Los móviles han ido evolucionando a lo largo de los años y, poco a poco, han ido absorbiendo las funciones de otros aparatos y objetos que usábamos en el día a día. Ya es raro ver gente que utilice agendas en papel, o mapas en los coches. Además de esas funciones los smartphones han ido añadiendo cada vez más sensores, que permiten obtener métricas como las pulsaciones.
Con todo, han sido los smartwatches los dispositivos que más se han adentrado en el sector de la salud, siendo ya raro ver uno que no sea capaz no sólo de calcular nuestro ritmo cardíaco, sino también de saber cuál es la saturación de oxígeno en sangre. Esto es especialmente importante para algunas condiciones médicas.
Pero pese a que a lo largo de sus diferentes iteraciones los relojes han mejorado la precisión y detección de estos parámetros, aún no están a la altura de lo que se espera de dispositivos médicos, algo que recalcan las propias empresas cuando usamos estos relojes o pulseras. Para tener mediciones de precisión médica es necesario contar con otros aparatos.
Normalmente esos aparatos se venden a instituciones médicas y profesionales, y no están disponibles para particulares. Pero hay una excepción. El MightySat Medical es el único oxímetro de pulso de dedo de venta libre aprobado por la FDA, la institución estadounidense, para uso médico sin receta. Su precio es de 299,99 dólares. En la caja de venta se incluye el dispositivo, dos pilas AA con las que funciona, una correa y una bolsa de tela para guardarlo.
Se trata de una pequeña pinza con una pantalla en la que se muestran las mediciones. Es cómodo y fácil de usar y la pantalla tiene tecnología OLED y es giratoria. Tiene un agarre flexible para que sea más cómodo ponerlo en el dedo y, por supuesto, cuenta con tecnología Bluetooth. Esto le permite sincronizarse con la aplicación para móviles que lleva el registro de las diferentes mediciones que hayamos realizado. No sólo mide las pulsaciones y la saturación de oxígeno en sangre, sino que también puede saber cuál es la fuerza a la que se mueve la sangre, es decir, la presión sanguínea.
De esta forma es posible llevar un control sobre las mediciones pasadas y comparar con los resultados que se estiman normales para cada sexo, rango de edad, etc. Así será fácil detectar si hay algún tipo de patología y acudir al doctor con esos datos, que tienen más validez que los de un reloj inteligente por la precisión del propio dispositivo.