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A todos nos sorprendió el anuncio de la gama Sony Xperia X, tres móviles que el fabricante japonés presentó en el MWC 2016 de Barcelona con aspiración a convertirse en referente de tres segmentos de precio: gama media, gama alta y gama premium. Probamos en su momento los tres y hoy os ofrecemos nuestra experiencia con el intermedio, el Sony Xperia X.
Tras varios días con este móvil como smartphone principal, y después del primer contacto que ya tuve en el MWC 2016, el Sony Xperia X deja muy buenas sensaciones empañadas por unos cuantos puntos que descienden la nota media. Un móvil muy contenido en dimensiones, con una pantalla «pequeña» para lo habitual que no decepciona, superior en acabados y materiales… Y con un rendimiento algo irregular.
Sony Xperia X
- Pantalla de 5"
- Qualcomm Snapdragon 650
- Cámara de 23 MP Mpx
- Batería de 2650 mAh
- 3 GB de RAM
- 32 GB de Almacenamiento
- Peso: 153 g
- Dimensiones: 69.4 x 142.7 x 7.9 mm
- Resolución de FHD 1080p
- Más especificaciones Menos especificaciones
- Materiales y construcción
- Muy buena pantalla
- La precisión del sensor de huellas
- El procesador es bastante justo
- Interfaz de cámara poco intuitiva
- Precio elevado
Hay consenso: el Sony Xperia X es un móvil Android de categoría, de ésos que nadie quita ojo cuando reposa sobre cualquier mesa. Líneas que siguen la tendencia de la marca desde la línea Z y un ansia de ruptura que no termina de casar con el resultado. Pero no adelantemos acontecimientos, mejor ir paso por paso.
- Diseño.
- Potencia y prestaciones.
- Pantalla.
- Sensor de huellas.
- Batería.
- Software.
- Cámara.
- Conclusiones y opiniones.
Características del Sony Xperia X, primeros altibajos
La lista de especificaciones es una de las principales controversias de este móvil que ya tuvo su revuelo en el momento de la presentación. Diseño y materiales de gama alta a los que acompaña un precio en consonancia, nada reprochable en este punto más allá del coste discutible que tiene este tipo de móviles. Aunque tres de sus componentes destacan en lo «negativo»: el procesador, la RAM y la capacidad de la batería.
La elección de algunos componentes clave no encaja en la calidad de la propuesta
En ningún momento se ve un móvil poco potente o que le cojee en rendimiento incluso con un uso intensivo, pero, visto la competencia y lo que ofrecen por el mismo precio, está claro que el Sony Xperia X no parte con mucha ventaja. El procesador no es lo mejor de este 2016, pero tampoco penaliza; la RAM se queda en 3 GB, aunque ya hemos visto ahí al Huawei P9; y los 2.620 mAh de la batería se queda justos sobre el papel y en la práctica.
Ésta es sólo una pincelada de los mayores inconvenientes del Xperia X en cuestión de características, aquí las tenéis completas.
- Pantalla IPS de 5″ FullHD 1080 x 1920 pixels (~441 ppi).
- Procesador Snapdragon 650 de seis núcleos a 1,8 GHz.
- GPU Adreno 510.
- 3 GB de RAM.
- 32 GB ampliables mediante microSD hasta 200 GB.
- Cámara principal de 23 MP.
- Cámara frontal de 13 MP.
- 69.4 x 142.7 x 7.9 mm.
- 153g.
- Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac, dual-band, Wi-Fi Direct, DLNA, hotspot, Bluetooth 4.2, RadioFM, NFC, A-GPS, GLONASS.
- MicroUSB 2.0.
- Batería de 2.620 mAh.
- Android 6.0 Marshmallow con capa Xperia.
- Lector de huellas en el botón lateral de encendido.
Diseño exterior: simplicidad, belleza y excelencia
Qué se puede decir de los Sony Xperia en términos de diseño que no se haya dicho ya: este modelo en concreto sigue las líneas sencillas ya vistas en la gama Xperia Z5 apostando por un bloque rectangular con esquinas redondeadas manteniendo el paralelismo en todos los lados contrarios. Plano por delante, por detrás y en los contornos. Aunque eso sí: suavizando los cantos para que en ningún momento dé la sensación de estar mal ensamblado (no será el primer gama alta que peca en este punto).
