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Uno no puede mantenerse impasible cuando ve el LG G5, el famoso «móvil modular» que el fabricante coreano presentó en el anterior Mobile Congress de Barcelona 2016. Recuerdo perfectamente esa presentación y las primeras impresiones al tener el smartphone entre las manos. Atractivo, ligero, buena construcción, diseño extraño para la zona de la cámara y mucho riesgo al apuntar a módulos intercambiables. Después de dos meses tras la presentación, me llegó el LG G5 para analizar.
Al practicar un análisis a fondo hay que desterrar las primeras impresiones para tomar en consideración cada aspecto del móvil presente. Aunque lo mejor es recordar esa valoración inicial para después contrastarla con la que te deja la review. Y he de decir que mi opinión ha mejorado mucho, tanto como para mantener al LG G5 como móvil personal. Pero vayamos por partes.
No es para todos los gustos, puede que la estética ofrezca ciertos claroscuros, quizá os dejéis influenciar por las malas críticas que recibió en las primeras reviews y penséis que el hecho de poder «destapar» un smartphone unibody no os resulta lo suficientemente curioso como para merecer la pena, pero os recomiendo que le deis una oportunidad: más allá de sus curiosidades, el LG G5 es un móvil capaz de plantarle cara a cualquiera y salir victorioso.
Índice
- Diseño y aspecto exterior.
- Pantalla y prestaciones.
- Batería y autonomía.
- Módulos del LG G5.
- Software y aplicaciones incluidas.
- Cámara: fotografía y vídeo.
- Opiniones del LG G5.
Características y especificaciones del LG G5
Lo primero es lo primero: toca detallar cómo es el hardware de este smartphone y cuáles son sus componentes clave. No le falta de nada, como diría Tony Stark al enfundarse su traje. Y por fuera también es de metal, aunque deba matizar este punto.
LG G5
- Pantalla de 5,3 pulgadas QHD LCD Quantum IPS"
- Qualcomm Snapdragon 820, GPU Adreno 530
- Cámara de Dual: estándar de 16 MP y gran angular de 8 MP; delantera de 8 MP Mpx
- Batería de 2800 mAh mAh
- 4 GB GB de RAM
- 32 GB GB de Almacenamiento
- Peso: 159 gramos g
- Dimensiones: 149,4 x 73,9 x 7,7 mm
- Resolución de 2560 x 1440 / 554ppi
- Más especificaciones Menos especificaciones
- Móvil con altísimas prestaciones
- La innovación con sus módulos
- La calidad en fotografía
- El acabado no parece metálico
- Hay fisuras en la tapa inferior
- Batería escasa
Vistas sobre el papel, no se puede decir que sea un mal smartphone, más bien todo lo contrario. La batería aparenta ser justa y lo acaba siendo, sin que hayan muchas más pegas significativas.
Diseño exterior sobrio y elegante hasta que tropezamos con la cámara posterior
El LG G5 es un smartphone muy manejable que no se hace ni grande ni pesado en la mano. Con una extremidad su uso es bastante cómodo mientras no haya que mover la barra de notificaciones; los marcos son algo más grandes a lo que LG nos tenía acostumbrados con el G4 y compañía; la banda inferior y superior del frontal son algo exageradas (sobre todo arriba); sólo se realiza la curvatura del cristal para la zona donde queda la cámara frontal, altavoz del teléfono y sensores.
Los marcos para la pantalla no son mínimos, hecho que se suma a las enormes bandas inferior y superior
El frontal es liso a excepción de la zona superior con una curvatura que le aporta carácter (desgraciadamente, nada más). El cristal y la pantalla se enclavan en el cuerpo de aluminio dejando una sensación agridulce en la construcción: se aprecian las rebabas para las uniones del material y el dedo «raspa» al salir por los bordes de la pantalla. Al agarrarlo, el contorno da la sensación de que podía estar mejor acabado, arañando ligeramente en el bisel inferior del aluminio.
Construcción unibody con una tapa inferior que se extrae con ayuda de un botón en el lateral, ésta es la seña de identidad a nivel de diseño del LG G5. También la parte posterior: limpia, lisa decorada con un G5 cerca de la unión de los módulos y con un «pegote» en la zona de arriba donde se sitúan las cámaras, el doble flash LED bitono y el enfoque láser. La sensación es que el diseño fue tan apresurado en esa zona que no lograron encajar bien todos los elementos.
