Primeras impresiones del Google Pixel 3: a solas con el rey de Android
El evento ‘Made by Google’ ha servido a la compañía para sacar al escenario toda la artillería, todo el músculo en forma de dispositivos en los que combinan hardware, software e Inteligencia Artificial. Hechos por y para obtener la mejor experiencia con sus servicios y entre los que destacan, por supuesto, los nuevos Pixel 3.
Sí, los nuevos smartphones Pixel hace meses que se filtraron, pero todavía había muchos detalles que conocer en el apartado de software. Son esos extras, detalles y funciones exclusivas que, pese a la igualdad de hardware con respecto a muchos otros terminales de gama alta que tenemos hoy día en el mercado, siguen marcando la diferencia.
No hay más que ver cómo aguanta el tipo el Pixel 2 frente a dispositivos de 2018, como el iPhone XS. Tras vivir la presentación de Google desde Londres, tuvimos la oportunidad de ver y tocar los nuevos smartphones: Pixel 3 y Pixel 3 XL. Es momento de hacer una valoración inicial tras esta primera toma de contacto, con las novedades que más nos han sorprendido y las sensaciones que desprenden los teléfonos que pretenden optar al título de ‘Mejor smartphone del año’.
Diseño continuista, pero refinado
Comenzamos por lo primero que nos entra por los ojos al mirar los nuevos Pixel 3. Disponibles en dos tamaños, 5’5 y 6’3 pulgadas, los nuevos Pixel 3 y 3 XL no difieren demasiado de sus predecesores, al menos a simple vista y desde la trasera.
Allí se mantiene el acabado de doble tono, con una zona superior en la que se encuentra la cámara más brillante y llamativa (sobre todo en el color negro piano, aunque en el nuevo acabado “rosa” el efecto también es muy bonito), mientras que el resto de la trasera tiene un acabado más rugoso, mate. Sin embargo, hay una diferencia fundamental con respecto al Pixel 2 y es que ahora toda la trasera es de cristal, pero la zona mate ha sido tratada para mejorar el agarre y reducir la posibilidad de desliz. Eso sí, en color negro atrapará muchas, muchas huellas.
Un efecto colateral de la trasera en cristal, en lugar de metal, es que ahora podremos disfrutar de la carga inalámbrica. Este año sí.
En mano, el Pixel 3 me pareció mucho más cómodo que el Pixel 3 XL. Obviando el dichoso notch – ahora pasamos a él – las 6’3 pulgadas se antojan enormes, sobre todo a la hora de usar el terminal a una mano. Teniendo en cuenta la igualdad de especificaciones, a priori el Pixel 3 y sus 5’5 pulgadas serían mi elección personal. Mucho más manejable, cómodo y agradable.
Un detalle: los botón de encendido y volumen se encuentran en el marco derecho, y siento que el de encendido está demasiado arriba en la versión XL. El pulgar cae naturalmente a la altura de “subir volumen”.
Notch, ¿por qué, Google?
Al girar los terminales encontramos la principal diferencia física entre ellos: el gran notch del Google Pixel 3 XL. Es imposible no verlo. Ya nos hemos acostumbrado a todo tipo de ‘cejas’ por prácticamente todos los fabricantes de smartphones, pero el de Google se lleva la palma al más ¿incómodo? de ver.
Es un notch muy alto. Le pega un buen mordisco a la zona superior de la pantalla y lo peor es que no conseguimos encontrar la razón para tener ese diseño. Sí, es cierto que ahora tenemos una doble cámara frontal para obtener selfies más angulares y que los altavoces frontales han mejorado (aunque esto fue imposible probarlo en el área de demo), pero ya está, no hay nada más que pueda justificar ese notch. Dime que has metido un sistema de reconocimiento facial de la leche y necesitas ese espacio para el hardware, en ese caso es medio perdonable, pero no es el caso, no tenemos este método de autentificación disponible. Dime que has ajustado al máximo los bordes del panel OLED en el resto de marcos, pero tampoco es cierto, porque seguimos teniendo una “barbilla” inferior notable.
Todos hubiésemos deseado que las filtraciones no fuesen ciertas, pero el Pixel 3 XL es como es y, como comentaba mi compañero Paolo, ese fallo de diseño en forma de notch desproporcionado vuelve a ser, un año más, un punto negativo que le impide ser un smartphone redondo.
Una cámara que solo Google sabe hacer
Con el Pixel 2 y su única cámara trasera Google demostró, a usuarios y al resto de fabricantes, que el software es tan, o más, importante, que los propios componentes y sensores de cámara. Tras un año, aquel Pixel 2 sigue siendo uno de los reyes de la fotografía móvil y los Pixel 3 no podrían rebajar el nivel.
Ambos dispositivos cuentan con nueva cámara trasera de 12.2 megapíxeles, pero más allá de las especificaciones (a las que Google dedicó poco más de unos segundos durante la presentación), la magia está, un año más, en el software y en los avances en Machine Learning para volver a colocar al Pixel 3 en lo más alto del podio.
