La tecnología móvil es una de las que más ha cambiado en las últimas dos décadas. Hemos pasado de tener móviles que sólo servían para llamar y mandar SMS a otros que nos permitían básicamente hacer de todo con ellos, desde trabajar hasta usar videojuegos con gráficos similares a los de algunas consolas. En los últimos años el proceso de cambio de móviles en España se ha ralentizado, pero son muchos los que aún tienen dispositivos en el cajón de su mesa, sin darles una utilidad.
Son dispositivos que quizás no sirvan ya como móviles personales dado que la batería no dura tanto como antes, o su sistema de cámaras se ha quedado algo desfasado con respecto a lo que pueden hacer los modelos actuales. Pero eso no quiere decir que no sirvan para algo.
De hecho, incluso los dispositivos más antiguos, los que no tienen ni siquiera un sistema operativo propio, pueden ser de utilidad en algunos casos. No siempre es necesario contar con un smartphone con todas las aplicaciones instaladas. De hecho, en ocasiones es buena idea no tenerlo.
Un móvil para niños
Actualmente los pequeños de la casa están acostumbrados a tener un teléfono entre las manos desde muy pequeños, aunque no sea lo aconsejable. No obstante, en algunos casos es una alternativa que lo usen, para que en un viaje vayan distraídos o para que se calmen cuando están en el médico, por ejemplo.
Pese a eso, no suele ser buena idea dejarles nuestro teléfono, porque podría caerse y romperse, porque puede que lo necesitemos en un momento dado para llamar y porque si se han de instalar aplicaciones, al final estarán en nuestro móvil. Esto además evitará además que se acaben aprendiendo nuestro código PIN o patrón de desbloqueo.
Si tenemos un smartphone antiguo es posible configurarlo con las aplicaciones que creamos que son aconsejables para ellos. Lo mejor es no ponerle conexión de datos mediante una SIM, y usarlo sólo con Wifi, sea en casa o en exteriores, donde podremos usar nuestro móvil de router.
También para preadolescentes
Otro caso de uso de un móvil antiguo, muy antiguo, puede ser el de darle un primer móvil propio a un niño de entre 10 y 12 años, sólo cuando vaya a salir de casa. En este caso lo mejor es que sea un móvil con el que pueda llamar y recibir llamadas, pero que no tenga un sistema operativo con aplicaciones. Es decir, nada de iPhone ni Android.
Seguro que aún hay en casa algunos modelos antiguos que siguen funcionando pero que ya no se usan porque su funcionalidad es mínima. Incluso es posible comprar un nuevo smartphone de este tipo por menos de 15 euros en tiendas como Amazon. Otra opción es usar cualquier móvil, aunque sea un smartphone, pero con una tarjeta SIM que sólo tenga funciones de voz, y no tarifas de datos. Eso sí, en este caso siempre será posible que se use conectado a una red WiFi, aunque los padres no lo sepan.
Reproductor de música
Otro uso alternativo que se le puede dar a un móvil viejo es ser un reproductor de música para ciertos momentos en los que no queremos usar nuestro dispositivo principal, o para prestarlo a un menor, por ejemplo. Sólo habría que instalar aplicaciones de streaming, o descargar en MP3 el contenido si queremos.
Además, si es un móvil con cierto tiempo es posible que incluso tenga un puerto de auriculares de 3.5 mm para unos cascos con cable. No obstante, seguro que tiene bluetooth y es posible emparejarlo con unos auriculares inalámbricos si así lo preferimos.
Altavoz inteligente
Si aún no te has decidido a comprar un altavoz inteligente porque no sabes si le darás uso o no, es posible usar un móvil antiguo y configurarlo para que responda al OK Google sin tener que tocarlo. De esa manera se podrá usar como un altavoz, incluso con su pantalla.
Eso sí, lo mejor es dejarlo permanentemente conectado y, según donde esté, quizás sea conveniente ponerle un pequeño soporte para que podamos ver la pantalla cuando responda a nuestras consultas. En el caso de que veamos que lo usamos mucho ya sabremos que merecerá la pena comprar un altavoz, con más potencia de sonido y, sobre todo, mejores micrófonos para captar las órdenes.
Vigilabebés
Otra opción es usar el móvil como cámara de vigilancia para un bebé. Se necesitan dos terminales, pero el principal que usemos en todo momento puede ser el visor, dejando el móvil antiguo en la habitación siempre conectado.
Eso sí, para ello deberemos instalar en ambos móviles una aplicación que servirá para comunicar ambos dispositivos. Hay varias gratuitas en la Google Play Store, pero una de las más conocidas es Saby, que tiene un coste mensual. Pese a su coste, el no tener que comprar un hardware dedicado, que no es barato, es un punto a su favor.
Mando de la TV
Si nuestro móvil antiguo es uno de los que tenían emisor de infrarrojos, podemos dejarlo en el salón para ser un segundo mando a distancia. O sustituir al principal si es que este se nos ha estropeado. Hay muchas aplicaciones que sirven para exprimir el sensor IrDa.
Además, si tenemos una TV con Android TV o Google TV, también podemos usar Google Home para controlar la interfaz desde el móvil antiguo. Incluso podemos usarlo para lanzar vídeos con la opción de Chromecast si tenemos las apps instaladas en el dispositivo.
Despertador
Todos los móviles vienen con una aplicación de Reloj que tiene funciones de alarma, como la de Google. Podríamos pensar que para qué íbamos a querer usar un móvil antiguo como despertador si tenemos el de uso diario. Pero la realidad es que es una buena costumbre no llevarse el móvil al dormitorio.
Usarlo antes de dormir puede alterar nuestros patrones de descanso e incluso hacer que durmamos menos, sobre todo si nos distraemos con redes sociales durante horas. El tener un teléfono móvil donde configurar una alarma con música propia pero en el que no tengamos ninguna otra aplicación configurada, ni siquiera la conexión WiFi, es una buena alternativa.