Los botones cambian en el LG G5 después de tres generaciones de la gama G. Si estabais acostumbrados a tener los botones de volumen por detrás andaréis un poco perdidos al inicio, pero es algo a lo que te acostumbras rápido. El botón de encendido sigue en el mismo sitio y con lector de huellas, como el LG V10. Aunque sin necesidad de pulsar el botón: posar el dedo y listo. Eso sí: el «click» del botón de encendido no transmite sensación de firmeza.
Es de metal por más que el acabado no ofrezca justo ese tacto
Ya habréis visto la polémica del LG G5 con su exterior: a pesar de que la construcción está realizada en aluminio, el acabado posee varias capas de pintura para así no romper el diseño con las obligadas antenas. El tacto no es estrictamente de metal, pero tampoco es malo.
¿Ofrece un tacto «premium»? Esto es bastante subjetivo, por lo que resulta difícil de contestar, pero a mí sí me parece que la apariencia y el tacto del LG G5 podrían catalogarse de «premium». No se siente directamente de metal, pero sí que transmite la robustez y solidez del aluminio. Y está frío cuando lo agarras después de un rato en reposo, algo que no transmite un móvil de plástico.
El acabado tiene cierto toque plástico, pero la sensación es la de ser un móvil de aluminio
No tengo mayores problemas con el diseño, construcción y acabados de este smartphone. Quizá hubiese redondeado algo más la cara posterior para hacerlo un poco más cómodo. También hubiese suavizado el bisel inferior y el encajado del display en el cuerpo, pero del resto no tengo una mala opinión. Un móvil que resulta mejorable, siempre será así. El problema es que está en una categoría donde no deberían haber errores.
La pantalla está a un alto nivel, el brillo automático no
5,3 pulgadas de pantalla LCD IPS con tecnología Quantum Display que proporcionan alta calidad de imagen, colores bastante naturales y figuras detalladas con gran sensación de nitidez. La resolución QHD es ya habitual en lo más alto del catálogo de LG, por lo que no ofrece mucha novedad (su consumo parece ser más ajustado). Lo que sí que es nuevo es la función «Always ON» que permite mantener la hora y notificaciones siempre en pantalla.
No he apreciado un gasto exagerado manteniendo el «Always ON» activo, aunque también he de decir que es más una curiosidad que utilidad. Seguimos teniendo encendido y apagado de pantalla con doble toque, muy buena respuesta a dichos toques y un brillo automático que, además de ser caprichoso, no funciona demasiado bien en exteriores. La pantalla se ve bien en estas condiciones siempre que se active el extra de brillo (800nit), algo que el modo automático no siempre hace como debe.
Prestaciones excelentes con el hardware puntero de este año
Debía tenerlo integrado y esta vez a LG no se le pasó la oportunidad: el G5 llega con el Snapdragon más potente del año. Qualcomm Snapdragon 820 para el corazón del teléfono con GPU Adreno 530 capaz de superar a su predecesora, la Adreno 430, en un 40 %. Rematando con 4 GB de memoria RAM DDR4 y 32 GB de almacenamiento interno con 8,63 GB ocupados por el sistema. ¿Necesitáis más? Dispone de bandeja SIM en la que se puede insertar una SD Card de hasta 2 TB.
Prestaciones de alto nivel como corresponde a un smartphone de referencia
El LG G5 funciona como el rayo sin que haya notado ninguna ralentización ni lag. Fluido, ágil en la respuesta, transición casi inmediata entre aplicaciones y animaciones suaves en todo momento. La interfaz UX de LG es algo más pesada en esta versión, pero se muestra resuelta y sin que afecte al sistema.
Como es lógico teniendo lo más granado en multiprocesadores latiendo bajo el cristal y aluminio del smartphone, los juegos funcionan de igual manera que el resto de software: arranca lo último en gráficos y no hay título que se le resista. La pantalla es del tamaño ideal para la mayor parte de juegos ofreciendo una calidad excelente de visionado.
Dentro del apartado de las comunicaciones inalámbricas nos encontramos con la compatibilidad con redes 4G, WiFi a/b/g/n/ac de doble banda, NFC, infrarrojos (LG, no dejes nunca de ponerlo en tus móviles), Bluetooth 4.2, GPS y la siempre bienvenida radio FM. El sonido es de buena calidad con los auriculares y también mediante el altavoz trasero, aunque con un problema: a pesar de que el volumen alto es más que suficiente (no esperéis un volumen exagerado), el sonido distorsiona a partir del 80 % más o menos.