Google vuelve a sacarse el As de la manga en términos de procesado. Las fotografías obtenidas por los Pixel tienen ese “algo” que llaman la atención, que satisface al verlas. Por supuesto, las fotografías de las demo eran espectaculares (como no iba a ser de otra manera) y la iluminación en el evento no era la más adecuada para hacer pruebas a fondo, pero durante los próximos días analizaremos los resultados para mostraros las conclusiones en el análisis final.
El modo retrato con una única cámara y gracias al postprocesado automático de Google apunta a seguir siendo espectacular. Además ahora podemos ajustar a posteriori tanto el punto de enfoque, como la intensidad del desenfoque de fondo y frontal. Se echaba en falta y funciona muy bien.
Funciones exclusivas de los Pixel 3 gracias al software de Google
- Top Shot (en español se denomina Mejor Toma): el dispositivo capta varias imágenes – el número no es fijo, depende de la escena – antes y después de pulsar el botón de disparo. El Pixel analizará cada una y nos recomendará aquella que considera óptima (por ejemplo, en la que los sujetos salen sonriendo). Funciona realmente bien.
- Night Sight, así es como denomina Google a una función que se encargará de mejorar las fotografías en situaciones de luz extremadamente baja. Cuando actúa, el Pixel 3 tarda unas décimas de segundo más en tomar la fotografía (para capturar más luz), pero los resultados que nos mostraron eran realmente espectaculares. Eso sí, solo vimos fotos ya realizadas por los equipos de Google.
- Super Res Zoom: personalmente considero que el mayor inconveniente de tener una única cámara, es que no tenemos posibilidad de hacer zoom óptico. Google quiere solucionarlo con este modo que capta varias fotografías de la misma escena, pero ligeramente diferentes, para conseguir mediante el Machine Learning recrear una ampliación de alta calidad y sin pixelar. De nuevo, habrá que ponerlo a prueba.
- ‘Playground’: este modo aprovecha la realidad aumentada para añadir personajes a nuestras fotos. Una opción curiosa si te quieres hacer un selfie con IronMan, pero poco más.
- Google Lens ahora se integra en la aplicación nativa de cámara y basta con enfocar a objetos para buscar dónde comprarlos en Internet o, una de mis funciones preferidas, escanear cualquier documento físico, como una tarjeta de visita. Al hacerlo, detectará números de teléfono, emails o webs, pudiendo interactuar con los datos.
Hablando de la aplicación de cámara, en los Google Pixel 3 se estrena una nueva versión con diseño mejorado. Es simple, pero potente, y sobre todo permite acceder a todos estos modos con mayor rapidez.
En cuanto a la cámara frontal, lo más destacable es la posibilidad de jugar con el campo de visión que queremos abarcar al contar con dos cámaras frontales. Así, por defecto tendremos el angular típico, pero si queremos sacar en nuestra fotografía más entorno, o hacer una foto grupal, podemos optar por un gran angular.
En este álbum os dejo las primeras fotografías que he realizado con el Pixel 3 XL para que las valoréis vosotros mismos. Todas sin editar, en modo automático o retrato. Enfocar y disparar. En los próximos días, con la review final, podréis ver muchos más ejemplos.
Ya no hay dudas sobre la pantalla
El gran fallo del Pixel 2 fue la calibración de su pantalla, aunque mejoró con el tiempo, con las nuevas remesas fabricadas y con la ayuda de nuevos perfiles de color por software. Pixel 3 y Pixel 3 XL no podían volver a fallar aquí, sería imperdonable. Google ha aprendido la lección y las pantallas OLED de los nuevos terminales son fantásticas.
Las condiciones de las salas del evento no eran precisamente una maravilla, pero aquellos problemas parecen haber desaparecido. El panel es brillante, los colores muy vivos sin llegar a ser super saturados y los ángulos de visión son correctos y sin tintes extraños al cambiarlos. Además, desde los ajustes encontramos un par de perfiles de color para aquellos que prefieran un look de mayor contraste (por lo general, más irreal) o más natural.
Por cierto, si optas por el Google Pixel 3 XL y odias el notch, en la configuración para devs existe la opción de ocultarlo convirtiendo toda la zona superior en una barra negra, una solución que ya vimos por parte de otros fabricante, como Huawei.
El envoltorio perfecto para Android 9 Pie
En nuestra primera toma de contacto nos centramos ante todo en las mejoras del apartado de cámara, ya que era lo más desconocido, sin embargo no hace falta decir que los Pixel 3 llegan con Android 9 Pie bajo el brazo y su rendimiento era excepcional. El procesador Snapdragon 845 y los 4GB de RAM se encargan de ello, aunque en un futuro próximo veremos si estos 4GB fueron una buena decisión por parte de Google.
En cualquier caso, como comentaba mi compañero Iván Peñalba, comprar un Pixel casi te asegura obtener casi 4 años de disfrute de las últimas versiones del sistema y actualizaciones más recientes:
Tras esta primera toma de contacto la sensación es que los Pixel 3 son una buena evolución de la gama, aunque en algunos apartados como el diseño (hablando de la versión de 5,5) da la impresión de que este debía haber sido el envoltorio del año pasado. Google apuesta por la experiencia, por funciones exclusivas que funcionan en muchos casos sin que el usuario se percate, por ensalzar los sentimientos que desprende la tecnología del día a día. Algo sumamente importante en el dispositivo que más tiempo convive con nosotros a lo largo del año.