Lo que en un principio parecían enemigos irreconciliables, el coche y tu smartphone, están convergiendo cada vez más, hasta el punto que el directivo de Mercedes-Benz Dieter Zetsche afirmó durante el pasado Detroit Motor Show que los coches se están convirtiendo en un smartphone con ruedas.
Que usar el teléfono mientras conduces es algo tremendamente peligroso es una obviedad a pesar de la cual mucha gente lo sigue haciendo, haya multas o no. Uno de los objetivos que Google pretende con Android Auto es precisamente reducir las distracciones provocadas por los smartphones cuando estamos al volante, una buena muestra de ello es que cuando conectamos nuestro terminal al coche este queda completamente inutilizado. Pero Android Auto todavía no está disponible para el público.
Los smartwatches, más peligrosos que el teléfono
Los weareables, acaban de llegar y todavía no existe una legislación al respecto, sin embargo una investigación del Transport Research Laboratory británico apunta a que el uso de los relojes inteligentes durante la conducción puede llegar a ser más peligroso que el de un smartphone.
Los investigadores descubrieron que el tiempo de reacción es casi tres veces más lento mientras consultas un mensaje en el reloj que cuando hablas con el pasajero. En concreto, ante una situación de riesgo, un conductor hablando con el copiloto tarda 0,9 segundos en reaccionar, mientras que uno que está usando un smartphone reaccionaría en 1,85 segundos. La sorpresa viene al consultar un smartwatch el tiempo de reacción se dispara hasta los 2,52 segundos.
Aunque es un único estudio y harán falta más para llegar a conclusiones definitivas, es un buen indicativo de que el uso de los teléfonos inteligentes pueden seguir la misma ruta que los teléfonos y que su uso durante la conducción acabe prohibido cuando a medida que el mercado crezca.
RayGO, tecnología para invidentes aplicada al coche
Los responsables de Ray, una app que permite a los invidentes usar su smartphone gracias a controles por voz se ha puesto en marcha para adaptar su tecnología al volante, de forma casi literal. A falta todavía de unos días para acabar la campaña en Indiegogo ya han logrado superar su objetivo de 30.000 dólares para hacer realidad su RayGo.
Se trata de un pequeño dispositivo de cinco botones que se encaja en el volante y que se conecta a través de Bluetooth a tu teléfono. Una vez activado, te da acceso a versiones simplificadas de algunas de las aplicaciones más populares como Whatsapp, Gmail, Skype o Facebook Messenger. Al recibir un mensaje nuevo, RayGo te lo leerá y a través de los botones del volante te permitirá elegir entre varias respuestas preprogramadas.
Gracias a los sensores del dispositivo del volante y al GPS y acelerómetro del teléfono, RayGO detectará cuándo su uso puede entrañar peligro y se pausará, guardando los mensajes que recibas en esos momentos para más tarde. RayGo es compatible con varios idiomas, entre ellos el español. Si estás interesado, con una aportación de 55$ podrás hacerte con tu RayGO en vez de por los 79$ que costará cuando se ponga a la venta, y lo recibirás a partir de octubre de este año.
Smartphones para investigar nuestro comportamiento al volante
Conocer nuestro comportamiento, qué es lo que nos distrae y cómo reaccionamos es una de las cosas que más nos puede ayudar a mejorar la seguridad en la carretera, y aunque no lo pueda parecer en un principio, los smartphones también pueden ayudar en esta investigación.
La doctora Despina Stavrinos lleva años investigando cómo nos comportamos y cómo respondemos ante las distracciones y peligros al volante, pero hasta ahora únicamente lo había podido hacer a través de simuladores ya que la instalación de equipos en los coches para controlar el comportamiento real de los conductores era demasiado cara, hasta la llegada de los smartphones.
Gracias a 20 terminales HTC Evo y una aplicación desarrollada especialmente para la investigación, desarrolló un pequeño equipo que le permite usar ambas cámaras del teléfono para controlar tanto la carretera como al conductor, el GPS para seguir la ruta y el acelerómetro para controlar la velocidad, además de para apagarse y encenderse al arrancar o detener el vehículo.
Se puede pensar que los 120 conductores que participan en el estudio modificarán su actitud al conocer la presencia de la cámara, pero como el documentalista Frederick Wiseman demostró en los años sesenta este cambio de comportamiento dura sólo unos días, tras los cuales se uno se desinhibe y vuelve a su forma de actuar habitual.
Smartphones y el volante, ¿amigos inesperados?
El uso de los teléfonos móviles mientras se conduce ya era algo que preocupaba a las autoridades mucho antes del auge de los smartphones y de la nomofobia y de la necesidad de leer los whatsapps en el mismo momento que los recibimos. Eso podía hacer pensar que los teléfonos inteligentes y los coches no se iban a llevar especialmente bien.
Sin embargo, en los últimos años hemos visto como ambos se han ido acercando cada vez más, con coches que permiten sincronizar aplicaciones y llegando a su punto máximo con la llegada de Android Auto, que convierte nuestro vehículo casi en un enorme weareable. Quizá inesperadamente, el smartphone y el coche se han convertido en aliados.
Imagen de cabecera voniz.com