Sensor de huellas, un gran paso dentro de LG
El LG G5 es el segundo smartphone de la casa que viene con sensor de huellas incorporado después del LG V10, y lo cierto es que la evolución se nota. A pesar de que yo pensaba que había que pulsar para activarlo (ésta fue la sensación que me llevé tras el MWC 2016), basta con posar el dedo encima del botón trasero para que se encienda la pantalla permitiendo el acceso al sistema.
No he probado demasiados móviles con sensor de huellas, pero sí que es uno de los que mejor resultado me ha dado. No es todo lo preciso que debería, pero funciona muy bien la mayor parte de las veces (al ser una superficie pequeña es fácil no posar bien el dedo). El proceso de grabado de huellas también es bastante rápido, aunque hay veces que puede costar un poco. Por lo demás, el funcionamiento del sensor de huellas en el LG G5 se lleva una muy buena nota.
Batería, tropezando de nuevo con la misma piedra
Yo pensaba que LG recapacitaría después de dos años cayéndose al suelo en el mismo bache, pero no: fue desvelar el dato en la presentación y temer lo peor. Sí, el cuerpo de metal tiene sus limitaciones, que sea reemplazable añade más inconvenientes, sé que no debe subir ni de grosor ni de peso, pero 2800 mAh no se mostraban suficientes sobre el papel. Ni en la práctica.
La gestión de la autonomía es muy buena, pero la batería se queda corta
He de decir que el gasto del LG G5 me sorprendió los primeros días: a pesar de que la batería en sí es contenida, el móvil hace una buena gestión de ella. De hecho, creo que es el dispositivo con Android Marshmallow que un mejor uso hace de Doze, por lo que estoy seguro de que es obra del Snapdragon 820 además de influir la propia optimización de LG. Aun así…
No he tenido demasiados problemas para llegar a una jornada completa con un uso medio/intensivo. Minimizando la utilización del móvil puede aguantar un día y medio sin demasiados problemas y siempre vigilando que no se quede ninguna aplicación enganchada en segundo plano (Twitter es especialista, por ejemplo). En una hora aproximadamente está cargado haciendo uso de la carga rápida. Y en cuanto a horas de pantalla… He conseguido más de 4 con una sola carga, pero no es lo normal.
¿Módulos o expansiones? Más bien lo segundo que lo primero
«LG G5, el primero smartphone modular». Éste es el lema o «claim» publicitario del smartphone protagonista de este análisis, una afirmación que es más aspiración que realidad. En lo personal, me parece una idea fabulosa: distintas expansiones con las que variar el uso del móvil sin tener que prescindir del aspecto unibody y construcción de metal. Brillante por más que sean eso, extensiones.
Los módulos del LG G5 son una muy buena idea que se podría ejecutar mejor
El LG G5 está muy lejos de los famosos móviles modulares que se nos vienen a la cabeza al escuchar el término, pero es una buena aproximación. Como ventajas estarían las posibilidades de expandir las funciones del smartphone, de cambiar la batería, ampliar la autonomía del móvil o cambiar la tapa inferior en el caso de que se rompa, por poner ejemplos. Y como inconvenientes están los precios de los famosos Amigos o Friends, su utilidad y la vida que pueda darle el dueño a estas expansiones más allá del propio G5.
Con el LG G5 he podido probar dos de esos famosos Friends o Amigos: la 360 Cam y el Cam Plus. Sólo el segundo es un módulo estricto, con una orientación clara a mejorar la fotografía: una vez adaptada la batería al Cam Plus e insertado el pack dentro del LG G5, dispondremos de 1200 mAh de batería extras y de botones que mejoran la toma de fotografía.
Son cuatro esos botones: uno redondo y pequeño destinado a grabar vídeo y otro para fotografíar con posición de enfoque y de disparo, ambos en el costado derecho; tendremos una rueda para ajustar el zoom en esa misma esquina derecha; además, la extensión añade un acceso directo a la cámara en forma de deslizador, aunque éste no es demasiado cómodo para pulsar. Y sin que se pierdan ni el puerto USB ni el micro o altavoz: la Cam Plus posee los suyos propios.
