El LG V10 es un móvil que choca directamente con la que sería la apuesta más potente de LG para el 2016: el LG G5. Y no sólo choca por la gama a la que va dirigida (lo más alto del catálogo), sino también por precio y prestaciones. Pero ¿merece la pena el V10 o mejor apostar directamente por el G5? Os anticipamos que sí: merece mucho la pena. Para la segunda parte de la pregunta tendréis que esperar al final del análisis.
El LG V10 es un móvil grande, mucho. Esto es lo primero que se podría destacar: sus 5,7 pulgadas de diagonal (si hacemos referencia a la pantalla principal) le aúpan hasta un tamaño que hace peligrar su comodidad. No es que sea «inmanejable», pero sí que el uso con una mano está al alcance de pocas personas; aunque posee un modo de reducción de pantalla con el que minimizar la complicación.
Pero, aunque el LG V10 es grande, lo cierto es que también apuesta por la innovación, algo donde el fabricante coreano destaca dentro de Android. Y es que la segunda pantalla en el frontal atrae las miradas y los dedos: más allá de resultar curiosa, lo cierto es que se gana bien el puesto. Acelera la multitarea, ofrece información extra… E invita a una manera diferente de utilizar el smartphone.
Entremos en materia, que a esta review le está faltando chicha. Teniendo estos antecedentes, ¿qué podemos esperar de nuestras conclusiones en este análisis del LG V10, review que hemos realizado tras probar a fondo este móvil? La respuesta, a continuación.
Características y especificaciones técnicas
Puede parecer que el LG V10 está un escalón por debajo en lo que a gama alta del 2016 se refiere, no en vano se lanzó en octubre del año pasado aunque no llegó a otros mercados (entre ellos el español) hasta febrero del 2016. Potente, rápido, con una pantalla principal enorme donde brilla la resolución 2K, con su pantalla miniatura cubriendo la parte superior de la principal en la que se visualizan desde notificaciones a los controles del reproductor, una batería de 3000 mAh que sin duda es de lo peor del smartphone…
Grande, potente, innovador, arriesgado, la cámara perfecta… Con una batería dudosa
Después de más de dos semanas utilizando a diario este LG V10, y tras haberse convertido en móvil principal incluso durante los días más ajetreados de las últimas vacaciones, puedo decir que no noté ningún inconveniente, ni siquiera en la autonomía. Resuelto, fluido, eficaz, con una cámara que merece disfrutarse tan despacio como los bombones del mejor chocolate… Al LG V10 no le falta de nada. Tampoco le sobra: es una auténtica maravilla.
La lista completa con las especificaciones básicas es la que sigue:
- Pantalla principal: 5,7 pulgadas QHD IPS con resolución de 2560×1440 píxeles. Densidad de pantalla 513 píxeles por pulgada.
- Pantalla secundaria: 2.1 pulgadas IPS con resolución de 160 por 1040 píxeles. 513 píxeles por pulgada de densidad
- Medidas: 159.6 x 79.3 x 8.6.
- Peso: 192 gramos.
- Procesador: Qualcomm Snapdragon 808 con GPU Adreno 418.
- Memoria RAM: 4GB LPDDR3.
- Memoria interna: 32 GB ampliables hasta 200 GB con microSD.
- Cámara principal: 16 megapíxeles, con apertura de f/1.8, estabilizador óptico y enfoque láser.
- Cámara delantera: Cámara dual y sensor de 5 megapíxeles.
- Batería: 3.000 mAh. Extraíble y con carga rápida.
- Sistema operativo: Android Lollipop (actualizable a Marshmallow).
- Conectividad: LTE-A Cat 6, Wi-Fi 802.11 a, b, g, n, ac / Bluetooth 4.1 / NFC / USB 2.0.
- Colores: Space Black, Luxe White, Modern Beige, Ocean Blue, Opal Blue.
