A principios de este siglo en las casas españolas la conexión a Internet era algo que empezaba a ser común. Para ello se usaban módems (muy diferentes a la actual FTTR que es la tecnología más avanzada para hogares) que se conectaban a la red telefónica y que imposibilitaban las llamadas de teléfono mientras se quisiera estar conectados. Normalmente el punto de conexión era solo un ordenador en todo el hogar, por lo que tener una red en la casa era del todo innecesario.
Un cuarto de siglo después las cosas han cambiado mucho, y es normal tener no ya varios ordenadores conectados, sino también muchos otros dispositivos, como televisores y móviles, por no hablar de las decenas de dispositivos domóticos que tengamos en casa. Esto hace que la velocidad de la red sea mucho más importante que antes, pero también su estabilidad.
De nada vale tener un acceso de 600 Mbps en la casa si es sólo en el salón donde tenemos esa velocidad. La inmensa mayoría de dispositivos, por no decir todos, están conectados a nuestro router de manera inalámbrica, lo que hace que sea complicado alcanzar la velocidad máxima de conexión. Además, el router suele estar en el salón, que no es el lugar donde se suele tener el ordenador, o los ordenadores en el caso de que haya varios.
Una solución para ampliar la velocidad de la conexión es usar una Malla de amplificadores, los routers Mesh que tan de moda han estado en los últimos años. Amazon y Google tienen algunos dispositivos, así como otras marcas conocidas dentro del sector de la conectividad. El problema es que aún así se depende de la estructura de la vivienda para alcanzar o no una buena conexión sin cables.
Los PLC han sido una de las opciones para poder llevar la red de una habitación a otra sin usar Wifi, aunque la potencia de los mismos o las posibles interferencias con algunos aparatos pueden dar problemas. Pero no son los únicos aparatos que pueden convertir una instalación existente de la casa en una red de comunicaciones.
De cable coaxial a Ethernet
La mayoría de las viviendas construidas en las últimas décadas en España tienen, además de una red de electricidad, una red de cable coaxial que es la que permite conectar un televisor y recibir la señal. En muchas viviendas esta entrada de antena sólo está en una habitación, pero en otras casas hay entradas en varias estancias, como dormitorios o la cocina.
Independientemente de que haya televisores en esas habitaciones, es posible usar la red de cable coaxial para llevar la señal de la fibra óptica desde el punto en el que está la roseta de la misma al resto de lugares. Para ello se necesitan dispositivos que se conectan a la toma de antena en las dos estancias que se quieran conectar.
Lo que hacen estos aparatos es enchufarse en la toma de antena y permitir la conexión al mismo de un cable Ethernet, que luego se conectará a un televisor, un ordenador o cualquier otro dispositivo con un puerto compatible. Incluso hay accesorios para dotar de esta conexión a los móviles.
Es muy importante saber que se necesita tener un cableado coaxial directo, y no es posible crear una red de este tipo en instalaciones que ya tengan amplificadores de señal, repetidores y demás aparatos. Sí que se puede usar en habitaciones donde haya simplemente un televisor conectado a la toma de antena. La instalación es muy sencilla, y simplemente se tiene que enchufar un dispositivo en cada salida de antena donde se requiera y conectar el cable Ethernet, sin tener que configurar nada.
Tipos de adaptadores
A la hora de comprar uno de estos conectores hay que saber qué se necesita. Para empezar, se ha de poner uno en cada toma de cable coaxial donde se quiera conectar un aparato por red Ethernet. Esto implica que, al menos, se necesitarán dos dispositivos. Y no, no son especialmente baratos, sobre todo si se buscan los que ofrecen más velocidad.
Además, es importante saber si en esas estancias se va a ver la tele también, ya que si es así se necesita que tengan no sólo el conector para la pared, sino otro donde colocar la antena de la propia televisión, además del cable que irá al ordenador. Hay modelos que no tienen ese segundo conector coaxial y que no permitirían ver la tele ya que se anularía la entrada de la antena.
Uno de los productos de este tipo más conocidos es el Comtrend GCA-6000, que se vende en un pack de dos unidades y que permite tener una velocidad de hasta 1200 Mbps. En este caso sí que hay dos tomas coaxiales, por lo que es posible seguir manteniendo la entrada para el televisor. El precio es de 239 euros.
Otro modelo es el Screen Beam, que también se vende en un pack de dos con una velocidad de 2,5 Gbps, pero con un puerto Ethernet de 1 Gbps. Eso sí, en este caso no hay doble salida coaxial por lo que no se puede conectar la tele a la vez. El precio es algo más bajo, de 181 euros.
Por menos dinero tenemos un modelo de GoCoax, el adaptador MoCa 2.5 que tiene una velocidad máxima de 2,5 Gbps, también en el puerto Ethernet. No obstante, no hay muchas conexiones de fibra que alcancen esas velocidades. Su precio es de 80 euros cada uno.