El Samsung Galaxy S6 ya es una realidad. La firma coreana lo ha presentado en el Mobile World Congress 2015, y la acogida ha sido excelente. Samsung lo necesitaba para remontar los problemas que tuvo con el Galaxy S5.
Son muchas las características que gustan del SGS6. Está bien construido, tiene materiales de calidad, es firme en la mano, la cámara parece en sus primeras pruebas una de las mejores en smartphone y una larga lista de etcéteras son las razones para convencer a los usuarios de que compren uno.
Pero hay algo más, algo en lo que no nos hemos parado mucho a pensar y que en la presentación se pasó en parte por alto, un arma secreta de Samsung para vender el GS6: La carga inalámbrica.
La carga inalámbrica de smartphones no es ni nueva ni revolucionaria. Ni siquiera lo es en la electrónica de consumo, hace muchos años que los cepillos de dientes eléctricos se cargan de manera inalámbrica. La clave de la carga inalámbrica en el SGS6 es la compatibilidad con los dos mayores estándares de carga actuales: PMA y WPC.
Sin entrar demasiado en detalles, actualmente existen dos grandes alianzas que desarrollan los dos diferentes estándares de carga inalámbrica más usados. La PMA, o Power Matters Alliance, desarrolla la tecnología Powermat y la WPC, o Wireless Power Consortium, la quizás más conocida por el usuario Qi (que por cierto se pronuncia “chii”).
Esta batalla entre Powermat y Qi ha hecho que la carga inalámbrica no acaba de desarrollarse tanto como nos habría gustado ver, ya que los fabricantes no acaban de apostar por uno u otro. Qi tomó en cierta medida la ventaja y se ha extendido más que Powermat, pero estos últimos han conseguido más acuerdos (sobre todo en EEUU) con comercios como McDonald’s y Starbucks para que sus locales la incluyan y nos encontremos mesas que literalmente cargan nuestros móviles.
Es precisamente por eso que, aunque haya muchos más smartphones con Qi que con Powermat y esta última necesite una funda a modo de adaptador (mucho más incómodo de usar), Powermat todavía siga viva, y mucho.
La carga inalámbrica facilita mucho una de las tareas que más llevamos a cabo con el móvil, y es que las autonomías de nuestras baterías es cada vez más un problema. La solución parece que se aleja cada vez más de baterías de mayor duración que las actuales y se acerca a baterías que cargan más rápido y son más sencillas.
Estados Unidos es un país clave en la popularización de tecnologías como esta de la carga inalámbrica. El hecho de que cada vez más comercios cuenten con estaciones de carga Powermat será un condicionante a la hora de decidir un ganador en esta batalla, y Samsung es muy consciente de ello. Pero es más, ¿qué pasaría si un supuesto nuevo iPhone incluyese carga inalámbrica solo compatible con Powermat y no con Qi (es decir, con el estándar PMA y no con WPC)? Hay que reconocerlo, en EEUU el iPhone marca la tendencia, y las bases de carga públicas se decidirían en favor de Powermat, dejando abandonado a Qi.
Si esto llegase a ocurrir y el SGS6 fuese compatible solo con WPC (que habría parecido algo lógico), se hubiese convertido en una barrera importante para Samsung a la hora de vender su nuevo buque insignia, especialmente en EEUU, que como hemos dicho es un mercado clave.
La jugada de Samsung haciendo el GS6 compatible con ambos estándares de carga inalámbrica ha sido una gran jugada por parte de la compañía surcoreana, y sin lugar a dudas ayudará a vender más unidades, o al menos a no atascarse.