deberían ser 256 GB.
Cada vez hay más terminales con 512 GB o incluso 1 TB, pero el incremento de precio no suele merecer la pena, a no ser que sepamos que se van a grabar muchos vídeos en 4K, o que se van a instalar muchos juegos de gran tamaño. Quizás comprar un modelo con estas capacidades tenga sentido en las promociones de lanzamiento, ya que marcas como Samsung, por ejemplo, suelen poner esas variantes a los mismos precios que los modelos con menos memoria.
Batería
Con el paso de los móviles tradicionales a los smartphones nos acostumbramos a tener que cargar el móvil cada poco tiempo, en vez de cada pocos días. Sin embargo, aunque la autonomía ha mejorado en los últimos años y las velocidades de carga más aún, la degradación de las baterías sigue siendo un problema.
Es muy común que la autonomía de un móvil a los dos años no sea la misma que tenía al inicio de su vida útil. Esto es otro motivo para comprar un nuevo móvil, aunque la verdad es que también es común cambiar la batería, al ser una reparación aceptablemente económica.
Con todo, a la hora de comprar un modelo nuevo, es conveniente que tenga una capacidad de más de 4.000 mAh y, si puede ser, de 5.000 mAh. Es posible que en el día a día no nos haga falta, pero en viajes, días de estar fuera de casa más de lo normal, o usar más la cámara, se agradecerá. También es aconsejable que el móvil tenga un modo inteligente de carga, sobre todo si lo cargamos por las noches, para que sólo llegue al 100% justo antes de despertarnos.
Actualizaciones
Por último, es aconsejable valorar la política de actualizaciones de la marca de móviles que vayamos a elegir. Cuantas más actualizaciones recibamos más seguro estará el móvil, y más funciones nuevas podremos usar sin cambiar de modelo. Esto no es algo crítico para mucha gente, pero los parches de seguridad sí que son importantes.
A este respecto, las marcas que más años actualizan sus móviles son Apple, Google y Samsung. En función del presupuesto o de las preferencias elegiremos una u otra, pero si las actualizaciones son algo relevante, y deberían serlo, estas marcas, juntos con los modelos de gama alta de otros fabricantes, son una opción.