El módulo en sí es cómodo para fotografiar, pero no para llevarlo en el bolsillo. El agarre es muy bueno y el botón de disparo facilita el enfoque y posterior toma, pero tiene un inconveniente: siempre enfoca al centro por más que marquemos otro punto en pantalla (bastante molesto). El extra de batería es un añadido que se incorpora a la autonomía sólo cuando hacemos fotos (el funcionamiento aquí es algo extraño). Y, puestos a darle uso a la rueda, hubiera estado bien que se adaptase al control manual en el modo Pro (que moviera el enfoque o la exposición en lugar de centrarse sólo en el zoom, por ejemplo).
El Cam Plus va de perlas si salimos a fotografiar, pero es molesto para usarlo en el día a día
Cambiar un módulo es muy sencillo: se pulsa el botón del costado inferior izquierdo, se extrae la tapa y listo. Puede hacerse «en caliente», aunque no es lo más recomendable (igual que retirar un USB sin expulsarlo, por ejemplo). La acción de insertar la batería y un nuevo módulo es igual de sencilla: la guía interior y las pestañas de la tapa ayudan a que todo quede bien anclado. Bueno, no a la perfección.
Es un error de diseño mínimo y seguro que nadie lo vería si no se comenta, pero está: la unión del cuerpo con la tapa no es perfecta ya que deja fisuras en los laterales. Podría haberse solucionado fácilmente con una pequeña junta de goma, pero no es el caso: por estas fisuras de los extremos se colará el polvo sin que podamos hacer nada para remediarlo.
Software: apps conocidas, nuevo estilo y sin cajón de aplicaciones
LG rompe esquemas a nivel de software evolucionando la interfaz UX en la versión 5.0 hasta darle un aspecto mucho más minimalista. Iconos sencillos, cierto aire a Material Design con colores planos y sin degradados e . Ya está casi solucionado: LG ha lanzado la actualización que añade la posibilidad de devolver a UX 5.0 su cajón de apps.interfaz sin cajón de aplicaciones
A la capa personalizada del LG G5 le hace falta cajón de aplicaciones, se echa de menos
Podremos ordenar las aplicaciones automáticamente por fecha de descarga u orden alfabético y por las típicas carpetas. Con un punto negativo: dichas carpetas están paginadas permitiendo sólo nueve apps. En los escritorios podremos ampliar la rejilla hasta 5×5.
Una de las novedades es que tendremos fondos de pantalla en 360º si queremos este estilo de animación. Igual que en los fondos con efecto Parallax, la imagen rotará según movamos el móvil, aunque con un radio de giro completamente libre. También entra como novedad una función bastante práctica: el LG G5 posee papelera para las apps. O lo que es lo mismo: no se desinstalan de manera permanente hasta 24 horas después, con lo que podremos recuperarlas si las borramos por error.
En cuanto a aplicaciones predeterminadas, vienen la de radio FM, música, LG Health para el ejercicio, QuickMemo+ para capturas y edición de notas, un buen gestor de memoria y aplicaciones en segundo plano, también ofrece acceso a la tienda Smart World y trae de serie Friends Manager, el gestor de módulos con el que podremos administrar las extensiones. LG no sobrecarga en exceso el smartphone más allá de la personalización de la capa.
Las cámaras están a un nivel muy alto a pesar de la competencia
No es normal que un móvil tenga tres cámaras, aunque habrá que irse acostumbrando: multiplicar el número de cámaras en los smartphones es tendencia. LG V10, Honor 6 Plus, Huawei Ascend P9, LG G5, ¿iPhone 7? Son ya unos cuantos los candidatos a alzarse con el primer premio en la categoría de doble cámara, aunque LG apuesta por una funcionalidad diferente: ofrecer distintos ángulos de captura para ampliar las opciones de fotografiado.
La cámara gran angular del LG G5 es una delicia: acabas fotografiando sólo con ella
Lente normal con un ángulo de 75º y otra lente gran angular con 135º, ambas integradas en el bloque de captura rompiendo el diseño posterior. El sensor de cámara principal es de 16 megapíxeles con apertura f/1.8; el gran angular apuesta por una apertura f/2.0 con un tamaño final de las imágenes de 8 megapíxeles. No pueden funcionar de manera conjunta: o activamos uno o usamos el otro. Para ello, tenemos un icono en la app de cámara que se puede seleccionar en todos los modos a excepción del «Resaltar» y «Cámara lenta».
