El fabricante realme ha dejado claro que no sólo quieren llegar a España con sus teléfonos móviles, sino también con todo su ecosistema de accesorios. En las últimas semanas se han anunciado varios de ellos, como los auriculares realme Buds Air Neo o la pulsera realme Band. Pero el más esperado era seguramente su primer reloj, el realme Watch que se anunció en Asia y que nosotros hemos estado analizando durante unos días.
Un diseño sencillo, con correas disponibles
Cuando este reloj fue anunciado muchos comentaron que se parecía al reloj de Apple. Puede que en fotografías de esa sensación, pero en la mano no es así. Ni se pude esperar, cuesta seis o siete veces menos que el Apple Watch.
Este smartwatch destaca por ser muy cómodo en la muñeca y, sobre todo, por su escaso peso. Personalmente me lo imaginaba bastante más grande, aunque quizás sea porque estaba acostumbrado a llevar el Huawei Watch GT2 de mayor diagonal de pantalla.
La estética está más cercana del diseño deportivo que de un reloj que nos queramos poner para salir, aunque no es que sea feo, es más bien muy sobrio. El único detalle llamativo es una línea dorada en el único botón físico del reloj, en la parte derecha.
La pantalla tiene unos marcos bastante considerables, sobre todo en la parte inferior. Tenemos cuatro correas diferentes disponibles: la negra que viene en la caja y otras tres que podemos comprar por separado en colores rojo, azul y verde militar, a un precio de unos 10 euros cada una. Las cuatro tienen en común un sistema de cierre que evita que pueda engancharse la correa y se rompa con demasiada facilidad.
En cuanto al diseño, lo último que tenemos que resaltar es que se trata de un dispositivo con protección al agua y al polvo IP68, lo que nos permite llevárnoslo a la playa, al gimnasio o ducharnos con él sin ningún problema.
El tamaño de la pantalla es la diferencia
Si nos paramos a pensarlo, este dispositivo es tremendamente parecido a una pulsera de cuantificación como las que tiene la propia realme u otras marcas como Xiaomi u Honor. Entonces, ¿porque íbamos a pagar el doble de dinero por un producto como este? La respuesta es claramente la pantalla.
Tenemos un panel de 1,4 pulgadas de diagonal y una resolución de 320 x 320 px. La interacción con el mismo se puede realizar pulsando en el botón físico que tenemos en el marco derecho o tocando la pantalla. Además, podemos configurar el reloj para que se ilumine cuando lo levantamos. También disponemos en el realme Watch de varias esferas disponibles, algunas más bonitas que otras y con información que varía en función de la que elijamos.
La interfaz se configura en función de cómo deslicemos el dedo.
- Si deslizamos hacia abajo se abrirá el panel de notificaciones.
- Si deslizamos hacia arriba tendremos los accesos a todas las funciones, como la medición del pulso cardíaco, el control de la música o el de la cámara. Si entramos en cualquiera de ellos deberemos deslizar hacia la derecha para volver al menú principal.
- Si deslizamos a derecha o izquierda entraremos en los paneles de información, que incluyen el del tiempo, el sueño, el pulso cardíaco, la actividad física y cuatro accesos diferentes para controlar las notificaciones, el encendido automático de la pantalla, el brillo y el ahorro de energía.
Pero hay un inconveniente. Cuando estamos en exteriores, bajo la luz del sol, que no sea un panel OLED penaliza, y es difícil ver en ocasiones lo que se muestra en la pantalla. No es un producto diseñado para usar mucho tiempo al sol.
Centrado en la salud
La inmensa mayoría de los relojes inteligentes se centran en la salud. Éste no es una excepción. Tendremos la posibilidad de configurar recordatorios para que el reloj vibre y nos avise cuando llevemos mucho tiempo sentados sin movernos o sin beber agua. Además, tenemos la clásica medición de pasos con un podómetro integrado y de consumo de calorías. Esto último se relaciona los 14 modos de deporte que es capaz de medir el rearme Watch.
También podemos medir la saturación de oxígeno de nuestra sangre, algo que hemos visto llegar mediante una actualización a otros productos similares, y el pulso cardíaco mediante un sensor situado en la parte trasera del núcleo principal del reloj.
Controlando el móvil
Además de todas esas funciones podemos utilizar este reloj para controlar ciertos aspectos del smartphone, como la reproducción de música o el disparo de la cámara utilizando la función de control remoto. Como es lógico, también tendremos acceso a las notificaciones de las aplicaciones que queramos, siendo esto configura hable en la aplicación realme Link, la misma que controla sus auriculares inteligentes.
Según el fabricante, en una futura actualización obtendremos más funciones de control, relacionadas con televisores inteligentes, sistemas de purificación de aire y más.
Hemos preguntado a la marca en concreto a qué se refiere, porque sería increíble utilizar el asistente de Google o un sistema similar en el reloj. Por ahora no hemos tenido respuesta.
Una batería decente pero que esperábamos mejor
Una de las principales diferencias entre los relojes y las pulseras inteligentes es que los primeros suelen tener una mejor autonomía. Normalmente es porque el mayor tamaño del núcleo central permite una mayor batería, pero al tener una pantalla más grande también gastan más.
El realme Watch presume de tener una autonomía de algo más de una semana si tenemos la medición del pulso cardíaco siempre activada.
En nuestro caso hemos tenido unos ocho días de autonomía, a veces un poco más si no lo usábamos mucho en exteriores donde el brillo de la pantalla debía ser mayor.
Para cargarlo utilizaremos un conector magnético que se enchufa a un puerto USB. Este viene en la caja y nos recuerda a modelos mucho más caros.
El realme Watch es un reloj barato, apto para cualquiera
El precio de este reloj es de 54.99 euros desde el día de su venta, el 22 de junio. No obstante, la preventa comienza el próximo día 16 a las 10:00h con un precio especial de 49.99 y durará hasta el día 22, fecha en la que se pondrán a la venta con su precio recomendado.