La pantalla no aprovecha bien el frontal dejando unos tres milímetros a cada lado además de enormes bandas arriba y abajo. Estas bandas ayudan a que Sony sitúe a la perfección los altavoces frontales, pero se me antoja que el espacio que ocupan, sobre todo la inferior, es exagerado. La pantalla apuesta por dar un acabado «2,5D» a los cantos, por lo que el dedo resbala desde el exterior sin encontrar ni un obstáculo. Con botones virtuales en pantalla.
El cuerpo del Sony Xperia X está construido en aluminio de una pieza con la cara posterior del mismo metal y coloreado de idéntica manera, aunque con un acabado menos pulido para facilitar el agarre (no se resbala como anteriores Xperia Z). También el frontal es del mismo color que el resto del móvil: el conjunto ofrece una tonalidad uniforme se mire por donde se mire.
La cara trasera está desnuda a excepción del logo de Xperia en el centro y de la lente de la cámara con su flash LED en la esquina superior izquierda. Dicha lente sobresale casi un milímetro del cuerpo, por lo que es el primer elemento que toma contacto al apoyar el móvil sobre cualquier superficie. La lente en sí no se roza porque el cristal queda por debajo del aro metálico, pero da la sensación de que Sony tenía grosor de sobra para eliminar el saliente (el móvil tiene casi 8 mm de grosor).
Los botones se sitúan en el costado derecho del teléfono con una disposición que no me convence. Con el botón de encendido casi en el centro para llegar correctamente con el pulgar, los de volumen se mantienen por debajo consiguiendo que acceder a ellos con una mano resulte incómodo. Por contra, el botón dedicado a cámara es una delicia: dos posiciones para enfoque y disparo con una situación ideal cuando se fotografía en apaisado.
La posición de los botones de volumen es demasiado incómoda para pulsarlos con una mano
El Sony Xperia X se aprecia compacto en la mano, sólido, con unas dimensiones que no se hacen exageradas al agarrarlo. Aunque, si se aprecia el frontal, y se tiene en cuenta la diagonal de la pantalla, asalta la sensación de que no está demasiado bien aprovechado. Una sensación que termina trasladándose a otras partes del teléfono.
Una pantalla que convencerá a quienes les gusten contenidas
No puedo decir que una pantalla de cinco pulgadas sea pequeña, porque seguro que faltaría a la verdad, pero sí que me parece contenida a tenor de lo que se ve este 2016. Lo normal habría sido subir hasta las 5,3 como mínimo, pero en las dimensiones actuales el Sony Xperia X va sobrado: suficiente para la mayoría de usuarios y sin que la diagonal eleve el tamaño del móvil.
La reproducción de imágenes, contornos, colores y detalles de los objetos está al máximo nivel, con una resolución que se queda en 1080p Full HD sin que se aprecie ni un solo defecto. Tecnologías propias de Sony para la mejora de imágenes y varios modos de color con los que añadir más viveza y saturación (para mi gusto demasiada). Los ángulos de visión son correctos, el brillo podría ser mejor en exteriores (la pantalla se ve bajo el sol, pero con dificultad) y la sensibilidad a la presión es buena. Quizá demasiado.
Muy buena pantalla que parece pequeña en relación a los marcos
He apreciado alguna falta de respuesta al tocar la pantalla, aunque de manera muy puntual. Otro de los defectos asociados que encontré fue un inconveniente con el doble toque para encendido: a pesar de que podemos activar la pantalla con ese cómodo gesto, no la podemos apagar igual. E, inexplicablemente, se enciende sola llevando el móvil en el bolsillo (tuve que desconectar la función).
Potencia y rendimiento, no están al mejor nivel
Las comparaciones suelen ser odiosas, pero me resulta difícil no hacerlas en este punto: teniendo en cuenta el rango de precios y la categoría a la que va dirigida este móvil, es incomprensible que Sony haya apostado por el Snapdragon 650 en lugar de elegir una categoría superior de Qualcomm. Sí, el 820 se lo lleva el Sony Xperia X Performance, hermano mayor, pero al X también le habría ido bien. Sobre todo si se tiene en cuenta su punto de partida.
Por 629 euros de partida cualquiera esperaría el mejor procesador
Dejando de lado el inconveniente de la elección del procesador, he de decir que en ningún instante aprecié un mal funcionamiento. Rápido, arranque de apps sin complicaciones, ningún problema usando juegos con alta carga gráfica, ninguna pega dentro del análisis empírico más allá del papel. Sí se aprecia algo más tranquilo en transiciones concretas sin que llegue a ser lag: las animaciones del launcher tienden a engañar en este punto.