Puestos a pedir algún elemento más, y tras haber dicho que no le falta de nada… Querríamos carga inalámbrica, por ejemplo. Tampoco la resistencia al agua hubiese estado mal, igual que una batería de mayor capacidad (LG, el móvil es grande, un milímetro más de grosor no importa). También poder ajustar el brillo de la pantalla secundaria y editar a fondo sus opciones. (modo pedigüeño=»off»)
Diseño de aspecto «rugerizado», pero sin profundizar
Es inevitable fijarse en la apariencia de este smartphone: a pesar de que las líneas generales no se separan en exceso de un LG G3 o LG G4 (arcos no demasiado pronunciados para los contornos superior e inferior, parte trasera torneada para ajustarse a la perfección cuando el móvil se sujeta con la mano, pantalla casi sin marcos laterales), sorprende la inclusión de las bandas a los lados hechas en acero inoxidable además del material para la carcasa trasera a base de caucho y con tacto que se asemeja a la silicona.
La carcasa trasera sorprende al tacto. Rugosa y de goma: facilita enormemente el agarre
Por el aspecto de la carcasa uno pudiera pensar en esos móviles «rugerizados» que se especializan en la resistencia. El LG V10 tiene un aire: muy buena construcción, materiales nobles y resistentes, buen agarre de la parte trasera a la mano (sin temor a que se raye), sólido, algo pesado (192 gramos, ojo aquí) y con doble capa de cristal endurecido para el frontal. Este aspecto aporta un extra de resistencia a la zona más vulnerable de cualquier smartphone sin impedir que la pantalla se vea muy bien en todas condiciones (en exteriores y con sol la cosa se dificulta bastante). La pantalla secundaria ya es otra historia.
La botonera sigue el diseño impuesto por el LG G2, quedando en la parte trasera. Aunque tenemos lector de huellas en el botón central de encendido, igual que el que después implantaría el LG G5 (con la desventaja de que habrá que hacer «click» para que el lector funcione). Un poco más arriba destaca el enorme aro de metal rodeando el objetivo de la cámara: sobresale alrededor de un milímetro de la carcasa convirtiéndose en lo primero que tropieza al dejarlo sobre cualquier superficie. Las rayas y pequeños golpes traseros no preocupan gracias al caucho de la carcasa, pero en el metal que rodea la cámara no estamos tan seguros: a pesar de que no hemos visto desperfectos con el uso, no sería descabellado que saltase la pintura en dicha zona.
El acero inoxidable aporta categoría y un toque frío al agarre. Además, tenemos dos bandas de plástico en el frontal: una inferior con el logo (quizá algo más alta de lo que nos gustaría) y una superior donde se alojan los sensores de proximidad e iluminación además del altavoz para las llamadas de teléfono.
Rematamos el repaso al diseño del LG V10 con el contorno superior e inferior. Los dos conectores (USB y jack de 3,5 mm para el audio) se encuentran abajo, así como la salida del altavoz. Éste es de una potencia bárbara ofreciendo gran calidad incluso con mucho volumen; compartiendo sitio en la zona con otro elemento: el micro secundario (de tres). El LG V10 dispone de otro micrófono en el contorno superior, junto al sensor de infrarrojos. Como veremos en el apartado de la cámara, la grabación de audio está a un altísimo nivel.
Todo lo mejor en prestaciones con algunos detalles a mejorar
Por más que el LG V10 sea novedad en muchos mercados, no podemos obviar lo evidente: el hardware es de octubre del año pasado. Esto no ofrece inconvenientes reales en el uso: ni lo hemos notado lento ni hemos sufrido lags ni experiencias negativas en ningún campo. Aunque sí que el Qualcomm Snapdragon 808 (4 núcleos Cortex-A53 a 1,44 GHz y dos núcleos Cortex-A57 a 1.82 GHz) podría intercambiarse con el Snapdragon 820, protagonista de este 2016; o que los 4 GB de memoria RAM podrían ser DDR4 en lugar de DDR3. Pequeños detalles a desear que no empañan la experiencia con un smartphone de categoría.
En el apartado de seguridad debemos hablar del sensor de huellas incluido en el LG V10. Situado en el botón de encendido, y anclado a la parte trasera del teléfono, es bastante fácil de encontrar: el dedo índice cae justo en ese sitio. Aunque su funcionamiento no es todo lo cómodo que debería: el tener que hacer «click» para activarlo no es la mejor idea (además de que la sensación que ofrece el pulsado no es la más agradable). La configuración del sensor de huellas es más ardua de lo normal, pero su funcionamiento no es malo. Y tendremos activo el teléfono casi instantáneamente con solo pulsar sobre el botón de encendido.
