El desembarco del ecosistema de realme ha venido de la mano de tres dispositivos nuevos: unos auriculares, un reloj y una pulsera. Esta última, la realme Band, es el centro del análisis que nos ocupa, y es el accesorio más barato de los presentados.
Bonita y ligera
Uno de los aspectos más positivos de este producto es su diseño. No es especialmente diferente de otras que hemos visto pero desde luego no deja indiferente, con una pantalla incrustada en un núcleo gris y negro que se curva ligeramente y una correa que se puede quitar por los dos lados.
Esta correa está disponible en tres colores: negro, amarillo y verde militar, el color que nosotros hemos probado. El tacto no es malo pero se nota que es un producto económico. La correa no es tan rígida como en otras pulseras, como la Xiaomi Mi Smart Band 4 o la Honor Band 5.
En la muñeca se siente excepcionalmente ligera y es que sus poco más de 20 gramos de peso hace que pase desapercibida. La resistencia al agua está garantizada gracias a la certificación IP 68 con la que cuenta.
Una pantalla a color… que no es táctil
Cuando realme anunció la realme Band he de reconocer que no me disgustó, pero también reconozco que di por sentado que la pantalla sería táctil. Sí, es cierto que el precio invita a pensar que no sería así, pero en un mercado tan competitivo esto puede ser un problema.
La forma de control es mediante un botón capacitivo que tenemos bajo la pantalla, pero es algo incómodo tener que pulsarlo muchas veces para navegar por la interfaz.
Por otro lado, el brillo de la pantalla es configurable en la app de conexión, pero es insuficiente cuando le da el sol, lo mismo que le pasa al realme Watch.
En cuanto a la personalización de la pantalla, podemos elegir varias esferas, aunque por el momento el número es muy limitado. Esto es algo que posiblemente aumente con el tiempo, como hemos visto en otros modelos, pero de partida incluso 5 es una cifra demasiado baja.
Como curiosidad, hay una opción en la aplicación que permite cambiar la interfaz de una alineación vertical a una horizontal. Perfecto si sois de los que lleváis la pantalla en la zona interior de la muñeca en vez de en la exterior.
Más funciones de las que se ven en pantalla
Las funciones de la pulsera se centran en el deporte. Tenemos monitorización de actividades, medición del mulso cardíaco, registro de la calidad del sueño…
También sirve como despertador al poder poner alarmas, como temporizador e incluso como aviso de notificaciones y llamadas.
Todo esto se pude configurar en la aplicación realme Link, una app que, como veremos en el siguiente apartado, es demasiado importante.
Una app de uso obligatorio
Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención de esta pulsera es su extrema dependencia de la aplicación realme Link. Esta app sirve para vincularla al móvil y configurarla, pero además es de uso forzado para modificar parámetros como las alarmas o los deportes que aparecen en los menús.
Al no tener una pantalla táctil dependemos de esta manera de introducción de datos para poder modificar parámetros. La aplicación funciona bien, aunque ha de cargar los datos cada vez que la abrimos para vincularse con la pulsera.
Además, hay limitaciones en el número de menús que podemos configurar, algo que no sabemos si se debe a la memoria o no crear un menú infinito en el que tendremos que navegar de manera obligatoria con el botón táctil de la pulsera.
La autonomía es pasable, y la carga muy conveniente
La batería de esta pulsera nos aleja de los cargadores aproximadamente una semana. Pero lo más llamativo de este apartado es que no dependemos de un cable o cargador, sino que es la propia pulsera la que, eliminando una parte de la correa, muestra un puerto USB.
De esta manera, podemos cargar la pulsera en un dock USB, en un ordenador o usando el cargador de cualquier móvil, si antes quitamos el cable USB, claro.
El precio de la realme Band es excepcionalmente bajo
Todo podría hacer pensar que este producto es descartable, que hay mejores opciones fuera. Bueno, sí, hay mejores alternativas, pero son todas más caras.
La realme Band cuesta 24.99 euros, sin ofertas ni promociones, y eso hace que sea muy atractiva para los que quieren algo muy básico, que no tenga prestaciones que no acaben usando y que quieran gastarse lo menos posible.