Más allá de la curiosidad, el modo gran angular es muy práctico si tomamos primeros planos y deseamos que aparezca más escena que la persona, monumento u objeto que retratamos. Las fotografías de este modo son de gran calidad con colores bastante fieles y suficiente nitidez en contornos, aunque adolecen del efecto «ojo de pez» en los extremos de la imagen. No es desagradable, pero está ahí.
En cuanto a la cámara principal, su funcionamiento es igual de bueno destacando en lo negativo por cierta tendencia a «amarillear» o añadir calidez a las fotos, sobre todo cuando existe algo de iluminación artificial (el balance de blancos automático no es muy efectivo). Más allá de ese inconveniente, el enfoque láser se comporta muy bien (en baja luz es otra historia), las fotos pecan de ligera saturación y el auto HDR tiende a sobreexponer las zonas de mucha luz. El estabilizador de imagen se comporta a la perfección (con opción «Steady»).
La aplicación de cámara del LG G5 no cambia demasiado con respecto a la ya vista en el LG G4 o LG V10, presentando tres interfaces de uso (simple, básico y manual) con el pro o manual como destacado. Tendremos acceso a los ajustes de captura para conseguir justo la foto que buscamos, faltando el excelente modo manual de vídeo que tiene el V10. Habría sido un buen complemento.
La cámara del LG G5 es excelente en todos los sentidos, también en experiencia lúdica
Más allá de las distintas interfaces de captura, la app de cámara dispone de distintos modos creativos con los que conseguir imágenes y vídeos originales. Panorámica, vídeo a partir de fotos, multi vista con las tres cámaras activas al mismo tiempo, resaltar para crear fotos con marco de imagen, podremos crear «time lapse» con el móvil y grabar a cámara lenta hasta 120 fps en 720p.
Aquí está la galería de fotos tomadas con las cámaras del LG G5. Sin retoques.
LG G5
El modo de vídeo tampoco se deja a la ligera estando también a un gran nivel. Sobre todo apoyado por el estabilizador de imagen y por la opción de grabar con el gran angular para así tomar toda la riqueza del escenario. 4K y 1080p a 30 fps (no se puede cambiar) con opción a 16:9, 4:3 y 1:1. La calidad resultante es excelente, aunque el auto enfoque se muestra demasiado activo en ocasiones.
No sé si el LG G5 posee la mejor cámara de todo lo que llevamos de 2016, a mi juicio la del Samsung Galaxy S7/S7 Edge le gana la partida en este terreno, pero sí que es una excelente cámara todo terreno. No me acaba de convencer la tendencia a hacer las fotos demasiado cálidas en el modo automático, pero reconozco que la cámara secundaria me ha ganado. Y con un notable para la cámara delantera de 8 megapíxeles y f/2.0, que no se me olvide.
Opinión final del LG G5, muy pocos peros más allá del precio
Este smartphone se está llevando muy malas críticas, es algo que te condiciona antes de enfrentarte a tu propia review. Yo mismo concuerdo con algunas de esas críticas: la batería es demasiado justa para lo que un smartphone de su talla se merece; la construcción es muy mejorable, sobre todo en las uniones de la pantalla con el cuerpo y en los contornos inferiores del smartphone; los módulos las extensiones prometen más de lo que en sí ofrecen; Y se me hace difícil que los diseñadores no pensasen en una junta para el encaje de la tapa inferior. No son muchos errores, pero sí son importantes a tenor del precio.
A mí me ha parecido un móvil excelente, de esos que te apetece usar a cada momento y con el que disfrutas saliendo a la calle. El tacto es agradable, no me parece de mala calidad, el funcionamiento del sistema es finísimo, la capa me gusta, la fotografía es una delicia y, en definitiva, no echo nada en falta con él. E innova, por más que haya elementos discutibles.
¿Lo recomendaría? Sin lugar a dudas. De hecho, me lo quedaría como móvil personal para utilizarlo incluso de manera intensiva. Pero claro, la competencia es feroz y, en su segmento de precio, creo que pierde contra sus contrincantes. No por mucho, pero ahí está.
Remato la review con una frase que resume todo el análisis: «El LG G5 es una apuesta arriesgada que falla en problemas heredados, pero se mantiene al máximo nivel sin que envidie nada de sus contrincantes de alta gama«. Mi duda es si los contrincantes envidian algo del G5.