El sensor de huellas es mejorable, sobre todo en el hecho de que no funciona si no se pulsa
La pantalla domina el frontal con sus 5,7 pulgadas de diagonal y su panel Quantum LCD propio del fabricante coreano con la acostumbrada resolución QHD (1440 x 2560 píxeles con 513 ppi). No hay quejas en este sentido: gran detalle, colores bastante naturales, contornos definidos y, quizá, con una ligera falta de viveza. El brillo en exteriores no es la panacea, aunque permite la utilización sin demasiados problemas incluso cuando hay sol (sin ser de las que mejor se ven). Y la respuesta al toque es muy buena; así como el encendido y apagado también por toques.
La pantalla secundaria puede parecer un añadido, pero tiene más usos de los que aparenta
LG innova en el V10 con muchos detalles, pero sobre todo con la pantalla secundaria: una porción de unos 7 mm de alto y 55 mm de ancho (2.1 pulgadas de diagonal y 160×1040 píxeles con la misma densidad que la pantalla principal, 513 ppi) que ofrece información añadida en todo momento y que se puede dejar encendida cuando el panel primario se apaga. Por contra, en el LG V10 se prescinde del LED de notificaciones.
Dispondremos de distintas funciones que añadir al panel secundario; seleccionables desde los ajustes y siempre separando dos modos: funcionamiento con la pantalla principal encendida y con ésta apagada. Así, podremos activar las aplicaciones recientes, los controles de reproducción, la agenda, podremos editar accesos directos a apps, anclar amigos a los que llamar con un toque y personalizar la pantalla con nuestra firma. Para movernos entre los distintos contenidos basta con hacer scroll horizontal.
En el caso de que deseemos que la secundaria funcione con la pantalla principal apagada, podremos seleccionar que se muestre siempre la hora (con el tiempo) o nuestra firma. Además, podremos movernos entre los ajustes de reproducción si tenemos alguna app de este estilo funcionando y activar distintos ajustes rápidos (sonido, WiFi…).
No sólo funciona para ajustes, como lanzador de apps o funciones: en la pantalla secundaria veremos las notificaciones que nos lleguen dejando todo el espacio para la pantalla principal. También se visualizan las notificaciones pendientes con la principal apagada, siendo el motivo de prescindir del LED de notificaciones.
Audio superior con una excelente conexión inalámbrica
Es de esperar, por eso tampoco sorprende: este smartphone posee todo lo necesario para conectarse en cualquier parte. 4G en las bandas más habituales, WiFi, NFC, Bluetooth 4.1, NFC… Y sensor de infrarrojos con el que no sólo podremos controlar un aparato genérico gracias a la aplicación de serie para mandos a distancia, también es capaz de aprender de otros mandos que tengáis por casa (AnyMote es una muy buena app para eso). Y con radio FM para los que buscan este modo de escuchar contenido.
El empeño por la escucha y el registro de audio es notorio: además de ser compatible con sonido HiFi DAC de 32 bits (siempre que enchufemos unos audífonos compatibles), la calidad general de dicho sonido tanto por auriculares como por su altavoz externo es de nota. Mención especial merece la potencia de dicho altavoz: situado en el contorno inferior del LG V10, posee tanta potencia que sorprende la primera vez que subimos el volumen. Y sin que distorsione en exceso pasado de decibelios: casi parecerá que escuchamos la música (o lo que sea) a través de un altavoz Bluetooth.
La dedicación por que el V10 sea un móvil para audiófilos es absoluta: calidad en la reproducción y en la grabación
Remato este apartado con un truco para el audio HiFi DAC. Por defecto, éste sólo funciona en la aplicación de música propia de LG, pero con esta app podréis activarlo en cualquier otra app. No se necesita ROOT y la diferencia se nota, sobre todo en volumen (para apreciarse bien, el audio debe estar en 32 bits).
