A lo largo del siglo XX el correo postal era una de las formas principales de comunicación. Poco a poco el teléfono fue sustituyendo el envío de cartas entre personas y los buzones se quedaron como testigos de la comunicación para empresas, desde publicidad hasta avisos por carta de bancos, agencias del gobierno, etc. Internet acabó de poner la puntilla, sobre todo en países como España, con una gran red de fibra óptica y una cobertura móvil de las mejores del mundo.
El problema es que cada vez más de estas comunicaciones son digitales, por lo que mirar el buzón se ha convertido en algo que se hace semanalmente, con suerte, si no cada más tiempo, en vez de algo que se hacía diariamente. No ayuda que la mayor parte de los envíos sean publicidad no solicitada.
El problema es que esto puede hacer que se nos pase una cita para el médico, ya que muchos sistemas de salud en España aún usan el correo postal como única forma de comunicación. Para evitar que pase esto es buena idea hacer que el buzón nos avise cuando recibamos una carta.
Para hacer esto necesitaremos un tipo de sensor muy común, el sensor de movimiento. La idea es ponerlo dentro del buzón, de manera que cuando alguien meta una carta o cualquier otro papel el móvil nos notifique. Este tipo de sensores se usan en los sistemas de alarmas para controlar espacios donde no queremos poner cámaras.
Si tenemos un sistema de alarmas como el de Ring o el de eufy, entre otros, es posible comprar un sensor de movimiento y vincularlo a este sistema, para que nos avise con una notificación cuando detecte movimiento. No obstante, también es posible comprar uno de otra marca y usarlo mediante Google Home, la app de domótica que todo el mundo tiene de serie instalada en el móvil.
Para ello hay que buscar modelos que se conecten por Wifi, que no necesiten un Hub o Puente. Además, es mejor que se vinculen con apps como Smart Life o Tuya, ya que aumentan la compatibilidad con Google Home o Alexa. Un buen ejemplo es este modelo que en Amazon cuesta menos de 13 euros. Este otro está rebajado casi a mitad de precio, y cuesta menos de 11 euros.
Una vez configurado simplemente hay que crear una rutina en Alexa o el asistente de Google que mande una notificación al móvil o hable por los altavoces cuando el sensor detecte movimiento, señal de que se ha dejado una carta. También saltará cuando abramos el buzón y retiremos el correo, pero en ese caso ya sabemos que hemos sido nosotros.