Uno de los motivos por los que usamos tanto los móviles en España, al igual que pasa en otros países, es porque están conectados a Internet. Si los smartphones no tuvieran una conexión de datos o una conexión WiFi seguirían siendo útiles, pero no se usarían ni una décima parte del tiempo.
Esto es posible gracias a dos cosas. Por un lado tenemos las tarifas de datos, muchas de ellas ilimitadas, que están a unos precios muy bajos, sobre todo comparadas con otros países y con lo que había en España hasta no hace muchos años. Por otro lado tenemos las conexiones de fibra óptica, que permiten tener velocidades muy superiores a las que se suelen necesitar.
El problema con estas conexiones es que en la inmensa mayoría de casos se usan mediante un router WiFi, lo que implica que hay una parte de esa velocidad que se pierde, a no ser que dispongamos de un enrutador muy avanzado, un móvil con la última tecnología y una cobertura perfecta. Demasiados condicionantes.
Para salvar esos obstáculos los móviles Android permiten usar adaptadores de redes Ethernet, que permiten conectar por cable el móvil al router mediante un cable Ethernet que normalmente viene con el propio router o que se puede comprar en multitud de tiendas.
Estos adaptadores, como el que vende Lidl por 11,99 euros, nos dejan conectar el móvil al conector Ethernet, que es mucho más grueso que el propio móvil. Cuenta con una conexión Gigabit Ethernet y dos puertos, uno hembra Ethernet para el cable y uno macho USB-C para conectarlo al móvil. Es compatible con las funciones «Plug and play» y «Hot Swap» y la longitud del adaptador es de unos 15 cm. Dispone de funciones de detección «Twisted Pair Crossover» y corrección automática y es compatible con redes de 10/100/1000 Mbps.
Otro uso de este tipo de adaptadores es el que permite convertir el móvil en un router del ordenador siempre que este tenga un conector Ethernet. Con un cable podemos conectar el ordenador al adaptador y este al móvil. Una vez hecho eso sólo hay que ir a los ajustes y configurar la opción de Compartir conexión por Ethernet, de forma similar a como lo hacemos por WiFi pero siendo esta opción mucho más segura.
El uso de estos adaptadores no está pensado para el día a día, pero sí para momentos en los que la velocidad de la conexión es importante, si tenemos que descargar ingentes cantidades de datos, etc. Además, se pueden usar también en ordenadores que por su tamaño no dispongan de puertos Ethernet. No necesitan ni drivers ni ningún tipo de aplicación o configuración para que se puedan usar, simplemente hay que enchufar y usar.