La batería decepciona, pero no tanto como cabría esperar
3000 mAh para un hardware con las prestaciones del LG V10 se nos antoja escaso sobre el papel. No sólo ahí: tras nuestra fase de pruebas comprobamos dicha carencia, echando de menos algo más de autonomía donde muchos de sus contrincantes hacen más hincapié. Tener sólo 200 mAh más que el LG G5 cuando las diferencias en tamaño son considerables dice mucho de la batería del V10. Aunque no es todo tan negativo: la gestión de los mAh es bastante eficiente.
La batería del V10 es su punto más débil: había espacio para meter más de 3000 mAh
Abajo tenéis la gráfica de consumo del primer día tras el unboxing: casi un día con la carga completa inicial haciendo uso del smartphone con la intensidad que sólo recibe el estreno. Y aguantó mucho más de lo esperado: nos sorprendió cuando debería decepcionar. ¿Pasaremos por este punto tan crucial sin penalizarlo? Ni mucho menos: una vez sacamos el móvil de casa, y nos movimos entre redes WiFi, 4G, usamos las redes sociales, tomamos fotos y, en resumen, le sacamos jugo en su totalidad, los números descendieron. Pero nunca murió antes del fin de la jornada.
Con un poco más de capacidad LG habría redondeado su excelente trabajo con el V10. Quizá con una batería de 3600 mAh, como la del Samsung Galaxy S7 Edge. Eso sí: se rellena bastante rápido gracias a su carga rápida incorporada junto con el cargador de serie, pasando del 0 al 100 % en unos 70 minutos. Sin que se pueda cargar con la pantalla apagada: el LG V10 la enciende automáticamente cuando se carga por encima del 5 %.
Software de LG: ninguna novedad. Y aún con Android Lollipop…
Esperábamos ver a estas alturas la actualización a Marshmallow del LG V10, sobre todo cuando incluso el LG G3 la recibió. Pero no: aún no se encuentra disponible de manera global, habiéndose lanzado en algunos países empezando por Turquía. Viniendo del apartado anterior, Doze debería venirle genial a la autonomía; sin que seguramente se aprecien excesivos cambios estéticos.
La actualización a Marshmallow está al caer. Nos tememos que no recibirá Android N
La interfaz personalizada de LG, UX en su versión 4.0+, se mantiene con idéntico estilo y opciones a la ya vista en el LG G4, permitiendo la personalización de iconos, la instalación de temas desde LG SmartWorld (no es demasiado práctica esta tienda de apps), el ajuste de los accesos rápidos en la barra de notificaciones o el orden y aspecto de los botones del dock, entre muchos ajustes. No es demasiado pesada y tampoco lastra en ningún instante el funcionamiento, aunque seguro que no se mantiene al gusto de todos.
Las opciones añadidas para el control de la pantalla secundaria ya las vimos en su apartado. Y más allá de aquí, y de la aplicación de cámara (que sí que cambia, como veremos a continuación), ya conoceréis de sobra su apariencia en cuanto a software. Tampoco incluye demasiadas aplicaciones de serie, destacando la de mando a distancia o LG Health para seguir el ejercicio diario.
De las mejores cámaras en un móvil. Incluso, podría ser la mejor
No faltarán candidatas al podio de la mejor cámara Android, que anduvimos probando las del Samsung Galaxy S7, LG G5 y Xiaomi Mi5 coincidiendo en el gran esfuerzo que hacen las marcas por que sus cámaras recorten más y más espacio a las compactas (incluso a las réflex, salvando las lógicas distancias). Aunque en el LG V10 no tenemos dos cámaras, como en la mayoría de smartphones: aquí hay 3. Vale, el LG G5 empata…
Las cámaras delanteras del LG V10 no hacen fotos en 3D: sirven para planos cerrados o abiertos, a elegir
El funcionamiento de la cámara trasera en el móvil que tenemos en review es sobresaliente, en todos los sentidos. Hace fotos naturales y de altísima calidad, permite que los más expertos en fotografía experimenten con las variables de captura gracias a las opciones manuales, podremos crear efectos de collage en tiempo real gracias al uso de los tres sensores al unísono y, como colofón, el LG V10 ofrece una nueva experiencia en la grabación de vídeo. Sin miedo a equivocarnos, este smartphone es la mejor cámara de vídeo en un móvil (sin ceñirnos sólo a Android).