La memoria RAM también es otro punto algo controvertido: 3 GB para el estándar de 4 GB que ya vemos en los móviles de este 2016. Unido a la apreciación anterior, he tenido algún inconveniente, sobre todo con el launcher: más de una vez ha debido recargarlo al salir de una app o juego, algo que no me ha ocurrido con ningún gama alta de este año y del anterior.
32 GB de partida para el almacenamiento, espacio para SD Card de hasta 200 GB y 11,75 GB que se lleva el sistema, la personalización de Sony y apps preinstaladas. El Sony Xperia X viene cifrado de serie, posee una sola bandeja para nano SIM y micro SD y permite desinstalar una buena cantidad de software añadido.
Conexiones inalámbricas, un móvil muy bien conectado
No se le puede pedir más a este smartphone, trae conexiones de sobra para todas las necesidades. Redes móviles de alta velocidad 4G LTE en las bandas habituales, WiFi de doble banda con DLNA y WiFi Direct, Bluetooth en su versión 4.2, también radio FM con RDS para aquellos que sólo eligen su móvil si tiene este tipo de hardware, GPS con GLONASS, existe una variante con doble SIM y también incluye NFC, perfecto para los pagos móviles.
Algo muy curioso del NFC en el Sony Xperia X es que no se encuentra en la parte posterior del teléfono, algo habitual, sino que Sony lo ha situado en la esquina superior izquierda delantera, justo al lado de la cámara frontal. Esto no entraña mayor inconveniente más que acostumbrarse, pero no deja de ser curioso. Por echar de menos algo, me hubiera gustado la inclusión de infrarrojos.
El NFC no está donde siempre: el Xperia X hay que pasarlo de cara
El sonido es uno de los puntos fuertes de este móvil, tanto por los altavoces internos como a través de los auriculares. En este último caso la calidad del audio es fiel con un refuerzo de graves justo que, además, podemos dejar en manos del móvil: trae un optimizador de audio que se encargará de analizar el sonido y el accesorio que conectemos ajustando la ecualización a las necesidades. Funciona bastante bien, sin tener los oídos entrenados sí se aprecia la mejora. Es compatible con audio en alta resolución y auriculares con cancelación de ruido (también de la cancelación se encargará el móvil).
Rematando con el sonido, he de destacar la pareja de altavoces frontales: además de ser muy potentes, la calidad que arrojan también es muy buena. Estéreo y sin que reverbere en exceso al máximo volumen, todo con buena fidelidad de sonido y unos graves que, sin tener el subwoofer del HTC 10, sí que se dejan notar de manera característica.
Sensor de huellas: preciso, pero con pulsación
El botón de encendido cambió en los últimos Z5 del círculo a la banda rectangular, aprovechando para colocar en dicho botón el lector de huellas dactilares. El «power» en el Sony Xperia X se encuentra fácilmente con el pulgar y queda justo a la altura de la pulsación (quizá demasiado a la altura, más de una vez se pulsa sólo con agarrarlo), ningún pero en este punto.
Personalmente, no probé el lector de huellas de la familia Z5, pero tampoco escuché excesivas alabanzas a su precisión de lectura. En cambio, la experiencia en el Xperia X es notable: no cuesta apenas registrar las huellas y éstas las reconoce instantáneamente y sin apenas errores de lectura. Aunque eso sí: el lector no desbloquea el móvil sólo con poner el dedo, tenemos la obligación de pulsar el botón.
El lector de huellas no desbloquea el móvil con sólo poner el dedo, hay que pulsar
Otro inconveniente añadido es el diseño del propio botón. Éste queda ligeramente embutido en el costado, por lo que, cuando queremos pulsarlo y aplicar la huella para el desbloqueo, hay que apretar con toda la superficie del dedo aplicando algo de fuerza para vencer el hueco que forma el botón. No entraña excesiva dificultad, pero no estaría mal que el encendido sobresaliese un poco del cuerpo. En cuestión de respuesta y precisión, de diez.
Batería, siguiendo la línea de anteriores Xperia
Resulta imposible no fijarse en la tabla de especificaciones y no sentir angustia por la capacidad de la batería integrada en el Sony Xperia X: 2620 mAh que se antojan demasiado justos para un móvil que tiene grosor de sobra para llevar un módulo mayor. Cierto es que la pantalla no gasta en exceso y el procesador integra un buen gestor de autonomía que se complementa con el modo Stamina de Sony, pero 2620 mAh son muy pocos mAh. Aunque en la práctica tienden a estirarse.
