No todos los drones tienen por qué volar (aunque a veces puedas echar de menos los misiles). Parrot Jumping Sumo es un pequeño vehículo con dos ruedas que puede ser controlado desde tu Android, para meterlo por los rincones mientras le haces girar y saltar, porque este dron -minidron, para ser más específicos- no volará, pero brinca como un pequeño canguro. El dron terrestre de Parrot lleva ya unos meses en el mercado pero ahora lo hemos podido probar de cara a las navidades.
En realidad Jumping Sumo se parece más a la idea que tenemos de un coche teledirigido que la de un dron, aunque lo podremos controlar desde nuestro smartphone o tablet sin necesidad de verlo directamente gracias a la cámara integrada que enviará imagen en directo a nuestro dispositivo.
Controlar el Jumping Sumo es muy sencillo, y Parrot ha puesto a nuestra disposición a través de YouTube una serie de tutoriales sobre su uso. Para conectarnos a él necesitaremos la app de Parrot FreeFlight 3. Nos conectaremos al dron a través de su propio WiFi y ya desde la app podremos controlar todos sus movimientos.
Utiliza tu smartphone para controlar tu dron
Desde el lazo izquierdo de la pantalla podemos controlar si avanza o retrocede, y desde la derecha, hacerle hacer giros rápidos de noventa grados o hacer que de media vuelta sobre si mismo. Para hacerlo girar, bastará con inclinar nuestro smartphone como si fuera un volante.
Como el propio nombre indica, Jumping Sumo se caracteriza por su capacidad de saltar como un pequeño saltamontes. Aunque puedes hacer que haga equilibrios, la mayor parte del tiempo descansará sobre una suerte de pata trasera que permite dos tipos de salto: de altura y de longitud, como si fuera un atleta olímpico.
Parrot Jumping Sumo, el pequeño saltamontes
El salto de altura es lo suficientemente potente como para poder subir el dron a una cama o a una silla, mientras que el salto de longitud le permitirá brincar hasta 80 centímetros. El mismo mecanismo de salto te permitirá golpear objetos, por ejemplo, chutar alguna pequeña pelota.
Se trata de un dron pequeño -185 × 150 × 110 mm-, ligero -180 gramos- pero a la vez sólido. Puedes chocarte contra las paredes y hacerle bajar escalones gracias a la magia de la gravedad y lo resistirá sin problemas. Es capaz de alcanzar los 7 km/h, y sus ruedas se pueden contraer para alcanzar una mayor velocidad o bien extender para darle mayor estabilidad.
«El bicho» -como se le ha bautizado en casa, y no por Cristiano Ronaldo- emite una serie de sonidos que le dan una peculiar personalidad, pudiendo elegir varias (robot, insecto y monstruo), que le dan un aire muy divertido y que puede recordar en ciertos momentos a R2D2. Emitirá una especie de grito si se da un golpe, o se quejará si alguien lo coge y lo levanta del suelo.
El dron cuenta con algunas maniobras y piruetas preprogramadas, como hacer que se ponga a dar vueltas sobre si mismo como un loco, un zig-zag o dar un salto mientras gira. Además del control directo como si de un coche teledirigido se tratase, la aplicación Free Flight 3 permite programar rutas, con todo tipo de maniobras, algo que puede resultar interesante para los aficionados a los drones, pero que al público más general le puede parecer bastante más aburrido que hacer el loco controlando en directo a la criatura.
20 minutos de autonomía y una carga de 90 minutos
La conexión es estable y no da problemas, incluso en zonas con obstáculos y una gran densidad de redes alrededor. Llevé el Jumping Sumo a zonas de mi casa donde la señal del router llega bastante justa manteniéndome yo en la otra punta y el control del dron no se vio afectado. Según el fabricante, la señal tiene un alcance de 50 metros en condiciones de campo abierto.
La batería dura alrededor de unos 20 minutos, dependiendo de si le haces dar muchos saltos o grabas vídeo, su autonomía puede reducirse. Quizá sea el aspecto más flojo de este Jumping Sumo, ya que la batería se carga desde el mismo dron y puede tardar más de una hora en llegar al 100%. Comprar una segunda batería te costará 12,99€, y el cargador 29,99€, lo que reducirá el tiempo de carga a 25 minutos.
Una cámara con la que no rodarás Ciudadano Kane
Si buscabas un dron para grabar videos espectaculares a ras de suelo, Jumping Sumo no es lo que estás buscando. Las fotografías y videos cuentan con una resolución de 640×480 píxeles, y el video toma 15 imágenes por segundo, por lo que al reproducirlo tendrá un efecto de cámara rápida. Por otra parte, cuenta con un gran angular bastante interesante, pero ten en cuenta que deformará los objetos más cercanos, así que no te hagas muchos selfies con el Jumping Sumo.
Además, aunque las fotografías se almacenan en la memoria interna del dron, con el video no ocurre lo mismo, y necesitarás conectar una memoria externa microUSB para poder grabar. Además, el diseño del dron hace que la memoria externa que uses no pueda medir más de 1,5 cms de ancho, o -como me ha ocurrido con la mía- esta no encajará. Tanto los videos como las fotografías se pueden transferir al Jumping Sumo de forma inalámbrica en unos segundos.
Un juguete divertido de precio un tanto elevado
En definitiva, jugar con Jumping Sumo es realmente divertido, no sólo para quien lo controla sino también para quienes ven como otro lo usa en gran medida gracias a la simpática personalidad que le dado Parrot, sin embargo, los 130€ que cuesta puede ser un precio un tanto alto para un capricho y puede que muchos se echen para atrás en lo que de otra manera habría sido un gran cebo para una compra impulsiva.
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