Datos completos de la cámara posterior: 16 megapíxeles para el tamaño definitivo de las fotografías en formato 16:9, apertura máxima f/1.8, enfoque láser, posibilidad de activar el guardado en RAW dentro del modo manual, estabilizador de imagen con modo «steady» para la toma de fotografías (aparte de evitar las fotos movidas gracias al OIS, el LG V10 sacará la foto justo cuando haya menos temblor)… Y unas capturas que sorprenden por su naturalidad, dejando a un lado la saturación tan habitual en las cámaras móviles para presentar una coloración fiel al momento.
A plena luz del día no hay ningún problema: fotos excelentes en todos los modos (en el manual ya dependerá del fotógrafo) con un enfoque rápido y bastante preciso incluso tocando sobre zonas pequeñas (menos errático que en otros móviles). Aunque eso sí: con baja luz la eficacia del enfoque baja mucho, siendo más sencillo enfocar manualmente que fiarse del láser. Por comparar, el Samsung Galaxy S7 le gana por goleada en este punto. También en la iluminación sobre fotos nocturnas: las fotos del LG V10 son luminosas en estas condiciones, pero con tonos algo amarillentos y bastante ruido en los contornos de objetos.
No sólo es un experto sacando fotos por detrás, otra de las innovaciones es la doble cámara delantera. 5 megapíxeles para cada una, autoenfoque, posibilidad de disparar con el gesto de abrir y cerrar la mano, modo belleza para mejorar los selfies y una diferencia notoria: la amplitud. Así, con una de las cámaras tendremos un rango de 80º y con la otra 120º. De esta manera podremos conseguir que entre más gente en plano, retrasándose ligeramente dicho plano a la par que se amplía. Curioso, pero poco efectivo.
Aquí tenéis una muestra de fotografías tomada por el LG V10. Sin retocar y tomadas en diferentes entornos e iluminaciones.
La grabación de vídeo, especialmente con la cámara trasera, merece un apartado completo: sin duda, es la cámara que emocionó a Spielberg. Grabación máxima en 4K UHD a 30 fps con tres modos de bitrate, posibilidad de grabar en Full HD dentro del modo Cinema con formato 2,40:1 y 2560×1080 píxeles de resolución, estabilización de la imagen con auto enfoque y posibilidad de enfoque manual durante la grabación. El vídeo registrado por el LG V10 está a la altura de muchas cámaras réflex. Aunque el autoenfoque sea demasiado activo, una penalización debía tener.
Mención aparte merecen las opciones de audio. Gracias a sus tres micrófonos incorporados, dentro del modo manual de vídeo nos encontraremos el ajuste del sonido. Dos selectores, uno para modificar el balance de la entrada (por delante y por detrás nuestro) y otro para el nivel de audio. Además, tendremos un botón para marcar la reducción de ruido por si estuviéramos grabando en un lugar muy ruidoso.
LG V10: un móvil que no ha recibido toda la atención que merece
Se ha hablado de él y ha protagonizado un buen montón de noticias, pero no acaparó todo el merecimiento que se le debe: el LG V10 es el smartphone más completo de todos los que tiene en catálogo el fabricante coreano, incluso teniendo en cuenta el LG G5. Y a un mejor precio en la actualidad: 545 euros en Amazon.
Se muestra rápido en todo momento, es capaz de hincarle el diente a cualquier juego, su RAM permite un funcionamiento de la multitarea sin problemas, la pantalla primaria es soberbia, la secundaria ofrece muchas más ventajas de las que aparenta, el sonido es impresionante, la cámara no tiene nombre… tiene espacio para SD, radio FM y se le puede cambiar la batería. ¡Lo tiene todo!
Sí, ya lo hemos dicho: también tiene pegas. Es muy grande, muy pesado, la autonomía queda en entredicho y seguramente el acabado trasero no sea del agrado de todos (a mí me encanta). ¿Inconvenientes graves para la experiencia global? A tenor del uso dado, no lo son. Y la batería da más de sí de lo que parece sobre el papel.
Voy a rematar con un atrevimiento. ¿No os asustan los móviles grandes? El LG V10 es vuestro smartphone, incluso antes que un G5 y compañía. De hecho, estoy convencido de que este móvil me acompañará durante mucho tiempo. ¡También por su resistencia!