¿Llega a la jornada mínima de uso? Sí, no debería entrañar problemas siempre que no abuséis de la potencia del procesador o mantengáis la pantalla encendida durante demasiadas horas. Con un uso medio aguanta una jornada sin demasiadas complicaciones, pudiendo estirar a algo más del día si recortamos el uso. Y pasar de los dos si aplicamos un modo Stamina riguroso eliminando rendimiento y aplicaciones conectadas.
La gestión de la autonomía en espera es bastante acertada: un 4-5 % menos de batería cada hora de media. Sony no integra un gestor del consumo por app ni aviso de cuáles son las «vampiro» del sistema, por lo que sólo tenemos el gestor básico de Android para identificar si alguna aplicación se sobrepasa. Podremos, eso sí, restringir apps por rendimiento para que así el sistema las controle en segundo plano (u obvie la optimización).
Sony también incluye en el Xperia X un modo de gestión para el caché y el sistema de carga adaptativa de Qnovo para garantizar una mayor vida útil de la batería. Un detalle que debería garantizar la capacidad durante todos los años de uso.
Software y apps preinstaladas, Sony añade un toque stock
Xperia siempre fue de mis capas preferidas, según mi experiencia no recargaba en exceso, aportaba cierto estilo y no inundaba los móviles con bloatware. El Xperia X estrena Android Marshmallow de serie y, con esta versión, una cara renovada para la interfaz que otorga cierta apariencia stock. Le queda bien, pero pierde un poco de carácter; sobre todo en los conectores de la barra de notificaciones.
Sony no recarga en exceso el software del Xperia X, algo que se agradece
Gana esencia stock sin perder la capacidad de descargar e instalar nuevos temas. Tampoco pierde el famoso modo Stamina para el ahorro de energía, algo que tarde o temprano os tocará usar (ay, esa autonomía). Opción a elegir la saturación de la pantalla, de personalizar el sonido, copia de seguridad de los servidores de Sony junto con la opción de buscar el móvil perdido…
Más allá de los detalles de personalización, nos encontramos con las habituales apps de Sony adaptadas al nuevo estilo. Música, reproductor de vídeo, una aplicación para seguir lo más interesante de la tele, el acceso remoto a la PS4, recomendación de nuevas apps, LifeLog… O la app propia de Álbum, la galería de imágenes nativa de Xperia.
La sensación es la de no recargar el sistema manteniendo lo justo para resultar útil y completo. ¿Que no os gusta? Sony permite borrar la mayoría de aplicaciones preinstaladas, como la de correo electrónico o la de Gmail (¡aleluya!). Eso sí: más de 10 GB ocupados por el sistema, casi 4 GB de diferencia con respecto al Samsung Galaxy S7.
Sony ha hecho un buen trabajo con la apariencia y calidad del software incluido en el Xperia X, pero no con la optimización del espacio. Que la versión de base sea la de 32 GB es señal de lo que necesita el sistema para funcionar. Otro detalle es el hecho de salir ya actualizado en términos de Android, trayendo Marshmallow 6.0.1 que, suponemos, se actualizará sin problemas a Android N.
Cámara. Gran hardware, lioso software
Sony es sinónimo de muy buenas cámaras, sobre todo en lo que respecta a sus móviles dirigidos a lo alto del catálogo. Siempre acusa sus altibajos, algo que en el Sony Xperia X también se nota, pero minimizado lo suficiente como para decir que esta cámara es de nota. Tamaño de las fotos suficiente para los aficionados a los megapíxeles, muy rápida en el arranque, botón de disparo dedicado…
La cámara del Sony Xperia X es muy buena, pero el software queda algo cojo
Sensor trasero Exmor RS de 23 MP con apertura f/2.0, lente gran angular de 24 mm, enfoque automático predictivo, ISO hasta 12800, estabilización por software, flash LED, grabación de vídeo en 1080p y 60 fps sin 4K y un tamaño medio de unos 10 MB en las fotos a tamaño máximo. En cuanto a la cámara delantera, nos encontramos con un sensor de 13 MP Exmor RS, gran angular de 22 mm, f/2.0, ISO de hasta 6400, grabación en 1080p y 30 fps y estabilizador de imagen digital. No hay guardado en RAW.
