Los enchufes inteligentes se han colado ya en muchas casas de España. El poder controlar aparatos como el calefactor o las luces hacen de esos dispositivos un regalo perfecto, porque además son muy económicos. Sin embargo, tienen sus limitaciones.
Si queremos enchufar varias cosas necesitaremos varios enchufes, lo que aumenta su precio. Además, si sólo tenemos un enchufe en la pared deberemos comprar aparte una regleta convencional, y rezar porque los enchufes quepan todos. Otra opción, mucho más práctica, es comprar directamente una regleta inteligente.
Una buena opción es esta regleta de Meross, con cuatro tomas de corriente y cuatro puertos USB-A que también son controlables desde el smartphone. Su precio es de 47,99 euros aunque hay una versión que no es compatible con HomeKit, pero sí con Amazon y Google, que cuesta menos de 35 euros.
Esta regleta permite controlar de forma independiente los cuatro enchufes a través de su aplicación Meross. Esta app también deja encender o apagar, en grupo, los cuatro puertos USB-A. Además, como es lógico, se pueden establecer programaciones y configuraciones para programar el encendido y apagado de los distintos aparatos que enchufemos. Gracias a la programación de su app, no accede a internet si estamos en casa, lo que hace que la respuesta de los comandos sea más rápida que los de la competencia.
Aunque el modelo es el mismo, hay dos precios actualmente debido a la compatibilidad con el ecosistema domótico de Apple, llamado HomeKit. Como Apple cobra por esa integración, el coste del modelo compatible es algo más caro. Las dos variantes, no obstante, se integran en la app de Alexa, de Google Home y también en SmartThings, la app de Samsung. En el caso de que no usemos el ecosistema de Apple es mejor optar por el modelo más económico ya que en el resto de funciones son iguales.
El cable de la regleta es de 1,8 metros, por lo que es fácil usarlo a cierta distancia del enchufe donde la conectemos. Eso sí, como siempre pasa en este tipo de aparatos, necesitaremos una red de 2,4 GHz, para que la estabilidad de la conexión sea la mejor posible. También podría servir una red que sea dual, es decir, que tenga fusionadas las redes de 2.4 y 5 GHz.