Números excelentes a priori que funcionan muy bien cuando salimos a la calle cámara móvil en mano. En general, en los entornos luminosos no hay ningún problema: imágenes detalladas, luminosidad uniforme, buena fidelidad con el color y un funcionamiento adecuado del modo automático superior. Éste activa de manera automática el HDR y resto de escenas sin que tengamos que preocuparnos de nada. Con muy buenos resultados.
El Sony Xperia X tiene a sobreexponer las zonas con mayor iluminación
No se aprecia ruido ni falta de detalle en las imágenes hasta que no aplicamos bastante zoom sobre la foto, con mayor acuse de defectos en disparos con baja luz. El sensor del Sony Xperia X es lo bastante luminoso como para realizar buenas capturas de noche, siempre con las dificultades que suelen apreciarse en los smartphones. Lástima que no se incluya el estabilizador mecánico para aumentar el tiempo de exposición y obtener mejores resultados, pero en ningún caso decepcionan.
La aplicación de cámara es completa, algo compleja y propia de Sony. Incluye cuatro modos de funcionamiento: aplicaciones añadidas de cámara, vídeo, automático superior y manual. Sólo podremos grabar en su apartado, por lo que hay que acordarse de activarlo previamente. En cuestión de modos, el automático superior funciona de manera correcta eligiendo la escena según las condiciones. Y en el manual Sony es demasiado optimista con esa denominación: apenas podremos ajustar las tomas al gusto.
El modo manual se queda muy corto en términos de ajuste profesional
No penséis que el modo manual es el «pro» donde podréis calibrar enfoque, exposición y otros parámetros de captura: sólo permite variar el balance de blancos y la ISO. Además, se puede activar el HDR y seleccionar diferentes escenas: paisaje, retrato, modo steady, escena nocturna… Eso sí: sólo se pueden activar las escenas si se restringe el tamaño final de la foto a 8 MP. Por lo general, apreciamos que la interfaz no aprovecha las características del sensor y de las lentes: demasiado lioso si el usuario desea aprovecharla al 100 % para controlar sus capturas.
Una de las novedades del sensor que integra el Sony Xperia X es la predicción de movimiento. Una vez marcado un objeto sobre la pantalla táctil, el sensor seguirá el movimiento de dicho objeto anticipándose a su posición para así capturarlo enfocado. No funciona mal, sobre todo en el vídeo (aquí es donde más se aprovecha), aunque puede mostrarse algo errático si no se fija el enfoque a un objeto que se esté moviendo.
Quitando el hecho de que no implemente estabilizador mecánico de imagen (es por software, no OIS), las grabaciones son de muy buena calidad. Éstas son fluidas y sin saltos, sobre todo grabando con la cámara trasera a 60 fps. Y con un detalle incomprensible: no hay compatibilidad con grabación en 4K, y eso que el Sony Xperia X debería ser más que capaz. Y con una cámara delantera de 13 megapíxeles que sigue las líneas de calidad marcadas por su hermana trasera: os esperan selfies espectaculares, como éste de mi compañero Danny en la final de la Champions.
Aquí tenéis unas muestras de cámara tomadas en todas las condiciones con la cámara trasera del Sony Xperia X. Podéis descargarlas a resolución completa y sin ningún tipo de retoque.
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Opiniones y conclusiones finales
Es imposible no sentir amor a primera vista por el Sony Xperia X, está hecho para entrar por los ojos y quedarse acurrucado en el corazoncito geek. Muy bien construido, mejor diseño, sensación de tener un móvil con mayúsculas y con unas dimensiones que se agradecen por lo contenidas. Eso sí: que siga las líneas de la gama Z5 implica que no termina de sorprender con el diseño. Aunque tampoco lo necesita.
Potente y sin que se le acabe la cuerda, puede con todo. También tiene sus peros, quizá más acusados: sin que realmente pese en la experiencia general, echo de menos un mejor procesador y 4 Gb de RAM, creo que se los merece. Del resto de aspectos no tengo queja, más bien lo contrario: muy buena pantalla, sonido, todas las conexiones que se necesitan y un lector de huellas muy efectivo.
Las cámaras dejan muy buenas sensaciones: sensores capaces de retratar el mundo de manera fiel para después compartirlos con un click. Incluso la cámara trasera se arranca así: basta mantener pulsado su botón para tener una foto enfocada en menos de dos segundos. Y el hecho de integrar una lente gran angular delante y detrás es un acierto.
Remato el análisis al Sony Xperia X con una frase a modo de resumen: «Un móvil construido para durar y enamorar que se queda un escaloncito por debajo de la gama alta sin perder la aspiración a estar por encima«.